AVISO: El MSRA - Movimiento por la Segunda República Argentina - inicia una nueva etapa de actividades a nivel nacional.  En breve habilitaremos nuestro nuevo sitio en Internet.  Hoy comenzamos con una serie de Comunicados de Prensa a través de los cuales el MSRA asume una posición clara sobre temas fundamentales que hacen a la vida nacional.  Ante la total falta de una verdadera Oposición al Gobierno K y el Sistema Perverso del Nuevo Orden Mundial que lo sustenta, el MSRA se erigirá como auténtica oposición y única alternativa a la corporación partidocrática. 

Movimiento por la Segunda República Argentina - (MSRA)

Comunicado de Prensa No 1 - 8 de Septiembre de 2006

                                            

CARTA ABIERTA AL PRESIDENTE NÉSTOR KIRCHNER 

Buenos Aires, 8 de septiembre de 2006.

Señor Presidente de la Nación Argentina

Dr. Néstor KIRCHNER

S/D.

De nuestra mayor consideración:

Nos permitimos reiterar el contenido de nuestra anterior carta del 2 de agosto en la que solicitábamos que el Gobierno Nacional tome una serie de acciones concretas respecto del Terrorismo de Estado puesto de manifiesto por el Estado de Israel en sus ataques contra el Líbano y Palestina. 

Al siguiente día, 3 de agosto, Venezuela anunciaba el retiro de su embajador en Israel a raíz de "los ataques al Líbano y a los territorios palestinos" al tiempo que la agencia noticiosa Reuters aclaraba que "el mandatario (venezolano) ha exigido varias veces el cese de lo que ha calificado la agresión de la "élite israelí" contra esos pueblos a fin de evitar que el conflicto se extienda mundialmente".

Es así que bajo la terrible impresión de aquellas agresiones y la violencia cometidas por las fuerzas militares israelíes en el Libano y Gaza, nos dirigíamos al Sr. Presidente de la Nación para solicitarle su intervención diplomática ante los Gobiernos involucrados y los Organismos Internacionales pertinentes, a los efectos de definir una postura política y humanitaria de la Argentina frente a la agresión bélica en gran escala del Estado de Israel contra objetivos civiles en territorios árabes.    Nuestra posición se sintetiza en tres ideas básicas que entendemos debieran ser adoptadas por iniciativa argentina y llevadas ante las instituciones competentes, principalmente gobiernos de los países de Iberoamérica y los Organismos Internacionales involucrados (fundamentalmente, de Naciones Unidas).

Estas tres ideas-eje son las siguientes:

  1. Suspender las relaciones diplomáticas con el Estado terrorista de Israel.

  2. Denunciar que las acciones militares de Israel en Gaza y el Líbano son falsamente tipificadas como actos dentro de una "guerra" cuando se trata, en realidad, de ataques formales unilaterales de un Estado - el Israelí - contra la población civil e infraestructura de otros Estados y/o regiones autónomas, con la consecuente cadena de delitos (Crímenes de Guerra y Crímenes contra la Humanidad).

  3. Denunciar y cortar toda injerencia israelí y estadounidense en las investigaciones sobre las explosiones de la Embajada de Israel y la AMIA, por su flagrante presión para usar - sin pruebas - ambos hechos como casus belli (excusa para atacar) con el fin de extender sus agresiones en el Medio Oriente.

Fundamentamos este petitorio con un breve desarrollo de los puntos solicitados:

1. Solicitar que el Gobierno Argentino suspenda las relaciones diplomáticas con el Estado Terrorista de Israel.

Este planteo está en línea con la condena del actual Gobierno a la Política de Terrorismo de Estado en la Argentina y en el Mundo, criterio de consenso universal del que participan especialmente las Naciones del MERCOSUR; y que serían reforzadas con el apoyo a la candidatura de Venezuela en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para definir con claridad y firmeza la denuncia de los crímenes israelíes que se están cometiendo en el Medio Oriente.

Tal postura definiría además, en el frente interno, la coherencia del actual Gobierno en su política de fondo frente al Terrorismo de Estado en su verdadero sentido y alcance: cuando se emplean – formal, abierta y declaradamente – las Fuerzas Militares de un Estado (en este caso, el Estado de Israel) para atacar objetivos civiles y matar población inocente en otros Estados y/o Territorios.

2. Denunciar la falsía de hablar de una “guerra” cuando se trata de un ataque militar en gran escala por parte de una potencia regional – apoyada en forma irrestricta por el imperio estadounidense – contra la población y la infraestructura de otro país.

Esto implica reclamar a los gobiernos del mundo y a los grandes medios de comunicación formadores de la opinión pública, que no tipifiquen falsamente como "guerra" lo que son acciones militares unilaterales en gran escala de las Fuerzas Armadas de un Estado - el Israelí - contra la población y objetivos civiles e indefensos de otro Estado - el Libanés - con el agravante que también se están llevando a cabo en el territorio de Gaza.

Es más, el Estado de Israel debiera ser condenado a pagar reparaciones económicas por los daños deliberados producidos en los bienes públicos y privados en los territorios del Líbano y Gaza, y compensaciones por los actos criminales contra la población civil. 

