EL LIBERALISMO Y  LA ACTUALIDAD NACIONAL

por Guillermo E. Leserre Valsesia (*)

 

No podemos negar que en los dos siglos de acción del capitalismo, el mundo -técnica y científicamente- ha progresado más que en los diez siglos precedentes. Aunque, indudablemente, ese progreso ha gravitado sobre las espaldas de los pueblos, que han vivido sacrificados y miserables durante esos dos siglos…”.

El capitalismo con su fuerza; que es el liberalismo, está luchando para no ceder, como los señores feudales lucharon con la Revolución Francesa , también para no ceder…

El individualismo es la escuela nefasta y negativa de ganar haciendo mal a los demás en vez de ganar siendo más capaz y más moral que los otros. Ese es el espíritu maldito del individualismo, carente de sentido social y de sentido político, que no sólo ha hecho de cada hombre un lobo, sino que ha hecho lanzar a unas naciones contra otras…”.

      Juan Domingo Perón

                                                                       (Actualización Política y Doctrinaria para la Toma del Poder)

 

No nos engañemos más, argentinos, y no nos dejemos engañar; Perón, citando a los griegos, decía que “la realidad es la única verdad”; y la realidad actual es que el liberalismo está librando tácticamente una gran batalla. Estratégicamente no ha sido vencido aún, pero tácticamente nos pareció a todos que estuvo en retirada. No fue así, el liberalismo estuvo agazapado, en una retirada estratégica y ha redoblado sus esfuerzos para hacerse nuevamente con el poder formal, en nuestro país, completando así el ciclo de dominación y entrega que comenzara en Caseros y Pavón, que quedara suspendido entre 1916 / 1922, volviera en 1930; quedara nuevamente suspendido entre 1945 / 1955; y por fin retornara vencedor y dominante desde 1955; fuera suspendido otra vez con la restauración nacional y popular de 1973 / 1976; y resurgiera allá por 1966 y 1976, su momento, este último, más sangriento y culminante en el manejo de la política nacional, sólo comparable con las salvajes persecuciones de Sarmiento contra Ricardo López Jordán y sus milicias, y las represiones mitristas, contra los caudillos Ángel Vicente Peñaloza y Felipe Varela, y sus seguidores, entre otros.

Con la pretendida “restauración de la Democracia” ese liberalismo depredador, se afianzó en la década de los años noventa del pasado siglo, continuando las políticas trazadas a partir de 1976. La traición y la entrega reinaron en la Argentina, en la década de los ’90, así como reinó el terror y el crimen a partir de 1955, 1966 y 1976. No vamos a describir lo que ya hemos vivido y sufrido sin término y sin pausa. Sólo que debemos recordar los últimos movimientos de los representantes visibles del liberalismo actual en la Argentina. Esto ha hecho eclosión con el discurso de Hugo Biolcatti, en la apertura de la exposición de la Sociedad Rural en este año del Bicentenario 2010. Eduardo Duhalde, vicepresidente de Carlos Saúl Menem (No olvidemos este detalle), estuvo a su lado en el palco, asintiendo y aplaudiendo la totalidad de sus dichos, junto con su esposa y senadora nacional Hilda González de Duhalde, acompañados, por el sindicalista Gerónimo “Momo” Venegas, de la UATRE. Ni que hablar de Mauricio Macri, y del colombiano Francisco De Narváez, incondicionales del sistema liberal; también presentes.

