DE LAS PIEDRAS DE DAVID A LOS TANQUES DE GOLIAT

por Jose Saramago  (*)

 

Aquel rubio David de antaño, sobrevuela en helicoptero las tierras palestinas ocupadas y dispara misiles contra inocentes desarmados, aquel delicado David de otrora tripula los tanques mas poderosos del mundoy aplasta y revienta todo lo que encuentra a su paso, aquel David lírico que cantaba loas a Betsabe, encarnado ahora en la figura gargantuesca de un criminal de guerra llamado Ariel Sharon, lanza el "poetico" mensaje de que primero es preciso acabar con los palestinos para después negociar con los que queden.

En pocas palabras, en esto es en lo que, con ligeras variaciones tacticas, consiste desde 1948 la estrategia política israelí. Intoxicados mentalmente por la idea mesiánica de un Gran Israel que en  realidad son los sueños expansionistas del sionismo más radical, contaminados por la monstruosa y arraigada "certeza" de que en  este mundo catastrófico y absurdo existe un pueblo elegido de Dios y que, por tanto, están automáticamente justificadas y autorizadas, en nombre de los supuestos horrores del pasado y de los miedos de hoy, las acciones nacidas de un racismo obsesivo, psicológica y patológicamente exclusivista, educados y formados en la idea de que cualquier sufrimiento que hayan infligido, inflijan o vayan a infligir a los demás, especialmente a los palestinos, siempre será inferior a los que ellos padecieron en el supuesto Holocausto, los judíos arañan sin cesar su herida para que no dejede sangrar, para hacerla incurable, y la muestran al mundo como una bandera. Israel se adueña de las terribles palabras de Dios en el Deuteronomio: "Míos son la venganza y el pago".

Israel quiere que todos nosotros nos sintamos culpables, directa o indirectamente, de los horrores del  "Holocausto".

Israel quiere que renunciemos al más elemental juicio crítico y nos transformemos en un eco docil de su voluntad.

Israel quiere que reconozcamos de iure lo que, para ellos, es ya un ejercicio de facto: la impunidad absoluta. Desde el punto de vista de los judíos, Israel no podrá ser sometido a juicio, "porque fue torturado, gaseado e incinerado en Auschwitz".

Me pregunto si aquellos judíos que murieron en los campos de concentracion alemanes, los que fueron perseguidos a lo largo de la historia, los que murieron en los pogroms, los que quedaron olvidados en los guetos, me pregunto si esa inmensa multitud de desgraciados no sentiría vergüenza al ver los actos infames que cometen sus descendientes.

Me pregunto si el haber sufrido tanto no seria el mejor motivo para no hacer sufrir a los demás. Las piedras de David han cambiado de manos, ahora son los palestinos los que las arrojan. Goliat esta al otro lado, armado y equipado como nunca lo ha estado soldado alguno en la historia de las guerras, aparte, claro está, del amigo estadounidense.

A Israel le queda aun mucho que aprender si no es capaz de entender las razones que pueden llevar a un ser humano a transformarse en una bomba.

 

(*) Escritor portugués, recientemente fallecido. Premio Nobel de Literatura de1998. Parlamento Internacional de
Escritores.