HUASCAR  Y RAVINET

 

por el Prof. Pedro Godoy P. - Centro de Estudios Chilenos CEDECH

 

 

Ese buque simboliza la discordia entre peruanos y chilenos. Es la tumba de dos marinos –Prat y Grau- que fueron colegas en la defensa de la América andina en 1865. Tomás Pablo propone convertirlo en museo náutico biestatal y ahora el titular de Defensa sugiere devolverlo.

 

Nada de escandalizarse: en su I Presidencia Ibáñez reintegra, al Perú, Tacna. Pinochet suscribe la Declaración de Ayacucho que compromete a Chile a resolver la mediterraneidad de Bolivia y luego se juega por la paz vaticana con Argentina. Aylwin acata el fallo sobre Laguna del Desierto.

 

De Gaulle reitegra a la RFA trofeos de guerra y a México otros derivados de la aventura de Napoleón III. Giscard d’Éstagne suprime feriados atinentes a victorias galas en tres conflagraciones francoalemanas. Perón restituye a Paraguay estandartes arrebatados a esa república en la Guerra de la Triple Alianza.

 

Bolivianos y paraguayos canjean reliquias y archivos atinengentes a la Guerra del Chaco. Entonces no es una extravagancia reintegrar el Húascar, sino tributo a la reconciliación. Mejor aun será “deschauvinizar” la docencia de la Historia Patria, según insisto en mi texto “Bicentenario e identidad”.

 

Urgente es poner fin a programas de TV como “Adíos al 7º de Línea” y –de modo pactado- atajar la maratón armamentista que enriquece a comisionistas criollos y a traficantes extranjeros mientras empobrece a nuestros pueblos. La UNASUR, la OEA, la ONU deben intervenir en esta materia.

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