Pareciera que el Sr. Biolcatti nos hubiese tomado por idiotas a todos los argentinos y argentinas, porque, decirnos que es preciso ocuparse de la pobreza y señalar los errores del oficialismo, desde la tribuna que ocupa; no es otra cosa que pretender tomarnos por imbéciles. Si el oficialismo tiene sus errores, no es precisamente la Sociedad Rural la mejor encargada de señalarlos; por aquello de que “…el que esté libre de culpa, que tire la primera piedra”. Y precisamente la Sociedad Rural, desde sus inicios, ha demostrado un fariseísmo incomparable. Sólo hoy, con invocar el Centenario de 1910, época de oro del sistema agro-exportador, y la división internacional del trabajo impuesta por el imperio británico, como un ejemplo de lo que debería ser nuestro país; es el claro botón de muestra. También apeló al tradicional golpe bajo del liberalismo, acusando de corrupción, exclusión, imprevisión y desde luego, de la pobreza al gobierno, como causante de todos esos males; olvidando que el mismo liberalismo ha sido, es y será (Dios y la sana razón del pueblo no lo permitan, en el futuro) la causa de todos esos males en la República, desde su asalto a las instituciones del Estado Nacional, a partir de Caseros y Pavón. Otra demostración de verdadero fariseísmo político, fue el debate conducido, por Joaquín Morales Solá en la Rural, días anteriores al funesto discurso de Biolcatti, con la asistencia de Elisa Carrió, Felipe Solá, Federico Pinedo, Patricia Bullrich, Adolfo Rodríguez Saá, Josefina Meabe de Matho, Daniel Sabsay, Ricardo Buryaile, Margarita Stolbizer, Alfredo Olmedo y Gerardo Morales. También asistieron Eduardo Duhalde y su Sra. esposa, Hilda González de Duhalde.

La Tribuna de Doctrina (el matutino La Nacion, liberal por antonomasia, y rector del sistema), la Sociedad Rural, columna vertebral de la oligarquía argentina, que aunque no siendo hoy patricia, es oligarquía, advenediza por cierto, con los hijos de los gringos chacareros, enriquecida en los últimos treinta o cincuenta años, ahora transformada en oligarquía de nuevos ricos sojeros; ese diario y esa sociedad, corporizan y representan hoy a la oposición liberal por excelencia. A ello, se le suma indudablemente al Grupo Clarín, con el Sr. Héctor Magnetto a la cabeza. Esto, sin contar con el advenimiento de la Asociación Empresaria Argentina (AEA), que junto con la Unión Industrial Argentina (UIA) adoptaron, en los últimos días, una posición frontalmente opositora ante el oficialismo, con el citado Héctor Magnetto a la cabeza, Director Ejecutivo ó CEO (del inglés: chief executive officer) del Grupo Clarín (grandes multimedios). Según La Nación del 5 de Agosto de 2010, “…Estaban, además de Magnetto, Paolo Rocca (Techint), Enrique Cristofani (Santander Río), Sebastián Bagó (Laboratorios Bagó), Carlos Miguens (Sadesa), Héctor Méndez (UIA), Cristiano Rattazzi (Fiat), Federico Nicholson (Ledesma), Adrián Kaufmann (Arcor), Jorge Sorabilla (TN Plátex), Daniel Funes de Rioja (Copal), Luis Betnaza (Techint), José Ignacio de Mendiguren (UIA), Miguel Acevedo (Aceitera Gral. Deheza) y Jaime Campos (AEA). Faltaron Luis Pagani (Arcor), obligado a ausentarse por la muerte de su suegra, y Osvaldo Rial (Unión Industrial de la Provincia de Buenos Aires), que había confirmado pero se excusó a último momento. Por descuido, el dirigente bonaerense figuraba anoche en la lista del comunicado”. ¿El círculo se cierra?

Y el círculo se va cerrando con los grandes intereses sojeros, representados por Monsanto, la Aceitera General Deheza, con línea férrea, silos y puerto propio en Santa Fe, Molinos Río de la Plata, Cargill, Bunge y Born, Dreyfus, el Grupo Werthein, el Grupo de Gustavo Grobocopatel que posee 150.000 has., el 10% son suyas y el resto constituyen un “Pool” de Siembra (Ver Clarín del 30Mar08); el Grupo de George Soros con 250.000 has.; el Grupo Elstein tiene 660.000 has. Cabe destacar que el Grupo de Eduardo Elztein es dueño del “privatizado” Banco Hipotecario, que una vez fuera nacional; o sea que no son sólo dueños de la tierra y del comercio exterior, sino también del crédito y las finanzas; el Grupo El Tejar, con sólo 120.000 has. Este último grupo está conformado por unas cuarenta familias tradicionales del sector (Lo que podríamos decir, el saldo de lo que fue el patriciado oligárquico agro-exportador); estos grupos mencionados forman parte de los Grupos Concentrados del Sector Agropecuario, que se han mantenido en un silencio elocuente, en medio de las disputas entre “el campo” y el oficialismo, mientras se enriquecían con lo producido en sus explotaciones con la renta diferencial de la tierra (Diferencia que existe entre el precio de venta del cereal o la oleaginosa y el costo de su producción).

