Los nombres que oculta el kirchnerismo en torno al triple crimen

EFEDRINA, BLANQUEO DE DINERO Y SILENCIO OFICIAL

por Christian Sanz

 

1-Campaña K y blanqueo de dinero

    Martes por la mañana. En la esquina de Pueyrredón y Av. Córdoba este periodista se encontró con un importante empresario de la industria farmacéutica ¿El motivo? hablar sobre los aportes a la campaña de Cristina Kirchner en 2007.

    "La verdad es que nosotros no pusimos un peso, sólo firmamos y aportamos una serie de cheques (...) Te pagaban el 6% de lo que firmabas y te aseguraban que iban a darte la posibilidad de hacer negocios con la superintendencia (de Servicios de Salud) ¿Cómo no íbamos a entrar?", confesó la fuente en estricto off the record.

    Acto seguido, frente a las pertinentes preguntas de este medio, dio certeras y polémicas definiciones:

    -"Todo se hizo en la oficina de (Héctor) Capaccioli", superintendente de Servicios de Salud.

    -"La cola de personas que firmaron era enorme, te aseguro que ninguno de ellos puso un mango" (1).

    -"El encargado de gran parte de la operatoria fue (José Luis) Salvatierra", ex interventor del Hospital Francés y hombre de confianza de Capaccioli y el ex jefe de Gabinete, Alberto Fernández".

    Las afirmaciones del empresario sólo ratificaron lo que ya se sabía y que se viene denunciando desde este y otros medios: que existió un elocuente "blanqueo de dinero" de los fondos que financiaron la campaña de Cristina Kirchner, los cuales, se presume, provinieron de cárteles de la droga de Colombia y de México.

    A ese respecto, existe una denuncia puntual presentada por diputados de Coalición Cívica y que promete traer grandes dolores de cabeza al oficialismo.


2-La muerte de los empresarios

    Uno de los nombres más importantes en el marco de la investigación del asesinato de los "empresarios" en General Rodríguez es el de Ibar Esteban Pérez Corradi -mencionado por primera vez por este periódico-, sospechado por la embajada de Estados Unidos de ser el nexo entre cárteles de la droga mexicanos y ciertos laboratorios y droguerías. Asimismo, es quien habría negociado con funcionarios del kirchnerismo el ingreso de dinero del narcotráfico para la campaña de Cristina Kirchner a cambio de impunidad para sus "empleadores" aztecas. En ese marco se entendería la falta de controles fronterizos, la ausencia de radares y la resistencia de cierto ministro de la Nación a la hora de reglamentar una ley de precursores químicos.

    Pérez Corradi fue denunciado en dos oportunidades por Sebastián Forza por amenazas, motivo por el cual no se entiende por qué la Justicia aún no lo llamó a declarar en el marco de la causa que investiga su muerte. ¿Acaso posee un "paraguas protector" desde lo más granado de la política vernácula?

    Otro de los personajes que en las últimas horas los investigadores han puesto en la mira por sus amenazas a Forza es Marcelo Abasto, también mencionado por este medio antes que ningún otro. El 3 de septiembre de 2008, antes de que apareciera siquiera mencionado en la causa judicial, Tribuna de periodistas publicó que era una de las personas que debía investigarse: "Marcelo Abasto es un joven sanjuanino, titular de droguería Multifarma que ostenta el mismo récord que el de los asesinados: aportó dinero a la campaña presidencial y posee docenas de cheques rechazados por un total de $1.361.872,22." (2)

    Aunque se intenta despistar a la opinión pública asegurando que la responsabilidad en torno al triple asesinato gira en torno a sicarios mexicanos, cada día cobra más fuerza la línea sostenida por este periódico respecto de la responsabilidad de fuerzas de seguridad de la provincia de Buenos Aires. ¿Quién, si no, podría haber liberado la zona donde ocurrieron los hechos? ¿Qué mejor estrategia que hacer creer que se trató de narcos mexicanos utilizando su misma metodología a la hora de matar?

    En el mismo sentido, se quiere hacer creer que la responsabilidad de todo le cabe a un cártel mexicano que se sintió traicionado por un supuesto envío de efedrina "rebajada con sal" (¿?), el cual habría enviado sicarios que entraron y salieron cómodamente del país, sin intervención de funcionarios argentinos. ¿Es creíble semejante disparate?

    ¿No fue contraproducente acaso para los narcotraficantes mexicanos lo sucedido, al haber perdido la gallina de los huevos de oro?

    Antes de continuar, es necesario remarcar un par de certezas:

    1-Las dos principales pistas que sigue la Justicia -la de la efedrina y la de los remedios adulterados-, han mostrado ser parte de una sola línea. Se ha demostrado que casi todas las firmas que aparecieron relacionadas al tema "efedrina" también estaban vinculadas a negociados con medicamentos "truchos".

    2-A esta altura, los investigadores creen que el móvil principal de la muerte de los jóvenes está relacionado al intento de quedarse con un mercado que estaba copado por otro grupo: el de la exportación de efedrina. En esta línea tendrían relevancia el mencionado Pérez Corradi y su "subalterno", Luis Marcelo Tarzia.

    3-Ninguno de los "negocios" llevados a cabo por estos intermediarios con los cárteles de México podría realizarse si no existiera la connivencia de funcionarios del kirchnerismo, especialmente de sectores vinculados al Ministerio del Interior, el de Justicia y la Dirección Nacional de Migraciones.

