Reporte de la Agencia de noticias Kali-Yuga
AFGANISTÁN Y VIETNAM: DIFERENCIAS Y ANALOGÍAS HISTÓRICAS
por Walter Preziosi
                          
                          El mes que concluye ha dado signos claros e
                          irreversibles de la inminente derrota norteamericana,
                          rusa y europea en Afganistán. Podemos señalar al
                          respecto los hechos siguientes más significativos:
1) Absoluto fracaso de la ofensiva yanqui en Marjah. Luego de cinco meses de una acción que estaba destinada a desalojar a los talibanes de la provincia sureña de Helmand, la realidad ha sido que ni siquiera se ha podido ocupar la totalidad de tal distrito y la resistencia continúa agigantándose día a día.
2) Levantamiento sine die de la ofensiva en la provincia de Kandahar. A pesar de venirse anunciando con bombos y platillos durante varios meses, como secuela de lo que se esperaba como una victoriosa acción en la vecina provincia de Helmand, ya se ha dejado de hablar de la segunda ofensiva que se iba a efectuar en Kandahar en donde se encuentra uno de los principales bastiones de los talibanes.
3) A todo esto la acción de la insurgencia ha venido incrementándose en los últimos días hasta límites insólitos. Si el Emirato Islámico en sus boletines diarios señalaba unas 15 acciones bélicas, desde hace dos semanas a esta parte ya son más de 30 las que se efectúan habiendo además caído en sus manos otros 14 distritos.
4) Pero el hecho más sintomático lo hemos tenido a comienzos de esta semana cuando intentó efectuarse una reunión en Kabul con la asistencia de los 44 países que participan de la guerra a fin de evaluar los últimos acontecimientos. A pesar de que la reunión no había sido publicitada, el movimiento talibán logró bombardear el aeropuerto de Kabul impidiendo así la llegada de varias delegaciones. Ante este acontecimiento algunos países resolvieron no concurrir. Otros en cambio pudieron hacerlo ingresando por el vecino Kazakistán, país satélite de Rusia, nación actualmente sumamente comprometida en esta guerra en estrecha alianza con norteamericanos, chinos y europeos. De allí arribaron al aeropuerto militar de Bagram y luego fueron trasladados en helicópteros hacia el centro de Kabul. Este hecho es una señal clara de que ni siquiera en la capital de Afganistán EEUU está controlando la situación. La reunión sólo pudo durar 5 horas debido al sumo nerviosismo existente ante la eventualidad de un nuevo ataque talibán. Se señalaron aquí dos posturas: la norteamericana que ahora sostiene un retiro en el 2014 ante el dramático informe compartido por el Gral. Petraeus y el presidente Karzai respecto de que sólo en tal fecha se especula que se podrá alcanzar una ‘normalización’ del país y por otro lado la postura británica de un retiro casi inmediato a partir del 2011. Otros países como Holanda y Canadá, entre los más comprometidos en la guerra, ya han manifestado su intención de retirarse en los próximos meses. Ante esta situación de verdadera catástrofe es dable intentar entender la postura asumida por Obama. Si éste había anunciado en su momento un retiro para el próximo año, ahora al trasladarlo hasta el 2014 en realidad apuesta a que sea su sucesor el que tome la medida de irse derrotado de la guerra. Él no puede hacer como el destituido Gral. Mc Chrystall que inventó un conflicto a fin de hacerse echar y no convertirse así en el general de la derrota. Obama supone que, si bien no se puede derrotar a los talibanes, éstos tampoco estarían en condiciones de echarlos del país, entonces de lo que se trataría es de mantener el statu quo al menos hasta cuando tenga que irse del gobierno. Lo ayuda enormemente que Afganistán no es lo mismo que Vietnam, tal como veremos, pues no existe ahora como entonces en su país una izquierda licenciosa financiada por los rusos que realice manifestaciones en contra de la guerra, lo cual fue lo que realmente produjo la huída de su país de Vietnam más que la acción bélica producida por los Vietcong. La izquierda, si bien odia al ‘imperialismo’, tiene aun la sangre en el ojo por la estrepitosa derrota que los talibanes les propinaron a los rusos y saben perfectamente que una vez derrotados los norteamericanos irán después por ellos pues el gran enemigo del fundamentalismo no es un determinado país sino una concepción del mundo materialista que marxismo y liberalismo comparten por igual. Por tal razón no hay movimientos masivos de protesta en los EEUU y los países europeos en tanto que la izquierda sigue satelizada a los intereses rusos. Y esto es lo que lo favorece a Obama y no convierte en tan urgente su ida de Afganistán.
