MALVINAS, ESE SENTIMIENTO.  PRESENTACIÓN DEL LIBRO DE NICOLÁS KASANZEW

por Fernando Paolella    -   ferarpa2001@yahoo.com.ar

 

    El hombre frente al micrófono bebe un vaso de agua Villavicencio, escuchando atentamente las palabras de ese ex piloto naval que realizó lo imposible, Owen Crippa. Mira con cariño aquellos rostros familiares, con corazones hermanos forjados en la turba malvinense. También recuerda las presiones, ese omnipresente capitán de Inteligencia que lo seguía como perro al hueso, su inquisidor personal. El responsable de la destrucción de material de invalorable rigor histórico, entregado a la hoguera del sinsentido en el comienzo de la conspiración desmalvinizadora. Nicolás Kasanzew es, al menos por unas horas, profeta en su tierra. El auditorio de la librería Marista revienta de asistentes entusiastas, muchos de ellos blandiendo su último libro La Pasión según Malvinas.

    Toma la palabra, quien en las postrimerías del combate, no vaciló en disparar un cañón Otto Melara 105 milímetros con el Tercer Regimiento de Paracaidistas británico que intentaba consolidarse en el recién capturado Monte Longdon. Esa misma voz que fue censurada también por los personeros culturales del alfonsinismo, Aguinis y Gorostiza, y por ende obligado a autoexiliarse en EEUU para no morirse de hambre.

    La presentación del libro es más que una excusa para recordar, para denunciar ese manto siniestro de olvido que lleva más de 25 años, y que provocó como cruel correlato 400 suicidios de ex combatientes. Y precisamente, estos suman varios entre sus oyentes en la caída de la tarde de este martes 7 de octubre.

    "Argentina es el país con menos sentimiento patriótico, y si hubiera una conspiración, que mejor para este país que privarlo de sus fuerzas armadas y de su conciencia nacional, ensuciar la gesta donde los argentinos podrían tomar ejemplo y fuerzas para resistir y salir del estancamiento, del precipicio en que se encuentran. Qué mejor que hacer eso. Nosotros hemos sido bombardeados durante dos décadas y media con informaciones falsas, falaces, de los dos lados. Digo que la guerra de Malvinas es una contienda totalmente desconocida para la sociedad argentina porque ha habido una convergencia de mentiras dotada de dos patas. Por un lado, estaban los militares del Proceso que tenían cola de paja y por eso taparon las miserias. Y por otro los desmalvinizadores, con el gran desmalvinizador Alfonsín a la cabeza, que taparon las grandezas. Y entonces no conocemos realmente qué pasó, porque ni los héroes fueron glorificados ni los cobardes castigados. La tercera pata de la mentira, la constituyen los ingleses que elevaron el secreto Malvinas a 90 años para que no se puede publicar nada al respecto. Entonces, si ganaron tan claramente, ¿por qué durante ese tiempo van a ocultar la verdad de lo que pasó realmente? Porque no les fue tan bien, porque la Argentina estuvo a un tris de ganarla y eso hiere su orgullo nacional. Al contrario de lo que hacemos nosotros, que tratamos de buscar todas las bajezas, cobardías y perfidias, que las hubo y no fueron castigadas, al mismo tiempo decir la verdad de los grandes hechos heroicos que se reconocen en el exterior y que el pueblo argentino permanece absolutamente ignorante de eso. Y tampoco se preocupa en conocerlos, realmente", puntualiza no sin razón.


Tras un manto de neblina

    "No las hemos de olvidar", decía la conocida marchita. Pero, según la correcta aseveración de Kasanzew, hubo muchos intereses de peso que se coaligaron para que "ese camión atmosférico" (Alfonsín dixit) de la guerra de Malvinas se enterrara para siempre en el basurero de la historia. Pero evidentemente, por más esfuerzo y desidia puestos en juego, no pudieron porque aún el recuerdo sigue lacerando muchas conciencias y no sólo de quienes estuvieron en primera línea o movilizados esperando la orden de embarcar rumbo al teatro de operaciones.

    El conflicto austral marcó una bisagra no sólo en las FFAA, sino también en el conjunto de la sociedad pues luego de la derrota se abrió el camino para el retorno de la institucionalidad. Pero no fue como lo señalaron algunos infames "el dislate de un general borracho", para despojar al acontecimiento de todo sentido trascendente. A eso contribuyeron los miserables de rangos superiores e inferiores, que aprovecharon tener a los británicos a la vista para sacar "la banderita blanca" (como recordó el mencionado corresponsal de guerra) y pusieron pies en polvorosa reculando a Puerto Argentino.

    Causa mucha tristeza verificar que esa entrega generosa haya sido reconocida y celebrada por el vencedor, los dos libros magistrales del ex cabo Vincent Bramley así lo certifican, pero de este lado de la trinchera aún casi nadie se anima a comenzar el fuego amigo.

    Nicolás Kasanzew lo realizó hace 26 años poniendo el pecho, ajustando la lente y contando la historia como fue, y ahora con su libro perpetua ese acontecimiento fundacional. Ojalá que otros valientes como él tomen ese posta.