Estos grupos exportaron y exportan a valores que oscilan desde los U$S.300 hasta U$S.1.000 aproximadamente, y le pagan al productor descontándole el valor de las retenciones. Es decir que el productor soporta el pago del impuesto, liberando de dicha carga al exportador, que se beneficia limpiamente con sus ganancias. La tradicional y típica maniobra liberal de siempre. El pequeño y mediano productor, así como el campesino que mantiene una economía de subsistencia familiar, son los más perjudicados con estos manejos que no podemos llamar políticas, sino negociados de un sector del privilegio. Sí, privilegiados, así como lo indica la etimología del término; a ellos, a esa élite, no los alcanza la ley. Quedan impunes en sus negociados y en su enriquecimiento a costa del trabajo de la gran mayoría de los argentinos.

Completando el cierre de ese círculo, no ha pasado desapercibida otra reunión “ejecutiva” del Señor Magnetto, en su departamento de la calle Alvear y Cerrito, con los auto-denominados “peronistas disidentes” Eduardo Duhalde, Carlos Reutemann, Felipe Solá, Francisco De Narváez y Mauricio Macri; este último tiene mucho de disidente, pero nada de peronista, aunque se lo inscribe en las filas del más acérrimo menemismo. Así, tenemos presentes en el escenario nacional, a los futuros dirigentes que se dicen “peronistas” (¿?) que habrán de dar la batalla electoral, en Octubre de 2011. El círculo liberal interno o local queda, de tal modo bien cerrado. Salvo algunos cabos sueltos, de esta manera se cierra.

Pero esto no es así, tan sencillo como parece, porque detrás de los representantes económicos y políticos visibles del liberalismo local en Argentina, están los grupos financieros y los grandes bancos privados, que son apéndices de los Centros del Poder Mundial. También actúan los grandes grupos mineros internacionales, con actividad extractiva en muchos lugares de la Argentina, como por ejemplo la Barrick Gold en San Juan (“Pascua Lama” y “Veladero”, mediantes), “Bajo la Alumbrera”, en Catamarca. Las grandes petroleras que chupan nuestro petróleo sin regulación alguna, como la British Petroleum, en Cerro Dragón, provincia del Chubut; cuyo gobierno a cargo de Mario Das Neves mira para otro lado, pero pareciera que tiene una mano abierta y extendida hacia el lado opuesto. El Estado del Chubut, sólo cobra el 12% del producido en Cerro Dragón, en concepto de regalía. Desde Cerro Dragón sale el oleoducto, que va directamente a puerto, allí se carga en el buque tanque el petróleo extraído, y se envía al exterior. ¿Ud. entiende, ciudadano compatriota? ¿No? ¡Y negocios como éste, hay muchos! Por ejemplo la cuestión pesquera, ¿cómo se maneja? No sabemos cómo se maneja la cuestión de la Tierra, en manos de tantas personas físicas y jurídicas extranjeras. No sabemos cómo se maneja la producción y comercialización alimenticia en el interior del país, en un 90% en manos extranjeras. No lo sabemos a primera vista, pero indagando podremos comprobar que luego del Consenso de Washington (Estado mínimo y mercado libre, sin trabas), los servidores de los Grandes Centros del Poder Mundial, han elaborado una doctrina que vendría a jugar como “el reaseguro del Consenso de Washington”. El “reaseguro” del liberalismo en nuestro país y en Sudamérica, para que la explotación y el saqueo continúen bajo un disfraz más aceptable.