Llegados a este punto señalemos otros contrastes existentes entre las dos situaciones bélicas. Las dos han sido guerras largas que han durado cerca de una década, pero la diferencia entre ambas es abismal. La guerra de Vietnam fue en última instancia un conflicto entre dos imperialismos: el marxista comunista constituido en estrecha alianza por Rusia y China y el liberal capitalista capitaneado por EEUU y la Otan. En la guerra de Vietnam participó activamente un tercer país, Vietnam del Norte. Acá en cambio a pesar de todos los esfuerzos denodados que hacen los distintos satélites y agentes actuales que tienen los rusos por demostrar lo contrario, no hay ningún Estado que apoye al movimiento talibán. Más todavía las dos potencias gemelas, marxismo y capitalismo, Rusia, China, EEUU y Europa están todos unidos en contra del fundamentalismo de los talibanes y Al Qaeda. Además la guerra de Afganistán tiene ramificaciones en Irak, Pakistán, Yemen, Somalia, Magreb y el Cáucaso. De hecho se está convirtiendo de a poco en una Tercera Guerra Mundial en la cual, a diferencia de las otras, no son naciones las que combaten, sino concepciones del mundo.
Por
                          supuesto que los varios esquematismos modernos nunca
                          van a poder compartir este análisis en tanto que para
                          ellos el hombre no existe, sino solamente grandes
                          estructuras abstractas, que pueden ser tanto las
                          naciones, de la misma manera que para los marxistas
                          son las clases sociales, las cuales en ambos casos
                          tienen el gran privilegio de absorber la totalidad de
                          las acciones de las personas, convirtiendo así a su
                          libertad en una simple ilusión. Ésta es la causa por
                          la que ellos siempre nos dirán que el fundamentalismo
                          que hoy está ganando la guerra en realidad, en tanto
                          sería un simple agente de los EEUU, pues sólo los
                          Estados son realidades, representaría un verdadero
                          montaje, una excusa que ellos inventan para poder
                          dominar el mundo. Abstraídos como están en sus
                          esquemas nunca van a poder ver nada y su mensaje va a
                          ser siempre una monótona cuando no peligrosa fantasía.
                          (1)
                          
                          (1) Nosotros nos hemos cansado de analizar y rebatir
                          lo que varios ‘analistas’ han escrito con la
                          finalidad ya expresa de exaltar el poder omnímodo de
                          los EEUU con argumentos falaces que han simulado
                          siempre oponérsele. Así pues mientras que el
                          menemista Graziano manifestaba en sucesivos best
                          sellers que en realidad Al Qaeda y los talibanes
                          habían sido puestos por los norteamericanos e
                          ingleses para ‘justificar’ su presencia en la región
                          y que, para poder quedarse allí por mucho tiempo, les
                          dejan ganar un poco la guerra, su par Salbuchi ha
                          recientemente ganado el concurso al delirio. Del mismo
                          modo que su compatriota que sugería ‘relaciones
                          carnales’ con quien había ‘ganado’ todas las
                          guerras, en sintonía con tal idea acaba de considerar
                          que aun lo que podría ser un signo de la gran
                          incapacidad e incompetencia propia de un imperio débil
                          y crepuscular, tal como fuera el reciente accidente
                          petrolero en el Golfo de Méjico, producto de un
                          sistema que por desesperación consumista efectúa
                          perforaciones petroleras en zonas peligrosas e
                          inseguras, en cambio habría sido en verdad otro
                          montaje producido ex profeso como los atentados de la
                          AMIA, el del 11S, etc. con la finalidad de mantener al
                          mundo entero en estado de miedo y tensión. Nuevamente
                          el poder mundial que tanto dicen denunciar tales
                          articulistas se convertiría ante los ojos de todos
                          como una especie de Deus ex machina que todo
                          lo puede y hace aun lo que en apariencias serían
                          errores o equivocaciones y ante el cual lo único que
                          nos resta es resignarnos pues si hacemos como los
                          talibanes nos convertimos en sus agentes sin darnos
                          cuenta.