SOLDADOS ISRAELÍES CONFIESAN LA BRUTALIDAD QUE EJERCÍAN CONTRA CIVILES EN GAZA

EFE. JERUSALÉN.- Una veintena de soldados israelíes que participaron en la última ofensiva en Gaza denunciaron la brutalidad de la fuerza militar empleada, la no distinción entre combatientes y civiles y la ausencia total de restricciones a la hora de disparar.

La ONG israelí "Rompiendo el Silencio" difundió ayer los testimonios de los soldados que participaron en la operación Plomo Fundido (entre el 27 de diciembre y el 18 de enero y en la que murieron 1.400 palestinos, en su mayoría civiles), para abrir un debate sobre el comportamiento del Ejército. "En Gaza se impuso, ante todo, que las tropas no corriesen absolutamente ningún riesgo", explica el director de ésta organización, Yehuda Shaul, un militar en la reserva para quien lo ocurrido debe interpretarse a la luz de la derrota israelí en el sur de El Líbano en 2006.

Shaul destaca que los testimonios recogen la ausencia total de reglas para el combate, lo que derivó en una libertad absoluta de muchos soldados para disparar a cualquier palestino, civil o no. "No había límites. Todo el que hubiese ahí era enemigo", explica Shaul, que añade que muchas instrucciones fueron: "Entrad y disparad contra todo".

Uno de los soldados que hizo público su testimonio de forma anónima corrobora que "las normas eran: Dispara si te apetece", y añade que los mandos "repetían todo el tiempo que esto es la guerra y que en la guerra no hay restricciones para abrir fuego".

Otro militar asegura: "No había que tener ninguna consideración hacia los civiles, disparábamos a todo el que viésemos. Se nos repetía que las consideraciones humanitarias no tenían cabida. Nos decían que no dejáramos que la moralidad fuera un problema. Que dejásemos las pesadillas para luego y ahora simplemente disparásemos". Un joven se lamenta de "el odio y la alegría de matar" entre las tropas.