Este “reaseguro” sería lo que se ha dado en llamar, desde los Centros del Poder Mundial, como el Nuevo Consenso de Washington. Ante el fracaso de las políticas llamadas “neoliberales” (Que en este trabajo denominamos simplemente como liberales), y frente a la crisis económico-financiera que se avecinaba, los bancos de cerebros o “think tank”, han elaborado nuevos enfoques para aplicar en la periferia del Primer Mundo, es decir en los países productores de materias primas y consumidores de las manufacturas de los países desarrollados. Así Joseph Stiglitz, en el seminario: "Finanzas en Latinoamérica y el rol del BID"; llevado a cabo en Belo Horizonte, Brasil, en Marzo de 2006, culpó al Consenso de Washington, de los altos indicadores de pobreza, la baja salubridad y los problemas ambientales; proponiendo luego de un análisis y repaso de las cuestiones más importantes desde la perspectiva de la economía del Primer Mundo, “…la visión de una alternativa, un "post Consenso de Washington" que reconozca el importante rol que juegan el Estado (gobierno) y la sociedad en la búsqueda de un desarrollo económico sustentable”. Concluyendo en la necesidad de: “…Algunas claves a tener en cuenta en este nuevo enfoque son: 1) Leyes fuertes contra los monopolios. 2) Un Estado fuerte, con transparencia en los actos de gobierno y acceso a una justicia confiable. 3) La activa promoción de la idea de que las personas son la clave para el éxito del desarrollo económico, y asimismo el producto de ese éxito, a través de los siguientes factores: a) Fuerte protección de la Salud (algo semejante a los países nórdicos) como soporte de las individualidades, que permita el surgimiento de emprendedores capaces de asumir riesgos. b) Inversión en educación (primaria, secundaria y universitaria), en investigación y en desarrollo. c) Acceso al crédito en todos los niveles y sectores de la sociedad y la redistribución de los fondos de manera equitativa para combatir la desigualdad” (Bank Information Center - Abril de 2006). Cuando la limosna es grande, hasta el santo desconfía.

Ya el diario Clarín, en su sección de economía del 30 de Marzo de 2003, publicaba un reportaje a John Williamson, realizado por la periodista Claudia Boragni  donde, no obstante admitir errores, como ideólogo del Consenso de Washington, vuelve a la carga con una nueva propuesta: el “…"After the Washington Consensus: restarting growth and reform in Latin America" ("Después del Consenso de Washington: recomenzando el crecimiento y la reforma en América latina"), el libro que acaba de publicar junto al peruano (ex ministro de economía de su país) Pedro Pablo Kuczynski en el que postula una nueva reforma económica para la región. Algo así, como el “Consenso de Washington, segunda parte”. Continúa el matutino diciendo que “…en "After the Washington Consensus..." Williamson arrastró a varios analistas de América latina que reflejaron su ideas sobre el "Consenso II"; entre ellos, los argentinos Daniel Artana, Roberto Bouzas, Ricardo López Murphy y Fernando Navajas”. Y agrega: “la evidencia sugiere que las firmas extranjeras proveen, normalmente, mejores condiciones de trabajo que las firmas locales. No sería realista esperar que estas firmas ofrezcan condiciones de trabajo idénticas a las de sus países de origen, tomando en cuenta que una de las razones para abrir empresas es el menor costo laboral”. ¡Cinismo puro! Finalizando en lo más sustancial, que surge del reportaje: “Un problema general con los mercados libres en América latina es que los mercados nacionales son muy pequeños para una competencia fuerte. Esta es una razón muy importante para la apertura de las importaciones, para que exista una competencia leal y genuina. Pero esto requiere no sólo de tarifas de importación bajas, sino también de un tipo de cambio competitivo. El deseo de que los tipos de cambio estuvieran sobrevaluados fue una seria debilidad en los 90”. Lo que se pone de relieve en las negociaciones del MERCOSUR con la UE, y en la pretensión de los EE. UU., de la aplicación de los Tratados de Libre Comercio (TLC) en el subcontinente de América Latina.

