CAMINO DE LAS NUBES, UN NACIONALISTA VA

por el Dr. Edgardo A. Moreno

 

El pasado 1° de Octubre uno de los puntales del nacionalismo en Santiago del Estero partio a montar la guardia de los luceros. Dolorosa y grande perdida para los que quedamos.

Nuestro querido camarada Jose Bima provenía de esa minúscula porción sana de lo que fuera el peronismo.

Y por que sano, sanísimo era el, se alejo de aquellos a los que catalogaba de  bolcheviques, infiltrados y delincuentes.

Cuando lo conocimos, a principios de los noventa, no cesaba de comentarnos toda la bronca que se tuvo que tragar durante esos años en los que desde la soledad veía el rumbo que tomaba la Patria.

Estaba en la búsqueda de alguna organización en la que pudiera concretar su deseos de militar orgánicamente al servicio de la “causa nacional”, como a el le gustaba decir.

Muchísimas veces nos contó como en sus esporádicos viajes a Bs. As. había podido conocer algunas publicaciones que editaban grupos nacionalistas existentes por entonces, (Informaciones sobre Masonería, de Maguire; los folletos de editorial Milicia, de Rivaneras Carles; el periódico Alerta Nacional) con ellos formo su criterio, y aunque no llego a militar en ninguna de aquellas agrupaciones siempre las miro con simpatía y expectativa.

Es que el camarada Bima tenia muchas esperanzas en un resurgimiento del nacionalismo. Por eso, a pesar de que cada frustración o defección le dolía en el alma,  siempre fue optimista.

Podría decirse de el que era un poco ingenuo, producto ello de su natural bondad. Pero no comía vidrio, tenia olfato. Cuando algo pintaba irremediablemente mal se alejaba sin agraviar a nadie. Jamás se lo escucho hablar mal de un camarada.

Como a todo nacionalista le gustaba discutir con énfasis y acaloradamente, pero nunca provoco divisiones sin sentido, ni guardo rencor alguno.

En el año 92 fue candidato a diputado por el Modin; en el 93, candidato a Convencional Constituyente, y en el 94 a vice-Gobernador.

El pacto Rico-Duhalde lo desilusiono tremendamente, pero no abandono la militancia, busco nuevos instrumentos para seguir la lucha.

Paso fugazmente, como no podía ser de otra manera, por el Partido Nacionalista Constitucional.

Formo parte del Instituto Arturo Jauretche, de notable labor en esta provincia.

Su admiración por el cnel. Seineldin lo llevo a integrarse al Mineii, ya cuando dicha organización agonizaba.

Siendo su profesión la de un humilde “canillita”, se dedico a la actividad sindical, llegando a ser designado Secretario General del Sindicato de Vendedores de Diarios y Revistas. Dicho cargo no fue obstáculo para su militancia nacionalista, es mas desde alli apoyo todas las actividades que el nacionalismo en Santiago del Estero emprendió.

Jose Bima no solo fue un ejemplo de militante abnegado y perseverante sino que tambien fue un modelo de sindicalista. 

Durante todo el tiempo en que se desmpeño  como Secretario general del Sindicato, continuo trabajando como lo hacia desde los 14 años, repartiendo diarios en su bicicleta desde las primeras horas de la madrugada cualesquiera fueran las inclemencias climáticas. Nunca hizo uso de privilegios ni acrecento en un céntimo su patrimonio valiéndose del cargo.

El nacionalismo podia enorgullecerse de este humilde trabajador que estaba entre los mejores de sus filas.

En el año 2006, Jose renovó sus esperanzas de primera hora sumandose alegremente a una nueva organización, el partido Fuerza Patriotica, organización por la que fue candidato a concejal.

En realidad las candidaturas y los cargos no le interesaban, los tomaba como un acto de servicio, solo le interesaba la vigencia del ideario, por ello alentaba constantemente a las nuevas generaciones de militantes a no bajar los brazos.

En esta breve y pobre crónica de su militancia podemos intuir sus virtudes. Pero digámoslas explícitamente.

Jose Bima fue un gran patriota, un cristiano fiel, un excelente amigo, un hombre honradisimo, un buen padre y esposo. Su corazón era noble y generoso, siempre dispuesto para la limosna frecuente (esa que borra multitud de pecados) y para el aporte solidario. Nunca le deseo el mal a nadie, al contrario procuro hacer el bien. En su alma no había maldad alguna.

Por eso al entrar al Reino de los Cielos, seguramente con esa “camisa negra” que tan orgullosamente solía vestir, el Buen Dios al ver su simpática y campechana estampa y le habrá dicho: “Bienaventurados los de corazon limpio, pues ellos veran a Dios”

Descansa en paz querido amigo y camarada Jose, tus hermanos en el buen combate no te olvidaran.