Transcribimos un artículo que repite en gran medida una interpretación que ya antes habíamos sostenido y difundido: que con distintas herramientas y procedimientos la plutocracia norteamerricana se había hecho con el gobierno de los tres estados europeos mediterráneos: Grecia, Italia y España. El artículo, que transcribimos más abajo, se centra en el caso italiano, con el golpe de estado mundialista que derroca a Silvio Berlusconi (hasta entonces aliado de la Lega Nord) e instala en el poder político a un agente de las finanzas apátridas, Mario Monti (quien fué alto ejecutivo de la Coca Cola, del banco judío de Usa Goldman Sach, miembro de la Trilateral Comission y del Club de Bilderberg). Un golpe de estado italiano que es maquinado desde el extranjero, en resultas de lo cual instancias anti-italianas se toman el gobierno y neutralizan al anterior partido oficialista. En lo único que cojea este artículo de Enric Ravello i Barber, que él es quien firma este artículo, es en no explicitar el papel protagónico de los grupos oligarquicos judíos en la plutocracia mundialista guachiney (que busca un mercado mundial perfecto para ellos: sin dios ni patria ni ley que les ponga obstáculo a la imposición de sus intereses). ¿Será que le teme a los dictados sionistas? PETRAS.-

LEGA NORD ENCABEZA OPOSICIÓN ITALIANA AL GOLPE DE ESTADO MUNDIALISTA

por Enric Ravello  -  Secretario Relaciones Nacionales e Internacionales de Plataforma per Catalunya

 

El pasado 13 de noviembre, Italia cambiaba de gobierno. Sin pasar por las urnas y sin someterse a la voluntad popular, Mario Monti sustituía a Silvio Berlusconi al frente del Ejecutivo transalpino, por decisión del presidente de la República, Giorgio Napolitano.  En Italia el presidente de la República es una figura poco más que simbólica, y la decisión de Napolitano no hubiera tenido consecuencias si éste no hubiera actuado como mero instrumento de los que en realidad decidieron tal cambio: los mercados financieros internacionales. La semana pasada la prensa española, en concreto el diario Público, daba detalles concretos de esta operación: Angela Merkel, en nombre del BCE, había presionado a Napolitano para que eliminase a Berlusconi y pusiese en su lugar a alguien dispuesto a aplicar de inmediato las medidas económicas que los mercados consideraban oportunas. 

Este cambio de gobierno, al margen y de espaldas a los cauces propios de una democracia occidental, constituye simplemente un Golpe de Estado de los mercados contra el poder político, dentro de una estrategia de acoso y derribo de los mercados a los países de la Europa mediterránea.

Urgido por los centros financieros internacionales, Mario Monti, ex director de la Comisión Trilateral para Europa, nombra un gobierno de tecnócratas –la mayoría de ellos ni siquiera diputados- y presenta sus primeras medidas económicas, en la línea esperada: complacencia a los mercados, liquidación del estado social, impuestos para las clases medias y trabajadores y privatización de las prestaciones públicas.

El pasado 16 de diciembre el mismo Monti, directivo de los famosos Bildelberg,  presentó su plan de ajuste ante el Parlamento italiano, que fue aprobado con el abierto apoyo de la izquierda, el discreto apoyo de la derecha berslusconiana, y que contó con el absoluto rechazo de los 60 diputados de la identitaria Lega Nord, la única defensora de los intereses de las clases medias y trabajadores del norte de Italia.

El rechazo parlamentario a las medidas de Monti, ex asesor de la banca Goldman Sach, ha sido el punto de arranque de una feroz oposición por parte de la Lega al golpe de estado mundialista de Monti, ex asesor de Coca-Cola, y su camarilla, a la que en el último gran acto celebrado por la Lega la semana pasada, Umberto Bossi se refirió como “banda  de profesores y banqueros que ejercen de ministros improvisados”.

Pero la acción de la Lega es aún más amplia. Al frente de muchos ayuntamientos y con un respaldo electoral en el norte de Italia, la Lega ha presentado recientemente tres proyectos de ley en Lombardía en virtud de los cuales un extranjero tendrá que tener 15 años acreditaros de residencia para obtener becas y disfrutar  de guarderías y prestaciones sanitarias, así como limitar a un máximo del 5% el porcentaje de extranjeros que podrán acceder a viviendas de protección oficial.  Por su parte el alcalde de Bérgamo, de la Lega Nord, ha prohibido la apertura de restaurante de comida no-europea en el centro de esa ciudad lombarda, en la vecina Alzano Lombardo, también con alcalde de la Lega Nord, las ayudas municipales para el alquiler serán sólo para familias italianas., y en Adro los chequés-bebés serán exclusivamente para familias italianas.

La Lega Nord, al igual que el resto de formaciones identitarias en diversos países europeos, es el único dique de contención contra el proyecto de ruina y liquidación social que proponen los gobiernos mundialistas, simples maniobras de los depredadores financieros y sus crematísticos intereses. La Lega  es también la resistencia popular y social  contra la mundialista del gobierno de Mario Monti, que  ya ha lanzado una campaña, apoyada por todos los lobbys “anti-racistas” del país, para abolir el derecho de sangre –vigente en Italia gracias al apoyo de la Lega Nord- y sustituir por le derecho de suelo como criterio de obtención de la nacionalidad.  Dicha campaña ha sido contestada por el diputado de la Lega, Roberto Calderoni con palabras contundentes “la Liga está dispuesta a levantar las barricadas en la calle y en el Parlamento”. Para el próximo 22 de enero hay convocada una gran manifestación identitaria contra el gobierno de Monti.

Los bandos están cada vez más claras: de un lado la finanza mundialista y sus coros de la derecha e izquierda “oficial”, de otro la resistencia popular identitaria. La Lega Nord ya ha elegido en qué lado de la trinchera se sitúa; nosotros estamos a su lado.