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             LA
            DOBLE MORAL DE SANTIAGO MONTOYA:  SOBRES, DÁDIVAS Y
            SOSPECHOSOS PRECURSORES QUÍMICOS
             por
            Carlos Forte  -  carlosforte1999@yahoo.com
             
              
               
            Antes del 28 de octubre, los partidos de fútbol televisado incluían
            una propaganda política no diferente a las comunes. La fotografía
            de un candidato gordinflón, sonriente como abuelito feliz, y la
            leyenda:  "En Lomas de Zamora, José De Lucía Intendente.
            Frente para la Victoria". 
             
                La historia comercial del referido
            "Pepo" De Lucía es la que pone en evidencia la doble
            moral y el doble discurso del Secretario de Ingresos Públicos de la
            Provincia de Buenos Aires, el mediático Santiago Montoya. 
               
            Junto con su hermano Alfonso de Lucía, el frustrado candidato
            "Pepo" (le fue muy mal en las elecciones por la
            intendencia lomense) son los propietarios de una empresa mayorista
            de artículos de limpieza y afines abastecedora de supermercados y
            almacenes, llamada El Ciclón. 
               
            Quien acceda al sitial web de la firma (www.elciclon.com.ar) y se
            detenga en el link sucursales, con un poco de atención notará una
            característica llamativa. El Ciclón tiene instaladas siete
            sucursales en el Gran Buenos Aires... y la octava recién en Salta.
            No hay punto intermedio de ventas, y quienes conocen cómo se
            establecen sucursales de una empresa en el interior del país,
            coinciden en sostener que una misma ruta con varias filiales en el
            camino amortizan enormemente los costos de flete. Pero El Ciclón
            pasa de largo sospechosamente esta máxima del comercio
            mayorista y sus productos salen de la Provincia de Buenos Aires
            directamente hasta Salta, sin altos en el camino. 
               
            Y merced a que las cargas de mercaderías de este rubro se realizan
            vía terrestre, da lugar a lo que justamente sospechan los expertos
            del SEDRONAR (Secretaría de lucha contra el Narcotráfico y la
            Drogadicción) desde que le echaron el ojo a los hermanos De Lucía.
            Se cree que no todos los bidones que llegan a la sucursal salteña
            contiene lavandina ni líquidos detergentes. Se habla,
            concretamente, de precursores químicos para elaborar pasta base. No
            está probado legalmente salvo por sondeos de inteligencia, porque
            un trayecto desde Buenos Aires hasta Salta requiere una compleja
            ingenierìa judicial-investigativa para lograr que algún juez
            federal firme una orden de decomiso y control de la mercadería. Y
            revisar cientos de bidones con presunta lavandina, si no se
            demuestra el delito, expone al Juez interviniente a sufrir una
            investigación que a veces se torna intencionalmente vejatoria para
            los magistrados dispuestos a luchar contra la producción y tráfico
            de narcóticos. 
               
            Influyente, y mucho, es Pepo de Lucía en el ámbito político
            provincial. Aunque no mediático, pero sus contactos le permiten
            desnudar el lado oscuro del polémico recaudador de Felipe Solá
            confirmado por Daniel Scioli, este es, Santiago Montoya. 
               
            Si fuera por la propaganda del organismo provincial, la empresa El
            Ciclón debería haber sido llevada a juicio por evasión
            impositiva hace por lo menos tres años. Sin embargo, los hermanos
            De Lucía se endilgan en el gremio al que pertenecen, no sólo el
            hecho de no pagar impuestos sino de estar abonados a una mensualidad
            en la privada de Santiago Montoya para que el expediente en el que
            se encuentran sus antecedentes de morosos incobrables, permanezca
            eternamente cajoneado.  
               
            Todos los meses, parten desde las oficinas centrales de El Ciclón,
            ubicadas justo enfrente al Ministerio de Defensa, dos automóviles
            charter con destino a La Plata. En el primer auto van dos de sus
            empleados de confianza que conocen a los secretarios de Montoya
            llevando el dinero. En el de atrás viaja una custodia armada hasta
            los dientes. Dicen que la suma que El Ciclón pone en manos
            de los inmediatos colaboradores de Montoya es muy fuerte, y quienes
            reciben el dinero apelan a la famosa frase eternizada por José Luis
            Manzano: Robo para la corona. Es decir, aceptamos el dinero para
            seguir "cajoneando" la situación de la empresa, pero el
            dinero se reparte entre el jefe y sus principales subalternos. 
               
            La policía bonaerense le echó el ojo una tarde a esa delegación
            sospechosa. Es que uno de los pagadores enviados por los hermanos De
            Lucía era el ex secretario privado de Juan Bautista Yofre y Hugo
            Anzorreguy en la SIDE: Se trataba de Carlos Alberto Ledesma,
            conocido en el espionaje local como "Titi", el hombre de
            los mil secretos. 
               
            El referido personaje dejó de pertenecer a El Ciclón cuando
            su vínculo con la encargada de entregarle el dinero, Paula De Lucía
            -hija de Pepo- llegó a su fin. Pero las visitas de Titi Ledesma
            a La Plata abrieron la sospecha de una policía que sabe que nunca
            puede investigar los negociados del poder político. Aunque dicen en
            la Secretarìa de Ingresos Públicos provincial que el de El Ciclón
            no es el único caso de empresas que se abonan para que sus
            expedientes sigan cajoneados, hasta ahora es el más conocido de
            todos. Pues además de la acción de evasión impositiva, lleva la
            carga de estar sospechado de comercializar precursores químicos en
            su propia sucursal en Salta. 
               
            Cuando en la firma no está Paula, quien supervisa las maniobras
            "non sanctas" de esta firma protegida por el kirchnerismo
            (Pepo fue uno de los candidatos colectora de Cristina Fernández el
            28 de octubre), es la secretaria todo terreno de Pepo: Mirta
            Lorenzo. El clan femenino que opera sobre la gente de Santiago
            Montoya se completa con una enigmática empleada uruguaya que sólo
            es conocida por su nombre de pila: "Beatriz, la Uruguaya". 
               
            Cada vez que corre en la oficina de Montoya alguna sospecha de que
            puede haber una inspección impositiva sobre El Ciclón, los
            hermanos De Lucía corren a ocultarse en diferentes sitios. Alfonso
            tiene un bunker en Pinamar y Pepo en sus campos de Salta y Santiago
            del Estero. El negocio, los "negocios" para mejor decir,
            les provee ingresos para comprar almas y voluntades por doquier. 
               
            Pero no son todas flores en el camino de la familia De Lucía. Hace
            unos años, la firma Johnson Argentina recibió miles de
            quejas de usuarios que sostenían que los espirales Raid y Fuyí
            -producidos por ellos- parecían darle de comer a los mosquitos
            en lugar de ahuyentarlos. Usuarios y comerciantes intimaron a la
            empresa a realizar una investigación cuyo resultado fue llamativo.
            Los espirales "truchos" habían sido fabricados con madera
            inofensiva y no con la de palo santo, que es la eficaz contra
            insectos, y los que habrían falsificado y distribuido esa mercadería
            en nombre de Johnson Argentina serían los hermanos De Lucía
            desde la firma El Ciclón. Intentaron huir del país
            provisoriamente, pero Alfonso fue detenido en Ezeiza y su hermano
            "Pepo" que salía mas atrás con la consultora Lorenzo se
            retiró a tiempo del control aduanero. 
               
            Con esta calaña de personajes se maneja el "intocable"
            Santiago Montoya, mientras acrecienta "mediáticamente" su
            fama de ser el terror de los evasores. 
               
            La doble moral kirchnerista en su estado puro. 
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