Un informe confidencial del Colegio de Abogados de Israel asegura que algunas de las prisiones y cárceles israelíes parecen en realidad "mazmorras" y que los presos en confinamiento viven en condiciones infrahumanas.

INFORME DEL COLEGIO DE ABOGADOS DENUNCIA QUE ALGUNAS CÁRCELES DE ISRAEL PARECEN MÁS BIEN MAZMORRAS

 

El documento, del que da cuenta este lunes el diario 'Haaretz' y que es el primer estudio sobre el Servicio de Prisiones realizado de forma independiente, revela que dos importantes cárceles, Ayalón y Shikma, no son habitables y "se parecen a las mazmorras" de hace siglos.

Al igual, el Colegio de Abogados denuncia que las celdas de confinamiento por todo el país están "abarrotadas" y en ellas hay "olor a rancio, cloaca y moho y están infestadas de insectos".

"Es difícil ignorar que el aislamiento, tal y como se practica hoy, sirve en realidad como un castigo y no como forma de encarcelamiento" por razones objetivas, escriben los autores del informe, los abogados Michael Atia y Moran Kabalo.

Según ambos, el aislamiento en Israel se ha convertido en "un instrumento unilateral de castigo empleado fundamentalmente contra bandas delictivas".

En aislamiento son mantenidos también presos como Igal Amir, asesino del primer ministro israelí Isaac Rabin, y cabecillas de grupos armados palestinos.

Paranoia y ataques de furia

Los dos abogados realizaron la revisión del Sistema de Prisiones de Israel durante el último año a petición del Colegio de Abogados, y además de visitar los distintos centros penitenciarios dialogaron con los internos sobre sus condiciones de vida.

Una de sus principales conclusiones es el grave daño psicológico que provoca en los presos y "muchos de ellos dijeron haber desarrollado paranoia e incontrolables ataques de furia".

Además, sufren daños fisiológicos como problemas de vista por la ausencia de luz natural durante gran parte del día.

La legislación israelí y las órdenes del Servicio de Prisiones de Israel dictan que el aislamiento de presos debe emplearse únicamente como último recurso con el fin de mantener el orden y la seguridad en prisión, evitar daños físicos a algún interno o preservar la seguridad del estado.

El informe describe, sin embargo, la dramática situación de muchos de estos internos debido a que "la mayoría de las celdas no tienen ventanas y están iluminadas con tubo fluorescente".

"Mantener a seres humanos en semejantes condiciones irracionales por periodos prolongados, incluso en los casos en que se trata de personas peligrosas, son una grave violación de los derechos humanos más básicos", concluye el informe.

Yaron Zamir, portavoz del Servicio de Prisiones, dijo sobre este informe que los aislamientos de presos se aplican "bajo supervisión de los tribunales y de acuerdo a necesidades objetivas", y que se les provee a los presos "las condiciones apropiadas, derechos y tratamiento".