TRES EXPERIENCIAS HONDUREÑAS

por el Prof. Pedro Godoy P.

Centro de Estudios Chilenos CEDECH  -   director@cedech.cl

 

1. Ofrecer flancos para ser víctima del enemigo es lo que denominamos "obsequio de pretextos". La moda de reelegirse es un motivo para que se acuse a los innovadores, de perfilarse como candidatos a establecer una dictadura. Se contrargumenta que los líderes representativos -Evo, Hugo, Daniel, Rafael...- son insustituibles. Se duda de tal afirmación. La Revolución Mexicana -pronta a conmemorar su centenario- se hace, en primera instancia, contra el porfiriato con el lema "¡Sufragio efectivo. No reelección!". La alternancia en el poder es una contribución cívica a la civilización. Imposible aceptar la monocracia y menos dinastías al estilo e Somoza o Castro. En Honduras la sola consulta en torno a la posibilidad de reelección activa fuerzas cavernarias que esperan, en la oscuridad, la ocasión de insurreccionarse. 

2. En exigir la intervención de EEUU para obligar a los golpistas a devolver la Presidencia al mandatario legítimo quiérase o no  queda de manifiesto nuestra dependencia respecto al Coloso del Norte. De Zelaya a Chávez no hubo nadie que se eximiera de solicitar a la Casa Blanca privar de piso a los gorilas hondureños. Es cierto,  operan en la esfera que los politólogos denominan la real politik. Queda, sin embargo, al descubierto nuestro  penoso vasallaje. Los sobrinos urgiendo al Tío Sam para que excluya a los barrabases uniformados que vulneran la democracia. Tanta es la rogativa que el mismo Obama hizo presente que había un doble discurso que repudiaba:  expresa "por un lado se abomina de nuestro intervencionismo y ahora lo imploran". Tal opinión invita a meditar...

3. El canciller de facto de Honduras es Enrique Ortez. Lo imagino ABC1 y, por ende, caucásico y miembro de las familias linajudas de esa república. Sacó a relucir el racismo propio de las clases dominantes. No sólo con la frase paternalista  "es morenito, pero simpático" . Tampoco con la "mirada de alto abajo" que explicita actitud de aduanero social. Menos eso de tildar de "ordinario" a cualquiera que "no sea fino". El quid es Obama mismo. Quizás molesto porque Washinton no reconoce al régimen de Micheleti expresa: "Ya EEUU no es el defensor de la democracia... el negrito ese que gobierna no conoce dónde queda Tegucigalpa". La US Embassy protesta. Entonces el titular de las RREE da explicaciones, es decir, se traga su repugnante racismo. Complementa así su altanería blanquista con la vocación de lacayo.