Alejandro Biondini, Presidente del PNTEL PNT FRENTE A OTRO 2 DE ABRIL

LA CAUSA DE MALVINAS Y EL NECESARIO FIN DE LA REPUBLIQUETA DEL 14 DE JUNIO

 

El próximo lunes se cumplen 25 años de la Gloriosa Gesta del 2 de abril de 1982, Día de la Reconquista de Malvinas.

No es nuestra intención detenernos en el debate sobre los verdaderos motivos o nó que pudieron impulsar al gobierno de entonces para adoptar tan heroica decisión.

Ya todos estamos bastante saturados de los opinólogos profesionales que, en resumen, ven como "normal" las relaciones diplomáticas que tenemos en la actualidad con nuestro invasor inglés y como "descabellado" ese necesario atisbo de reacción nacional. Su mensaje final siempre es el mismo: "no se puede" enfrentar a los amos anglosajones, "no se puede" cambiar el sistema, "no se puede" derrotar a los poderes que nos dominan desde hace tanto tiempo. En otras palabras, el sermoneo mediático concluye habitualmente en que sólo a un "general borracho" se le podría haber ocurrido el "dislate" de pretender recobrar por la fuerza lo que es legítimamente nuestro.

Para quienes sostienen esa línea de pensamiento, lo "normal" hubiera sido continuar con el parloteo y el papelerío inútiles de los 150 años de reclamos previos, tal como hoy es "normal" para ellos continuar con el parloteo y el papelerío inútiles de los 25 años que siguieron a la renovada usurpación.

Asimismo, no hay que dejarse engañar por el doble discurso del que hace gala el régimen actual. Nunca la Argentina estuvo tan inerme, de rodillas, ante una eventual agresión extranjera como en el presente.

Sus Fuerzas Armadas han sido desarticuladas y son presa del permanente escarnio público de los ex terroristas que hoy nos gobiernan. Nadie nos respeta como país capaz de generar alguna respuesta seria en el campo de los hechos. Baste como ejemplo el desprecio con el que se maneja Tabare Vázquez en Uruguay hacia la otrora poderosa Argentina. Ni siquiera podemos controlar nuestro propio espacio aéreo y marítimo. La delincuencia es dueña de las calles, de los barrios y de la vida de las personas honestas, mientras la única respuesta de los funcionarios es ahora darle el derecho al voto a los encarcelados procesados. Si ni siquiera podemos garantizar la mínima seguridad que deben tener nuestros ciudadanos, si cualquier banda armada tiene más poder de fuego que las fuerzas de orden, así como absoluta impunidad para establecer zonas mafiosas en ciudades y pueblos, ¿alguien piensa en su sano juicio que a Inglaterra le puede inquietar algún discurso "para la tribuna" de Kirchner?...

A las palabras se las lleva el viento. Y ese viento ha soplado muy fuerte en la Argentina para evaporar todas las promesas incumplidas. Durante estos últimos 25 años desfilaron por los podios públicos oradores mucho más avezados y carismáticos que este triste mandatario, con plazas delirantes y multitudinarias donde se vendieron todo tipo de peces de colores. Nada tiene que inventar este aprendiz de pingüino, que ha confundido el concepto de Hacer Historia con hacer histeria.

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No es casualidad que luego de la ignominiosa rendición del 14 de junio de 1982, se abriera una parodia de democracia y el país terminara gobernado por el masón grado 33, y británico por línea materna, Alfonsín Foulkes. Porque tras la inesperada rebelión argentina, ahora el dominio, el castigo y la sistemática demolición del país rebelde debía adoptar el ropaje de la legalidad "institucional". El amo anglosajón cubría su puño de acero con un guante de terciopelo.

Y así durante todo este tiempo hemos visto como la maldita clase política, cuyos miembros chillaban por lo bajo que un triunfo militar argentino en Malvinas los alejaría definitivamente de cualquier posibilidad de volver al poder, terminó siendo el mejor aliado de los enemigos de la Patria.

En una farsa de democracia, vemos desde 1983 las mismas caras de siempre, que se intercambian, por turnos, el desgobierno del país. Sus aparentes disputas estratégicas y terminales no son más que el disfraz que cubre su uniforme apego al sistema de vasallaje que padece nuestra nación. Los ex funcionarios y cuadros de Duhalde y Menem hoy sirven a Kirchner, radicales se unen a ex funcionarios de éste último y otros se proclaman oficialistas, la supuesta centro-derecha se transforma en centro-izquierda y viceversa. Y habrá otro caleidoscopio parecido en un próximo futuro, si las cosas no cambian de raíz. Todo para entretener a los desinformados y hacerles creer que tienen una voluntad y un poder de decisión del que carecen.

