¡ARRESTEN A LOS CRIMINALES DE GUERRA AHORA!

por Khalid Amayreh, Tlaxcala (Traducido por Manuel Cedeño Berrueta)

 

La orden de detención dictada recientemente en Londres contra la ex Ministra de Relaciones Exteriores israelí, Tzipi Livni, está más que justificada.

Esta mujer, junto con otros dos líderes israelíes, Ehud Olmert y Ehud Barak, estuvo al frente del gobierno israelí que ordenó, supervisó y ejecutó el ataque genocida contra la Franja de Gaza hace un año.

Tuvo una destacada participación en el proceso de toma de decisiones, y también supervisó la ejecución de la atroz masacre desde el principio hasta el final.

Huelga decir que las decisiones tomadas por Livni, y otros criminales de guerra israelíes llevó a la muerte de más de 1440 personas, incluidos cientos de niños inocentes cuyas vidas fueron suprimidas por los bombardeos indiscriminados por aire, mar y tierra. Esto se suma a la obscena destrucción de una gran parte de la infraestructura civil de Gaza, incluyendo decenas de miles de hogares, mezquitas y edificios públicos de todo tipo.

La monstruosa, satánica y perversa señora sabía perfectamente lo que estaba haciendo. Sabía que su ejército estaba asesinando niños en el regazo de sus madres, aniquilando a familias enteras, asustadas y hacinadas en sus chabolas de refugiados o en cualquier otro lugar que ellos creían podría protegerlos de la muerte.

Ella vio la obscena matanza y destrucción en las pantallas de televisión. Fue advertida por organizaciones de derechos humanos, incluida B’tselem en el propio Israel, que el ejército israelí estaba asesinando civiles de manera consciente y deliberada, pero ella optó por ignorar lo que era más que evidente para la mayoría de la gente.

Y en lugar de ordenar el cese inmediato de la masacre, recurrió a la propaganda mendaz de culpar a las víctimas y acusó a Hamas de utilizar a civiles como escudos humanos.

Hay una enorme montaña de pruebas que acusan a esta mujer maligna. Lleva en sus manos pecadoras ríos de sangre de niños, hombres y mujeres inocentes.

Livni puede tener inmunidad diplomática, pero la inmunidad diplomática no es una licencia que permita a sus portadores asesinar niños a sangre fría como hizo Livni hace un año.

Es triste que el gobierno británico se está comportando de manera tan perpleja, reacios a decirle a Israel que ese país y sus dirigentes no están por encima de las leyes de las naciones, incluida la ley británica.

Bueno, el Reino Unido nunca debe transigir en la aplicación de sus propias leyes, en aras de proteger de la justicia a una criminal de guerra, genocida y asesina de niños.

Un crimen es un crimen, siempre es un crimen, independientemente de la religión o la raza del criminal. Sé que algunas consideraciones diplomáticas y políticas pueden estar presionando al Primer Ministro británico para que busque una solución que apacigüe a Israel.

Sin embargo, todos entenderían que ese apaciguamiento sólo serviría para alentar a Israel a cometer más genocidios contra los palestinos indefensos y otros pueblos del Cercano Oriente. Después de todo, el crimen impune fomenta otros crímenes.

En cualquier caso, el gobierno británico, incluido el Secretario de Relaciones Exteriores David Milliband, quien supuestamente ha descrito la orden de detención contra Livni como “insoportable”, se encontrará en una situación insostenible al tener que defender la conducta genocida de Israel contra la población de la Franja de Gaza.

En primer lugar, el gobierno británico tendría que demostrar fuera de toda duda que el ataque de 21 días contra Gaza no constituye crímenes de guerra o crímenes contra la humanidad, a pesar de que utilizaron toda clase de armas mortíferas, incluyendo fósforo blanco, misiles de precisión y bombas guiadas por láser contra la población casi totalmente desprotegida de Gaza.

Sin embargo, tal afirmación no sería tomada en serio, ya que la comisión investigadora de las Naciones Unidas presidida por el juez Richard Goldstone determinó sin lugar a dudas que lo que hizo Israel en Gaza en diciembre y enero pasados sí constituyen crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad.

No obstante, si el gobierno acepta el informe Goldstone pero continúa negándose a permitir que la justicia británica enjuicie a la diabólica mujer debido a consideraciones diplomáticas y políticas, entonces demostrará una extraordinaria debilidad frente a Israel y un desprecio absoluto por todo el sistema de justicia del Reino Unido.

Después de todo, un sistema de justicia que es selectivo en la administración de justicia, no es un verdadero sistema de justicia.

Por esta razón, el gobierno británico no debe acobardarse ante el agresor israelí ni dejarse intimidar por las amenazas de Israel, como la amenaza que a menudo hace Israel de que no permitiría que el Reino Unido participara en el llamado “proceso de paz” en caso de que los criminales de guerra israelíes fueran arrestados o procesados por crímenes de guerra ante los tribunales británicos.

Gran Bretaña no debe dejarse intimidar por este estado matón y criminal cuya existencia misma se basa en el asesinato, la limpieza étnica, el robo de tierras y la mentira.

Una última palabra a los soldados conocidos y desconocidos que controlan el movimiento de los criminales de guerra israelíes: ustedes son el medio que usa Dios para hacer que estos detestables criminales se den cuenta de que asesinar gente inocente tiene un precio.

Por lo tanto, persíganlos dondequiera que vayan, acósenlos, estrechen sus horizontes y traten de aprehenderlos y arrestarlos.

Se lo debemos a esos niños inocentes que fueron aniquilados sin piedad por los genocidas de nuestro tiempo, debemos buscar justicia para ellos y sus familias. Los traicionamos cuando estaban vivos al no protegerlos de los asesinos de nuestro tiempo, no podemos traicionarlos de nuevo al negarles justicia, incluso cuando están muertos.