La actual campaña de terrorismo israelí contra la población del Líbano y Gaza constituye una nueva masacre israelí contra los pueblos árabes de Palestina que forma parte de una sangrienta serie que va desde la matanza de Deir Yassin en 1948, hasta la de Chatila y Sabra en 1982 (coordinada por Ariel Sharon) e, incluso, el anterior bombardeo a la localidad de Caná en 1996; forzando así el desplazamiento de cientos de miles de personas para abrir paso a nuevas zonas de control judío en el Medio Oriente.

Esta campaña criminal busca abiertamente provocar la huida en masa de los pobladores árabes mientras el Estado Israelí trata de desligarse de todos los Convenios de Paz suscriptos hasta la fecha desde los Acuerdos de Oslo – por el que los propios extremistas judíos asesinaron al primer ministro Rabin – hasta los del retiro de tropas del Líbano y de Gaza.

Israel está violando así la letra y el sentido de todos los acuerdos de pacificación logrados trabajosamente en los últimos años en el Medio Oriente.  Estas acciones de guerra abierta unilaterales del Estado de Israel contra los árabes se hacen con el apoyo total - político, económico-financiero, militar,  diplomático e ideológico (el apoyo formal al Sionismo) - del gobierno Bush de los Estados Unidos, que es cómplice y socio incondicional del Gobierno Israelí.

El Gobierno Argentino – en línea con su postura en materia de Derechos Humanos – debiera exigir una investigación internacional sobre este terrorismo israelí-estadounidense en el Líbano y Gaza y advertir que, en caso de continuar el bloqueo diplomático de los Estados Unidos y la pasividad relativa de los Países Europeos frente a las masacres perpetradas por Israel en el Medio Oriente, la Argentina retiraría su colaboración a la ONU en las Misiones Militares de las que hoy forma parte, debido a su condición de institución inútil para la Paz.

Esa Comisión Investigadora Internacional - que deberá estar integrada por representantes de países de distinto signo - debiera actuar de inmediato y trabajar tanto en todos las zonas atacadas: en el Líbano, en Gaza y también dentro de Israel, para constatar qué hay de cierto sobre la supuesta "lluvia de misiles" inoperantes que el Estado Israelí dice estar recibiendo de guerrilleros árabes.

Las acciones militares israelíes deben ser calificadas no solamente como Crímenes de Guerra, sino también como Crímenes contra la Humanidad, desde el momento que van dirigidas contra poblaciones civiles indefensas y por su condición de ser árabes, lo cual tipifica los delitos de Racismo y Genocidio por parte del Estado Israelí. 

3. Denunciar las presiones israelí-estadounidenses para convertir las explosiones en la Embajada de Israel y la AMIA como casus belli en el Medio Oriente.

El Gobierno Argentino, si desea tener la debida independencia de criterio en el manejo de la crisis todavía no aclarada por las explosiones ocurridas en la Embajada de Israel (Marzo 1992) y en la AMIA (Julio 1994), debe rechazar las presiones y la injerencia directa en los asuntos internos de nuestro país por parte del Estado de Israel y los Estados Unidos, para forzar la interpretación de dichas explosiones como una suerte de casus belli para justificar una nueva agresión y en mayor escala contra Irán y Siria en el Medio Oriente.

A su vez, tendría que restringir toda intervención y/o apertura de archivos hoy existente en favor de esos dos países - y sus instituciones - debido a las presiones políticas manifiestas que se vienen ejerciendo sobre la Argentina desde hace largos años, orientadas a lograr la fabricación delictiva de pruebas y las pistas falsas dadas al respecto; y debiera requerir, además, la reciprocidad por la no apertura o acceso a la documentación homóloga existente en ambos Estados.

Por último, cabe sugerir que el Gobierno y las Instituciones responsables de la Sociedad Argentina hagan un llamamiento a la Colectividad Judía de la Argentina y muy especialmente a sus organizaciones comunitarias - notablemente, la AMIA (Asociación Mutual Israelita Argentina), la DAIA (Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas) y la OSA (Organización Sionista Argentuna) - para que condenen estos actos de barbarie cometidos por el Estado de Israel, y adviertan el peligro de que toda la comunidad se vea arrastrada por el Fundamentalismo Sionista en el Mundo. La Colectividad Judía de la Argentina – integrada pacíficamente con los demás credos y comunidades del país – no merece quedar comprometida con los crímenes de la Política terrorista del Estado de Israel.

Por las razones expuestas, pedimos al Señor Presidente su atención frente al planteo de la presente nota, la realización de todas las acciones diplomáticas que tenga a su alcance en este sentido y, sobre todo, su definición frente a este problema de Terrorismo de Estado que hoy le toca sufrir al Líbano y Gaza a manos del Estado Israelí.

Dada la urgencia de los tiempos frente a la tragedia desatada por el Estado de Israel en el Medio Oriente, rogamos al Señor Presidente una respuesta dentro de la mayor brevedad que le sea posible, porque está en juego la vida y la muerte de miles de civiles árabes inocentes cuya sangre ha sido y sigue siendo derramada por la acción criminal de las Fuerzas Militares Israelíes.  Existen claros indicios que el cese de fuego actualmente vigente representa apenas un alto momentáneo en un conflicto sangriento que recrudecerá en breve (*).

En espera de esta respuesta, saludamos al Señor Presidente con nuestra mayor consideración.

por Movimiento por la Segunda República Argentina - (MSRA)

Adrian Salbuchi

 (Fundador) 

(*) Según lo explicamos en el boletín "El Traductor Gráfico" (No. 42 de fecha 02-Sept-06).

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