CANTO DEL ÚLTIMO BATALLÓN



Los cantos nuevos,
y los antiguos cantos.
Las jóvenes manos,
y las manos curtidas
de la primera hora.

Yo te digo hermano,
amigo, camarada,
que levantes bien alto
tu voz y tu estandarte.

Que acomodes tu espíritu
y tu uniforme para la
marcha decisiva.

Estamos volviendo, como vuelve
la aurora de un nuevo día.
Iluminados por el sol naciente,
nuestros pájaros se adueñan
otra vez del cielo y el firmamento.

Los noveles druidas
de las viejas profecías,
han mirado con asombro el dictado
de las Runas, mientras el rumor
creciente de los tambores
hace arder el corazón de los Elegidos.

Puedes proclamarlo a los cuatro vientos:
El Tiempo está cumplido.
Estigia y sus nefastos adeptos, con sus
camuflados nombres del presente,
durarán muy poco. Pronto el lagar de
la Justicia vendrá por ellos.

Estamos los que una vez fuimos,
volvemos con el mandato de la Sangre.

Volvemos desde las sombras de Roma,
volvemos desde Berlin y Dresde,
volvemos desde las estepas heladas,
volvemos desde el universo calcinado
de Hiroshima y Nagasacki.

Volvemos desde la cruz Palestina,
volvemos desde la argenta Malvinas.

Somos los nuevos Guerreros,
somos los Guerreros de siempre,

Y sobre nuestras amadas banderas,
flamea gloriosa la Gamada,
que nos unifica por el mismo ideal,
contra el enemigo de la Humanidad.

¡Dios con Nosotros!

Los cuervos sagrados anuncian el despertar
del rey dormido. La cueva está abierta
y vacía. Mira al campo de batalla,
ahora la espada brilla, portada con
legítimo derecho por el jinete del Retorno.

¡Haz justicia filosa Nandaka,
Sleipner marcha a paso de guerra!

Los lobos de la Resistencia
rodeamos y acompañamos con fiereza
al avatar de Vishnú,
al hijo de Brahma,
al hermano de Shiva.
La furia de Odin está con nosotros.

El Loto Blanco ya impera
en la mente de los justos.
¡Cuántos años de dolor e injusticia!
Pero Alouine nos pidió paciencia
en las horas de vacío y desesperanza.
Y la Providencia ha recompensado
con creces nuestra espera.

El Señor Kalki está aquí,
en la época más oscura.
Para vencer en nombre
de eternos Héroes y Mártires.

Para que el Hombre vuelva a ser Hombre,
y para que el enemigo del Hombre
desaparezca de la faz de la Tierra
en la necesaria Vindicta.

Eleva tu mirada,
Camarada del Amanecer,
el aliento de Dios
hace ondear nuestros estandartes.

Somos los nuevos Guerreros,
somos los Guerreros de siempre.

Por el nuevo triunfo,
Por la nueva Humanidad,
¡Hemos vuelto!


Camarada Anónimo del Último Batallón