Para finalizar, la revista Foreign Affaires (noviembre / diciembre 2003), publicación del Council on Foreign Relations (CFR), destaca la aparición de un libro escrito por Pedro Pablo Kuczynski y John Williamson, titulado: “Después del Consenso de Washington: restaurar el crecimiento y Reforma en América Latina, la estabilización política en América Latina: competencia, la transición”; en el que se desarrolla una recomposición del Consenso de Washington y comenta la revista del CFR, que según los autores “…los excedentes presupuestarios deben acumularse en tiempos de prosperidad, que duras restricciones fiscales deben imponerse a los gobiernos locales y provinciales, que las reservas deben ser construidas y un fondo de estabilización establecido cuando las exportaciones son fuertes, que los tipos de cambio deben ser flexibles, y que el uso del dólar debe desalentar el ahorro interno y el endeudamiento…”. Agrega también el comentario de Foreign Affaires: “En este excelente volumen, que examina los casos de Brasil, Argentina, Chile, México, Perú y Venezuela, sostienen que la viabilidad final de la reforma del mercado radica en la construcción de una estructura más creíble de la gobernabilidad democrática. In fact, they attribute many of the shortcomings of reform in the 1990s to the heavy reliance on authoritative management styles, which alienated the reform teams from their own constituencies.De hecho, atribuyen muchas de las deficiencias de la reforma en la década de 1990 a la fuerte dependencia de los estilos de gestión autoritario, que alejaron a los equipos de reforma de sus propias circunscripciones”. Hay otras opiniones como las de Colin Parkins en su trabajo “¿Un Post-Consenso de Washington?”; un meduloso trabajo de la Universidad Complutense de Madrid, de abril de 2003, titulado “Desarrollo económico: del Consenso al Post-Consenso de Washington y más allá”; “Requiem por el Consenso de Washington” de Ricardo Lomoro, publicado en Diciembre de 2007, en Las Palmas de Gran Canaria, España (Otros trabajos de este autor se pueden encontrar en: www.realidadeconomica.com). Hace más o menos unos diez años, que los Centros del Poder Mundial, están trabajando en un nuevo Consenso de Washington, Post-Consenso de Washington, Consenso de Washington II, o como queramos llamarlo. Observemos entonces, que el liberalismo viene trabajando muy particularmente, en América Latina, por la recuperación de la región, en su totalidad, para sus intereses; tratando de mantener la máscara de instituciones como la UNASUR y el MERCOSUR, pero siempre funcionales a sus propósitos.

Así, como hemos visto más arriba, tenemos perfilada a una oposición de neto corte liberal que, con un claro apoyo desde el exterior, pretende volver a manejar la totalidad de los resortes de la economía y las finanzas de la Argentina. Todavía no han dejado muchos de esos resortes, pero si se consolida una real y verdadera fuerza Nacional y Popular, que tome las riendas del poder real en nuestro país, saben que serían perdidosos en el cúmulo de sus intereses. Es por eso que el Sr. Cristiano Ratazzi, presidente de la FIAT en Argentina, añora los años ’90 y pretende que se vuelva a aquellos momentos de entrega total de los intereses nacionales, de exclusión de los trabajadores, con los resultados de marginación, pobreza y miseria que todos ya conocemos, hemos padecido y que aún en muchos sectores marginales se padece (Así lo dijo, en uno de los últimos programas del periodista liberal Mariano Grondona). De allí viene la prédica constante de la “inseguridad jurídica”, de la “intranquilidad de los mercados”, de la “confianza para las inversiones”; y así toda la monserga del predicamento liberal, que estamos acostumbrados a escuchar, desde los medios concentrados de comunicación, que le son adictos y que forman parte de sus empresas, controlantes y controladas.

Hay que tener siempre presente, y no olvidarlo nunca, que el liberalismo en Argentina, ha llevado a cabo un lavado de cerebro de nuestra población, durante aproximadamente unos ciento sesenta años, desde la instalación de esa ideología o corriente político-económica, después de Caseros y consolidada en Pavón, con el mitrismo de entonces triunfante, aliado incondicional del imperio británico. Primero fue el Unitarismo, pero siendo siempre la misma cosa: la corriente de la ideología del llamado “libre cambio”, o “libre mercado”, o sea el Liberalismo. Sólo en contadas ocasiones nuestro país tuvo un respiro antiliberal, nacional y popular, en el Siglo XX, con políticas que trataron de beneficiar al Pueblo y defender los intereses de la Nación. En este siglo que ha comenzado, hay un atisbo de cambio, particularmente en el consciente colectivo del Pueblo, que fuera tan vapuleado, marginado, excluido y castigado por generaciones, mediante esa ideología nefasta. Razón tenía José María Rosa, cuando dijo que: “Somos una colonia material porque hemos sido colonizados espiritualmente”. Y esa colonización espiritual, pareciera que continúa aún, sin término. Quieren restaurarla desde esta oposición, entre los políticos, los empresarios, los medios masivos de comunicación y algunos sindicalistas que se dicen “peronistas”. Ello, a menos que un gobierno Nacional y Popular, con capacidad de decisión política fuerte y decidida, dé un giro de ciento ochenta grados, con verdaderas Políticas de Estado fundadas constitucionalmente, en lo referente a la Educación y Formación de las presentes y nuevas generaciones; no obstante otras Políticas de Estado necesarias, que oportunamente mencionaremos. Es fundamental en estas circunstancias poner de relieve la subsistencia del Coloniaje Cultural, que hace años denunciara Arturo Jauretche; y que inconmovible no ha dejado de infiltrarse en la formación de generaciones de argentinos. No es declamando por los derechos de los Pueblos Originarios, que se defiende nuestro Ser Nacional, es implementando Políticas de Estado que en materia educativa, desde que el pequeño argentinito ingresa a la “salita de cuatro”, hasta que egresa ya mayor de edad de la universidad, lo haga con una conciencia nacional y popular perfectamente identificada y definida.