Eso sí, cuando aparece una fuerza auténticamente patriota como el caso del Partido Nuevo Triunfo, o cualquier otro emergente del Movimiento Nacionalista en su más genuina expresión, las diferencias de los amanuenses del 14 de junio se terminan y se unen inmediatamente para neutralizar, y si es posible, destruir, la amenaza. Los preceptos "constitucionales" son dejados de lado y las máscaras se caen.

No existen mayores diferencias entre un Menem que inclinó su cabeza ante la reina pirata, o un Kirchner que acarició sumiso la rodilla de Bush. Después a cada uno el sistema les permitió y les permite algunos berrinches para goce de los ingenuos, pero en ambos casos las cadenas que aprisionaban y aprisionan a nuestro país se estrecharon.

Tampoco hay que dejarse confundir por la perversa dialética de la izquierda. Las banderas del Partido Comunista, en pleno gobierno militar, flameaban el 2 de Abril de 1982 en Plaza de Mayo reivindicando la Reconquista . Y era ese mismo Partido Comunista, junto con otras organizaciones similares, el que por mandato del sistema colonial salía a quemar colectivos, destruir locales y generar el caos en la Capital Federal en la noche del 14 de junio, para acelerar el derrocamiento de Galtieri, único general que estaba en verdad dispuesto a continuar la guerra contra los británicos.

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Los innumerables casos de suicidios de  Veteranos de Malvinas que ha habido desde 1982 a la fecha no fueron motivados por una cuestión económica ni por la falta de un subsidio. Cuando uno tiene la sensación y luego la certeza que de combatiente heroico pasa a ser juzgado como paria de la sociedad, o en el mejor de los casos como un factor molesto que a veces los políticos palmean y halagan los 2 de abril para después ser marginado y olvidado durante el resto del año, un profundo vacío se apodera del espíritu. Pero aún en ese extremo, muchos de nuestros  Soldados y Oficiales de Malvinas tuvieron tanto temple y cordura que, cuando la situación se les hizo insostenible, no se subieron criminalmente con un rifle a una terraza para disparar contra la gente inocente, como sí lo hicieron tantos ex combatientes de Estados Unidos, sino que encomendaron su alma a Dios y se pegaron un tiro.

A ellos no los mataron los ingleses, sino los gurkas locales. Los traidores masones y sionistas que nos gobiernan "democráticamente" desde hace casi 25 años. Y aquí es necesario recordar el caso de nuestro camarada y amigo, el Soldado Luis Alberto Vera (¡Presente!), asesinado con 5 tiros por la espalda y uno de remate en la cabeza por orden de Nosiglia y Alfonsín, y de cuyo asesinato todavía tienen el tupé de escarnecer y burlarse algunos pseudo-periodistas a sueldo de las logias, que algun día cosecharán lo que han sembrado con tanto odio y mentiras.

No es paradójico que en esta Republiqueta del 14 de junio, de la ignomia y la rendición, en este remedo de democracia donde los únicos privilegiados son los extranjeros, los corruptos, los degenerados y los traidores, nuestros Camaradas Veteranos sean tratados casi como un problema gremial, al que hay que esconder rápidamente luego de cada 2 de abril.

En las grandes culturas y civilizaciones que signaron a la humanidad, los Guerreros eran los Primeros Ciudadanos, y hasta en ciertos casos la Ciudadanía sólo se obtenía mediante el servicio de la milicia en defensa de la Patria. Hoy cualquiera cruza nuestras fronteras nacionales, usurpa una casa, instala un locutorio trucho, arma una red de narcotráfico o prostitución, o le roba el trabajo a un Argentino, y se transforma instantáneamente en un ciudadano de primera. Y bajo la excusa de que no hay que "discriminar", todas las leyes concurren en asistencia del extranjero que, además, no suele cansarse en su denostación constante de la sociedad Argentina. Es otra de las venganzas de los traidores de la Republiqueta del 14 de junio.

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Decía Ciceron que "la historia es la maestra de la vida". Por eso el revisionismo de la Verdadera Historia en todos los ámbitos está perseguido y silenciado. Y así también la visión sobre la Gesta de Malvinas hoy pretende ser monopolizada por sus principales detractadores y traidores de antaño. Que un reconocido miembro de la masonería británica como Guillermo Terragno sea uno de los analistas principales del "Informe Clarín" sobre los hechos del 2 de Abril, es una infima muestra de lo que afirmamos.

