Antes fue Fabricaciones Militares que pasó a manos de Julio de Vido. Ahora, la Aviación Civil dependerá de Ricardo Jaime, y Cirielli con subordinado de este, es decir de Planificación Federal” o sea Julio de Vido... alias el Cajero.

AVIONCITOS DE PAPEL K

por Seprin.com

Los cambios recientes en la aviación forman parte de la gimnasia K de difamación, desprestigio y destrucción de las Fuerzas Armadas. El cambio de control de la aviación civil se produce en uno de los contextos más agresivos hacia todo lo que sea militar, con un odio feroz sin precedentes desde los sectores afines al Gobierno.

Según un comunicado de los aeronavegantes, el cuestionado subsecretario de Transporte Aerocomercial, Ricardo Cirielli, que propició la fallida LAFSA subsidiada con dineros públicos cuyo destino es objeto de investigación por parte de la Justicia, que financió a Southern Winds también con dinero de los contribuyentes y mano de obra gratis pagada por el Estado, que concedió rutas a aerolíneas “de papel” y llevó a AerolíneasArgentinas al borde del colapso mientras favoreció a las líneas aéreas extranjeras, no parece ser el indicado para regular y controlar la actividad aérea.

El documental Fuerza Aérea Sociedad Anónima mete a todos los miembros de la fuerza en la misma bolsa y comete excesos de autoexhibición. Con toda la carga de la denuncia plasmada en una cinta, el Gobierno K preparó el clima para pasar al control civil la aviación aerocomercial. Pero el problema es que la estructura queda bajo la égida del secretario de Transporte, Ricardo Jaime, un funcionario sospechoso de corrupción, tanto por el tema Southern Winds y narcotráfico como por los millonarios subsidios que reparte, cuyos destinos no son del todo transparentes.

Algo que los argentinos jamás debemos olvidar y que la clase política –en especial quienes conducen los destinos de la Argentina actualmente- no termina de digerir es la actuación heróica de la Fuerza Aérea en la guerra de Malvinas. Los cambios recientes en la aviación formarían parte de la gimnasia K de difamación, desprestigio y destrucción de las Fuerzas Armadas.

La Secretaría de Transporte, que no controla que los colectivos estén en condiciones técnicas, que posean unidades adecuadas para discapacitados, choferes que distan mucho de ser profesionales y demás asuntos relacionados con el transporte, deberá demostrar una gran capacidad técnica y operativa para conducir los destinos de un medio de transporte tan delicado como aeronáutica civil, porque en el aire no se juega: cuando algo falla, el resultado es un tragedia como ocurrió con Lapa y Austral en los últimos años. Pero en la Argentina K sólo importa la “caja”, el odio a lo militar y el narcotráfico (¿hace falta recordar lo que pasó con SW?).

Antes que la ministra de Defensa, Nilda Garré, se reuniera con el realizador del documental “Fuerza Aérea Sociedad Anónima”, Enrique Piñeyro, el Gobierno K desmilitarizó el control de la aviación civil sin ver la cinta. Un dato a tener en cuenta y que “Fuerza Aérea Sociedad Anónima” no dice: Mendoza está a punto de ser certificada por la OACI (Organización de la Aviación Civil Internacional) y la FAA. Aunque claro está es imposible dejar de reconocer que hay problemas sobre todo teniendo en cuenta que un aeropuerto trabaja 24 horas continuas y que el personal militar y civil no cobra un centavo de horas extras.

Otro de los problemas es qué pasará cuando a los controladores se les exija en algún momento efectuar horas que no están pactadas, entre otras exigencias. Con un paro nacional de controladores nadie podrá volar a ningún punto del país, se paralizan los negocios, los viajes, el turismo…. La Fuerza Aérea no hace paro nunca.

En este pase de la aviación, el gran botín sería la DNA (Dirección de Aeronavegabilidad, la DHA (Dirección de Habilitaciones Aeronáuticas), organismos que recaudan mucho pero mucho dinero .

Otro aspecto a tener en cuenta es que el problema de la aviación civil en la Argentina no es que la manejara la Fuerza Aérea, sino que a la Fuerza Aérea en los años de democracia se le ha ido restringiendo cada vez más el presupuesto, con el peligro que esto conlleva pues se restringen sueldos, capacitación e infraestructura.

“La Fuerza Aérea Argentina no es la única responsable de la pérdida de seguridad aérea”.

La desmilitarización del control de la aviación lanzada por el Gobierno no garantiza la seguridad aérea, aseguraron los aeronavegantes quienes reclamaron “una politíca seria y segura que termine con la corrupción en la aviación civil.”

En términos muy duros, Ricardo Frecia, Secretario General de Asociación Argentina de Aeronavegantes, sostuvo que “hay que atacar las causas y no sólo los efectos de la falta de seguridad. La verdadera causa es el desfinanciamiento sistemático de la seguridad aérea y de la infraestructura aereoportuaria. La nefasta privatización de los aeropuertos hecha por decreto del presidente Menem, estableció que la renta obtenida por la privatización (un canon de 171 millones de dólares anuales) debía invertirse en seguridad en el sistema aeroportuario. Sin embargo, el consorcio Aeropuertos Argentina 2000 que lidera Eduardo Eurnekian no pagó el canon desde 1998, convirtiéndose en el mayor deudor del Estado Nacional. Eurnekian convirtió a los aeropuertos en "shoppings", mientras se descuidaban las pistas, los radares, la prevención de incendios e incidentes y el mantenimiento general de la infraestructura aeroportuaria.

No es la Fuerza Aérea Argentina, en todo caso, la única responsable de la pérdida de seguridad aérea, sino la privatización, la desregulación, la presión industrial, la corrupción y el desfinanciamiento de la actividad aerocomercial en la Argentina.

Como ante otros padecimientos de nuestra sociedad, los enemigos de la seguridad aérea están a la vista y no quieren ser controlados: la corrupción y el narcotráfico requieren un sistema de seguridad frágil. Los que proponen una política de “cielos abiertos” y una legislación a medida de las líneas aéreas norteamericanas y sus socios en Sudamérica (Lan Chile), serán también responsables de su precarización.

El cuestionado Subsecretario de Transporte Aerocomercial Ricardo Cirielli, que propició la fallida LAFSA subsidiada con dineros públicos cuyo destino es objeto de investigación por parte de la Justicia, que financió a Southern Winds también con dinero de los contribuyentes y mano de obra gratis pagada por el Estado, que concedió rutas a aerolíneas “de papel” y llevó a AerolíneasArgentinas al borde del colapso mientras favoreció a las líneas aéreas extranjeras, no parece ser el indicado para regular y controlar la actividad aérea.

Los usuarios, los trabajadores y la sociedad toda, deben preguntarse acerca de si la cartera estatal en la que opera ese funcionario público; único del actual gobierno que a resultas de su irregular desempeño acumula ya dos dictámenes desfavorables de la Oficina Anticorrupción y múltiples causas penales en trámite, al haber sido denunciado reiteradamente por la presunta comisión de diversos ilícitos entre los que figuran: amenazas a particulares, coacción sindical, falsificación de instrumento público en dos causas judiciales, defraudación contra la administración pública e incumplimiento de los deberes de funcionario público; es la que garantizará la seguridad aérea o será, en cambio, la que termine definitivamente con la aviación comercial en la Argentina.
Mientras haya corrupción e impunidad, no habrá seguridad.