Por otra parte hay resaltar un gran detalle, que resulta doloroso para quienes militamos en el campo Nacional y Popular. Hay grupos de compatriotas del Campo Nacional y Popular que, por el sólo motivo de oponerse al oficialismo, se pliegan, se alían con los sectores liberales de la oposición; o le hacen “el juego” a ella. Eso es o falta de inteligencia y firmes convicciones, o ausencia de conciencia doctrinaria en sus pensamientos y acciones, ya que tanto declaman ser del Campo Nacional y Popular, y se pliegan a políticas opositoras de neto corte liberal. Es inconcebible que un militante que dice militar en el Pensamiento Nacional y Popular, por ejemplo, haya apoyado o apoye aún hoy al sector agropecuario liberal; y aún, que lo hagan aquellos militantes de izquierda, que defienden posturas y principios nacionales y populares. La conducta de Eduardo Buzzi, es un claro ejemplo que no resiste el menor análisis. Proveniente de una organización, que en sus inicios y a lo largo de su existencia combatió los intereses y las políticas de la oligarquía terrateniente, olvidó los hechos y las conquistas del Grito del Alcorta, olvidó las luchas y la representatividad de uno de los últimos dirigentes más destacados de la Federación Agraria Argentina: Humberto Volando, quien siempre militó lealmente en el campo nacional y popular; bregando por los intereses del Pueblo y la Nación. No debemos olvidar tampoco a la Clase Media argentina, que siempre fue sinuosa según los intereses de sus bolsillos; una clase social sin verdadera conciencia de clase que, en los históricos días del 19 y 20 de Diciembre de 2001, pudo haber tomado la conducción del país, generando una verdadera revolución en esta parte del Continente Suramericano. Careció de visión, cultura y práctica políticas. Pudieron mucho más sus depósitos a plazo fijo en dólares que sus declamaciones de ideales y fines políticos. Eso sí, siempre se manifiesta gorila y antiperonista, con la sola excepción del gran movimiento producido entre los años de 1969 y 1974. Después el baño de sangre se encargó del resto.

También debemos tener presente y muy en cuenta, la actitud de los dirigentes políticos que se dicen “peronistas”, pero que en su gran mayoría provienen de las filas del menemismo entregador y traidor, que favoreció las políticas liberales en la perversa década del ’90. ¿Creemos que el Sr. Menem, ha sido o es peronista? ¿Creemos por ventura, que los señores Duhalde, De Narváez, Solá, Rodríguez Saá, por citar a los más sobresalientes de la nómina, son peronistas? Podemos afirmar sin temor a errar, que no. No son peronistas. Así como también, dentro de las filas del oficialismo no hay peronistas. Al peronista se lo conoce por sus hechos y no por sus dichos. El verdadero dirigente peronista, cuando ejerce el gobierno aplica y pone en práctica la única Doctrina Peronista, que existe y está a la mano de cualquier argentino. Y para aclarar más el entendimiento, esa Doctrina Peronista, está plasmada en la derogada Constitución Nacional de 1949; olvidada por todos los constituyentes que se dijeron peronistas en 1994. ¿Olvido deliberado? Y en este sentido debemos recordar al General Perón, cuando en sus últimas palabras dirigidas al pueblo argentino, aquel inolvidable 12 de Junio de 1974, dijo: Si alguna vez llegase a haber otro golpe, el pueblo quedará tan derrotado que la vuelta constitucional servirá solamente para garantizar con el voto popular los intereses del imperialismo y de sus cipayos nativos”. De manera increíble anticipaba proféticamente el golpe de Estado del 24 de Marzo de 1976, y luego, advenida la “Democracia” tan anhelada, también anticipaba visionariamente la reforma constitucional liberal-social-demócrata de 1994, que ignoró por completo a la Constitución Nacional de 1949. Ni siquiera se la tuvo como antecedente histórico-jurídico. Reforma la de 1994, que facilita y favorece los intereses del imperialismo y de sus aliados los cipayos locales.

