Movimiento por la Segunda República Argentina - (MSRA)

Comunicado de Prensa No. 7  19 de Octubre de 2006

LA TERCERA MUERTE DE PERÓN:

De las "Orgas" a las Mafias (o de la Decadencia a la Degradación)

por Juan Gabriel Labaké

En 1974, la enfermedad, la vejez y el asco que le produjeron quienes se despedazaban por una herencia que no les pertenecía mataron su cuerpo.  A partir de 1989, los farsantes inescrupulosos y corruptos mataron su proyecto político (...y lo siguen matando...).  Este 17 de octubre, la federación de mafias y patotas que se ha adueñado del país, del Gobierno y de la política trató de matar hasta su recuerdo.

Lo que no han podido matar en estos 32 años, ni podrán hacerlo en el futuro, es su pensamiento político. Entre farsantes, inescrupulosos y corruptos, las patotas y las mafias han logrado ocultarlo, pero no matarlo. No pueden, porque ese pensamiento, que es la culminación de 200 años de búsquedas y luchas por la independencia efectiva; no pertenece a esa escoria nacional, sino a todos los argentinos de buena voluntad que aún sueñan y desean construir (o reconstruir) su país, su Patria.

Hoy, el pensamiento político de aquel Viejo León que en 1972 se hizo herbívoro porque quería unir a los argentinos, yace olvidado en el fango. De ahí hay que rescatarlo, para comenzar  la reconstrucción. Y hay que rescatarlo de ese grupo humano (verdadero muerto que camina) que aún usurpa el nombre de peronismo y retiene la cáscara vacía de los resortes del poder.   Ese grupo está políticamente agotado. Ese “peronismo” ha muerto. Ya no le sirve al país. Peor aún: es una piedra (quizás la más grande) que cierra el camino hacia un  futuro mejor.

Hemos descendido un escalón más en esta larga y agobiante decadencia, que ahora se ha transformado en degradación. Las mafias y patotas han invadido y dominado la política, los gremios, los clubes de fútbol, los hospitales, la Universidad y el Estado. Gobiernan las patotas. Ellas han instalado, a fuerza de odio, pedradas, palos, insultos, balazos, amenazas, calumnias, y trampas y sobornos oficializados, una nueva “Constitución”: la de las mafias.

Llegará el día en que votaremos, ansiosos, a quien nos asegure al menos el reingreso a la civilización.

Se ha querido comparar lo de anteayer con la tragedia de Ezeiza de Junio 1973. Y la comparación no es antojadiza. En ambos actos de vandalismo se enfrentaron dos facciones que luchaban por adueñarse de una herencia ajena e inalcanzable. Pero hay una diferencia clave para entender la decadencia actual: en aquella oportunidad se mataban en nombre de un  proyecto político, aunque ninguno de los dos era el del Viejo León que venía a unir y no a matar. Unos eran “bolches” y otros “fachos”.   Guste o no, a lo bruto, cada uno quería  imponer su propia ideología y su propio proyecto de gobierno (o de desgobierno), siempre al margen del dueño de los votos.

Hoy, en cambio, luchan las mafias, varias mafias, y no las “orgas”, y sólo lo hacen para “marcar” su zona de negocios y de poder. Antiguos “bolches” se han  mezclado con pretéritos “fachos”, han barajado de nuevo y de ahí han surgido las patotas “facho-bolches” de hoy, o al menos sus padrinos mafiosos.  Tienen en común sus prominentes barrigas, sus avanzadas calvicies y un apetito insaciable de poder y plata mal habida, además de su desvergüenza insondable. Pero han cambiado sus armas: las botellas de cerveza y los palos han reemplazado a las metralletas… por ahora.

Queda en pie el pensamiento político del Viejo León y de la buena gente de la Argentina. No es poco.  Que el Viejo descanse en paz, mientras nosotros comenzamos a reconstruir desde abajo. 

Juan Gabriel Labaké      jglabake@telered.com.ar