No es una locura ni un disparate el querer ser Libres, y el querer recuperar lo que nos pertenece. La Historia también nos enseña que las grandes "locuras" fueron las grandes realizaciones de aquellos pueblos que tuvieron la sabidura, la voluntad y el valor de levantarse contra el sometimiento. "Seamos Libres, y lo demás no importa", proclamaba el General San Martín. Sin esa convicción hoy no tendríamos una nación, ni tampoco existirían otras naciones de nuestro continente.

Los ingleses jamás devolvieron una maceta de tierra sin sangre o sin doblegarse diplomáticamente ante una fuerza superior, o canjeando soberanía por negocios. El encendido y hueco palabrerío de los gobernantes que padecimos y seguimos padeciendo no hará que recuperemos lo nuestro. Simulan enojarse en la tribuna o en los foros internacionales durante el día, pero de noche sirven y se abrazan con sus amos en las logias.

Debemos reconquistar Malvinas. Sin Malvinas siempre tendremos una nación mutilada. Por la vía diplomática, un camino que sólo puede ser efectivo en el marco de  una Argentina respetada y temida militarmente, y conducida por un auténtico Gobierno Nacionalista. A sangre y fuego, cuando ese mismo Gobierno Nacionalista hubiera agotado todas las instancias diplomáticas previas.

No hay que temerle a la Guerra Justa, que no es la guerra de expansión o de conquista de lo ajeno, sino que es la Guerra por la libertad, por la defensa o recuperación de lo propio. Tal como fueron en nuestro país las gestas militares y ciudadanas contra las invasiones británicas a Buenos Aires a principios del siglo XIX, las Guerras de la Independencia libradas por San Martín y Belgrano, la Batalla de la Vuelta de Obligado en tiempos de Rosas, y por supuesto, la Guerra Inconclusa de Malvinas. Sin ese rosario de héroes y mártires, sin ese río de sangre derramada en defensa de la Patria, hoy no existiría la Argentina.

Nosotros pertenecemos a una nación forjada a la sombra de la Cruz, al calor de la Espada, y bajo el impulso del Trabajo. Nada se consigue en la vida sin luchar. Porque la vida es lucha. Y sin lucha, sin el refortalecimiento y reivindicación de nuestras Fuerzas Armadas, sin la recuperación de la Independencia Plena de nuestra Patria en todos los ámbitos, tampoco habrá una reconquista definitiva de Malvinas, y pueden seguir en años venideros nuevos despojos.

Por supuesto, no faltarán los que teatralmente rasguen sus vestiduras ante una afirmación como la expuesta. Son los mismos que desde 1983 disfrazaron una dictadura con atuendos de una democracia inexistente. Son los mismos que se dedicaron a lotear el país al extranjero, que desfalcaron las arcas del Estado o que se llevaron impunemente el dinero del pueblo a los bancos del exterior. Son los mismos que vociferan la paz mientras impulsan el odio, son los mismos que humillaron a los Veteranos de Malvinas tratándolos como los "chicos de la guerra", mientras a la vez reivindicaban a terroristas criminales que hicieron correr sangre argentina y trajeron la muerte a nuestro territorio, tal como hace permanentemente la "madre" de Kirchner, Hebe Bonafini, quien hasta llegó a lamentarse de que "las armas de nuestros hijos guerrilleros no estuvieran exhibidas en el Museo de la Esma".

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Para reconquistar Malvinas, primero debemos reconquistar el continente. Debemos reconquistar nuestra soberanía y dignidad como Pueblo. Debemos darle una jubilación forzosa a esta clase dirigente entreguista y cobarde. Debemos animarnos a ser Libres. Debemos volver a ser Ciudadanos.

La Patria es una sola. Y mientras sigamos siendo argentinos sumisos, mutilados en nuestra entereza como nación, mientras la Azul y Blanca no vuelva a flamear triunfante sobre Malvinas, la Providencia no tendrá piedad sobre nuestro destino.

Pero para volver a ser una Nación Libre, comencemos por reivindicar en forma plena la Gesta de los Héroes que dieron su vida en Malvinas, honremos a nuestros Veteranos como los Primeros Ciudadanos, y bajo su extraordinario ejemplo, decidámonos a luchar con todas nuestras fuerzas contra los enemigos de adentro y de afuera, hasta la recuperación de nuestra plena soberanía.

¡Malvinas Volveremos!
¡Dios y Patria, o Muerte!

KALKI

Alejandro Carlos Biondini
Presidente
PARTIDO NUEVO TRIUNFO

Buenos Aires, 30 de marzo de 2007