    Estas certezas son las que permiten entender por qué se intenta desinformar incesantemente a los medios y por qué no se avanza más allá del señalamiento sobre ciertos "perejiles".


3-Conexiones peligrosas

    En las últimas horas, Solange Bellone -viuda de Sebastián Forza- comenzó a apuntar sus cañones hacia Ibar Pérez Corradi. Lo hizo crípticamente, pero sin pelos en la lengua, al asegurar que el culpable de la muerte de su marido es "una persona que tiene un gran apoyo político". En el mismo sentido, agregó que los tres jóvenes "cayeron en una trampa".

    Un dato aún desconocido: Forza trabajó con Pérez Corradi en una oficina ubicada en Pasaje King de esta Capital Federal. Aunque no trabajaban juntos, eran "asociados": Forza acercaba los negocios y Pérez Corradi ponía el dinero.

    "Cuando ibas a la oficina no podías dejar de impresionarte porque había una mesa llena de dinero que traía Corradi para 'blanquear'. Sebastián lo ayudaba comprando y vendiendo remedios y ambos sacaban jugoso provecho de la situación", aseguró a este medio un empresario que supo frecuentar el mencionado lugar.

    A fines de 2007, Forza y Pérez Corradi rompieron lanzas, hecho que habría hecho trastabillar financieramente al primero. A partir de allí vendrían las amenazas y las consecuentes denuncias en la Justicia. Lo demás, es historia conocida.

    Por todo lo mencionado es que debe profundizarse la indagación sobre las amenazas que recibía Sebastián Forza, no sólo por parte de Corradi, sino también de un tal "Cali", cuya identidad intenta determinar la Justicia en estas horas.

    Otro de los personajes bajo sospecha es Martín Magallanes, a la sazón socio del suicidado Ariel Vilán y con fuertes vínculos con el anteriormente nombrado Tarzia. Es dable recordar que Tarzia es el único argentino detenido junto a nueve mexicanos en el allanamiento de Ingeniero Maschwitz del 18 de julio pasado, donde se secuestró, entre otras cosas, gran cantidad de precursores químicos (3).

    No casualmente, Tarzia tenía un celular específico para comunicarse con otro de los mencionados en esta causa, Marcelo Abasto, y ambos tenían comunicación directa con Pérez Corradi.

    Hablando de este último, el jueves 4 de septiembre último, por orden del juez Faggionatto Márquez, la policía de Tráfico de Drogas Ilícitas allanó una droguería situada en Constituyentes 390 de General Pacheco, donde se encontró documentación sobre la compra de 650 kilos de efedrina.

    Aunque mucho se especuló sobre el real funcionamiento del lugar, por el estado abandónico en el que se encontraba al momento del allanamiento, pocos saben que el mandamás de la supuesta "droguería" es Pérez Corradi. Eso quizás ayude a entender por qué el sindicado como dueño del galpón, Jorge Alberto Ochoa, aún se encuentra prófugo de la Justicia.

    Otra vez la misma pregunta: ¿No es pertinente que la Justicia cite a Pérez Corradi?


Concluyendo

    La incesante presión oficial de los últimos días, es la prueba más cabal de que el curso de la investigación preocupa a más de un funcionario kirchnerista. Por caso, Ana María Yacobucci, titular de la fiscalía Nº 32 de esta Capital Federal, es una de las más afectadas por ello y evalúa en estas horas abandonar por completo el expediente por la muerte de los jóvenes.

    Pase lo que pase a futuro, quien esté a cargo de la causa deberá indagar sobre las siguientes personas a efectos de llegar a la verdad:

    -Martín Lanata: funcionario muy cercano a un ministro de la Nación. Es quien, inexplicablemente, dio permiso de portar armas a Forza y a Pérez Corradi.

    -Guillermo Martinero: un abogado que cambiaba cheques a Pérez Corradi, Forza y otros titulares de firmas sospechosas.

    -Los hermanos Marcelo y Diego Colosa: proveedores de la obra social del Hospital Militar y asiduos viajeros entre Perú y Buenos Aires. El nexo entre estos y los demás mencionados es Martinero.

    -Ricardo Martínez: Padre del actor Mariano Martínez y uno de los más importantes compradores de efedrina.

    -Horacio Román (4): Ex senador por la Provincia de Buenos Aires. Fuertemente vinculado a la industria farmacéutica y sindicado como padrino de varios jueces, fiscales y comisarios del conurbano.

    Finalmente, un dato para preocupar al gobierno: el narco mexicano Jesús Martínez Espinoza -fuertemente vinculado a Tarzia- no está prófugo como se cree, sino que colabora con la DEA en estas horas.

 

(1) Sebastián Forza aseguró lo mismo a este periodista, que no había puesto un peso, sólo su firma.

(2) Ver http://www.periodicotribuna.com.ar/Articulo.asp?Articulo=4308

(3) Como se mencionó en este sitio, los mexicanos, lejos de ser "narcotraficantes" -como imbécilmente los mencionan algunos medios-, vivían esclavizados y sin posibilidad de salir a la calle.

(4) Hace unos días, Román envió una carta documento a este periodista por la mención de su persona. Se le respondió ratificando lo dicho.