Se acercan las elecciones previstas para el año 2011, es esta una nueva oportunidad para que el oficialismo, a quien se le deben reconocer aciertos, como la estatización de las AFJP, la Asignación Universal por Hijo, la recuperación de Aerolíneas Argentinas, la estatización de Aguas Argentinas, hoy AySA. La re-estatización del Correo Argentino (los Macri, aún adeudan los cánones convenidos, en la privatización). La re-estatización del Ferrocarril Gral. San Martín. La aprobación y promulgación de la Ley de Medios Audiovisuales. El mejoramiento de la situación de los Jubilados, con dos aumentos por año. El funcionamiento del Consejo del Salario Mínimo Vital y Móvil. La reinstalación de las Paritarias, o Discusión de los Convenios Colectivos de Trabajo. El reconocimiento de la CGT, como Movimiento Obrero Organizado, tanto en nuestro país, como ante la OIT. La construcción de diversas obras públicas, y el apoyo a las provincias y los municipios en ese rubro. También es de destacar la política internacional desarrollada por el oficialismo, en orden a la UNASUR, al MERCOSUR, y a las relaciones con toda la América Latina; lo que deberá ser profundizado mucho más. Particularmente se deberá profundizar y plasmar la organización política y económica de la UNASUR, estableciendo el Congreso Suramericano o Congreso de la UNASUR; el Banco del Sur; una moneda única de cambio para la región, respetando las monedas locales para su uso interno, conforme las economías asimétricas existentes. De tal modo se alejará progresivamente América del Sur de la influencia del dólar, cobrando una verdadera independencia financiera y económica, que se traducirá en beneficio para los países integrantes de la región.

Todo esto y algunas otras cosas que quedan en el tintero, están muy bien, pero no olvidemos que los Talleres Ferroviarios de Tafí Viejo, en Tucumán, todavía están sin trabajar. Es preciso que se apruebe una normativa agropecuaria, que beneficie a los medianos y pequeños productores, así como al campesinado que mantiene una economía de subsistencia; en suma un Plan Nacional Agropecuario. Es necesario gravar la renta agropecuaria, de manera fraccionada (el que gana más, paga más). Recomponer toda la política tributaria, eliminando las dobles imposiciones, el impuesto a las ganancias para los asalariados (el salario no es una ganancia, no es equiparable al lucro del capital), eliminación del IVA, para los productos de primera necesidad y los alimentos básicos familiares. Eliminar los impuestos distorsivos. Gravar las transacciones financieras y bancarias, y bursátiles. Es preciso determinar la renta minera y gravarla de manera que tributen las explotaciones en forma acorde con sus ganancias, estableciendo concesiones de explotación conforme los intereses de la Nación. Determinar también la renta pesquera, gravando las ganancias de las empresas que se llevan nuestra riqueza ictícola al exterior; y fomentar el consumo interno del pescado. Gravar la renta petrolera, iniciando una política de nacionalización de los yacimientos,  de su cateo, extracción y producción; en suma recuperar lo que fue YPF. Enviar al Congreso Nacional un proyecto de Ley de Tierras, a fin de que ninguna persona física o jurídica sea propietario de tierras cercanas a las fronteras, guardando una distancia de doscientos kilómetros y en una proporción mayor a las mil hectáreas, dentro del territorio nacional. Controlar la salida del país, de los recursos naturales no renovables y aún de los renovables, pues, atentan contra los intereses de la totalidad del Pueblo argentino y de la Nación misma. Ello, hasta que se dicte una nueva Constitución Nacional que establezca las reales y definitivas Políticas de Estado que deberán cumplir a raja tabla los gobiernos nacionales, provinciales y municipales, sin excepción alguna.

