LAS CELDAS SIONISTAS, CÁMARAS MORTUORIAS PARA LA VIDA

Traducido por Alejandra del Palacio para La Estrella Palestina

 

El aislamiento es una de las prácticas de tortura más brutales y crueles utilizadas por las autoridades israelíes dentro las prisiones. Los presos palestinos y árabes son forzados a permanecer en cajas o tumbas, para destruir gradualmente su ánimo. Los prisioneros son aislados en celdas angostas y pequeñas conocidas como “X’s” por largos períodos y en algunos casos por años.

Las celdas son oscuras, no entra el sol ni el aire fresco, son sucias con colchones y mantas mal olientes. No hay televisión, ni radio, ni siquiera periódicos ya que la comunicación con el mundo exterior está totalmente prohibida. Ni siquiera está permitido tener un reloj para saber la hora.

Durante el encierro, los presos no pueden reunirse con otros presos y se les prohíbe la visita de sus familiares. Excepcionalmente cuando estas son autorizadas, tienen que enfrentar un proceso de crueldad, humillación y maltrato.

Si durante el período de encierro un prisionero se enferma, recibirá poca atención médica, si acaso la recibe. En raras ocasiones se les permite recibir tratamiento en una clínica.

En resumen, es difícil describir la brutalidad practicada contra los presos en aislamiento. Sin embargo, existe la necesidad de resaltar la crueldad de estos crímenes, como así también la importancia de que las organizaciones internacionales intervengan para poner fin a estas prácticas que violan los derechos humanos.

Los sueños de los presos en aislamiento

Sami Jabareen uno de los presos liberados que enfrentó el aislamiento dijo que “los palestinos encarcelados padecen física y mentalmente, en todo momento, por las diferentes formas de torturas, sufridas por todos los detenidos, siendo el aislamiento una de las menos conocida porque no todos los presos son expuestos a la incomunicación. Los ocupantes practican este brutal método de tortura contra ciertos prisioneros a los que pretenden humillar y destruir psicológicamente.”

Ahmad Abu Hajla otro preso liberado habla de la extensa tortura sufrida en el aislamiento, que en un principio era de muchos días o semanas y a un número limitado de detenidos. Gradualmente se volvió en años para decenas de presos, incluidas mujeres. Musa Dawdeen fue aislado 9 años, durante ese periodo se le permitió ver a sus padres tan sólo una vez.

El aislamiento deja en los presos una gran cantidad de cicatrices psicológicas al extremo de que una víctima de confinamiento solo sueña con regresar a las celdas regulares de la prisión junto a sus compañeros.

Aumento del aislamiento

Es evidente que la ocupación extiende gradualmente su política de aislamiento para incluir a más presos palestinos, así lo confirma Bothina Dakmak, abogada de la Fundación Mandela para el Bienestar de los Presos, después de realizar varias visitas a diferentes presos en aislamiento de la prisión de Asheel Beer Sheba. La profesional denuncia estos hechos diciendo: “esto es obvio debido al incremento del número de presos puestos en aislamiento, en condiciones extremadamente duras. Además, les son negado un sin número de necesidades y derechos básicos, incluyendo el derecho a recibir visitas de sus familiares”. De acuerdo a Dakmak, la situación de los presos en aislamiento se describiría como: “enterrados vivos dentro de cuevas oscuras”.

A la horrorosa situación de los detenidos, las autoridades de las prisiones han dado un paso más hacia la brutalidad al construir nuevas “celdas aterradoras”, como la “celda de aislamiento Saba”, especialmente la sección 9; la “celda de aislamiento Ayalon” en Ramla y la más devastadora las “celdas de aislamiento Nitsan. Estas celdas se encuentran alineadas, separadas por pasillo estrecho, están bajo tierra donde el mal olor se torna insoportable por el elevado porcentaje de humedad, al que se le suma el hedor que emanan unas tuberías que pasan por el techo.

Texto en inglés:
http://www.palestine-info.com/