Por último, y como un verdadero acto de capacidad política, el oficialismo si resultara triunfante, en las próximas elecciones, lo que parece así sería; deberá convocar a elecciones de convencionales constituyentes, para establecer de manera definitiva una Constitución Nacional que contemple los únicos y verdaderos intereses nacionales y populares, tomando como modelo a la Constitución Nacional de 1949, con más precisión en sus artículos 37, 38, 39 y 40; constitución ésta deliberadamente olvidada, porque no conviene a los intereses del Liberalismo y sus aliados internos y externos. Suprimir el “ballotage” y volver a la simple mayoría de votos, estableciendo un mayor tiempo en el período de gobierno, pues en cuatro años no se puede desarrollar un programa de Políticas de Estado, que favorezcan los intereses de la Nación y de su Pueblo. Como mínimo deberían ser ocho años los necesarios para una buena acción de gobierno, que aleje las pujas electoralistas y no entretenga a la clase política innecesariamente; y al mismo Pueblo argentino.

En suma, es necesario e imprescindible establecer Reales Políticas de Estado fundadas en una nueva y definitiva Constitución Nacional, que acoja los principios sociales necesarios y esenciales para el Pueblo, consagre una verdadera y real independencia económica del país, y determine de manera incuestionable la soberanía política nacional, frente al concierto mundial de naciones. Si el oficialismo propone y logra este programa, habrá triunfado y se habrá reivindicado, será visto como verdaderamente peronista y antiliberal. Si omite lo expuesto, o hace lo contrario, se habrá demostrado simplemente como un apéndice más de la Social Democracia, funcional a los intereses de los Centros del Poder Mundial, cumpliendo los nuevos dictados del Consenso de Washington II.

La batalla será difícil, pero no imposible. Todo es cuestión de proponérselo.

En la Provincia de Buenos Aires, en 12 de Agosto de 2010, a doscientos cuatro años de la Reconquista de Buenos Aires.

Notas:

Advertencia: Debemos señalar al lector, que mencionamos al liberalismo, como tal, y no decimos neoliberalismo; pues, entendemos que esta última denominación es deliberadamente de distracción para el gran público y la ciudadanía toda, presentando a las nuevas políticas puestas en práctica a partir de los años ’70, desde los grandes Centros del Poder Mundial, y acogidas con beneplácito en nuestro país a partir del 24 de Marzo de 1976, hasta el presente, con algunas excepciones; como nuevas ideas de bienestar, que parten del concepto de la globalización y de la pretendida “libertad de los mercados” y la “desregulación”. Con la denominación de neoliberalismo, se ha encubierto la mayor estafa hecha a los pueblos del mundo, puesta a la vista de todos, con la crisis de la llamada “burbuja financiera inmobiliaria”, que aún no ha concluido, y que ha llevado a la postración a Grecia, España, Portugal, Italia; llegando con sus coletazos al mismo corazón de la Unión Europea, como Alemania, Francia y Gran Bretaña. Crisis producida y nacida en los Estados Unidos de Norteamérica, y anunciada ya hace algunos años por hombres del sistema, tan diversos como George Soros, Joseph Stiglitz, Paul Krugman, entre otros. Argentina ya la experimentó a partir del 3 de Diciembre de 2001, con las medidas tomadas por Domingo Felipe Cavallo, y que produjeron la explosión social del 19 y 20 de Diciembre de 2001. A partir de estos hechos, todavía no se ha cortado definitivamente el nudo gordiano de las políticas liberales, tanto en lo financiero, como en lo económico. Argentina y su Pueblo esperan.

(*) El autor de esta nota, es abogado, diplomado en mediación. Ex docente de las cátedras de Recursos Naturales y Energéticos de las Universidades de Buenos Aires y Católica de Salta; de Historia de las Ideas Políticas y Derecho Constitucional de la Universidad de Belgrano. Miembro Titular de los Institutos de Derecho Constitucional, de los Recursos Naturales y Energéticos y de Derecho Internacional y Relaciones Internacionales del Colegio Público de Abogados de la Capital Federal. Miembro del Centro de Estudios Económicos Mariano Fragueiro (CEMFRA) y autor del libro “La Deuda Externa Argentina, una Cuestión Política Nacional y el Fallo recaído en la Causa N°: 14.467”, Editorial Dunken, Buenos Aires 2.002, y de variados artículos políticos y jurídicos publicados; tiene varios libros en preparación.