MUERE LA HISTORIA

por Darío Botero Pérez

 

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La pretensión de justificar los crímenes como defensa o mandato de alguna ideología, constituye otra trampa de los sicópatas que han imperado en la Historia y que ya los pueblos no soportan, pues han descubierto su natural hermandad tanto como su dignidad intrínseca, negadas por las ideologías de cualquier tipo, con muy contadas excepciones.

Sin desconocer el derecho a la identidad que asiste a cada individuo y a cada pueblo, las multitudes maduras entienden que los prejuicios culturales no pueden seguir agitándose como si fuesen razones válidas, contundentes, indiscutibles y hasta respetables para negarles a los demás su propio derecho a existir, que es la pretensión sionista milenaria.

No obstante, bajo el imperio de la Historia que languidece, estas peculiaridades culturales se exacerban, de modo que han sido el motivo para arrasar con quienes no comparten las ideas de quienes han alcanzado el poder suficiente para imponerlas o, simplemente, para saquear y asesinar impunemente al diferente, siempre y cuando no sea capaz de defenderse eficazmente.

Por fortuna, aunque subsisten los potentados interesados en perpetuar la subyugación de las mayorías tanto como en causar enfrentamientos entre culturas y entre sectas internas, los humanos comunes y corrientes cada vez nos identificamos más los unos con los otros. Nos reconocemos como víctimas de sociedades jerárquicas encargadas de despojar a las mayorías para que las élites disfruten de privilegios, de modo que tenemos la obligación de construir una sociedad plana en la cual nadie valga mas que nadie, pero donde el valor social de cada uno sea el máximo posible que el desarrollo alcanzado pueda garantizar.

Es difícil pero factible. Constituye la vía correcta para superar la despreciable Historia construyendo una sociedad amable para todos, respetuosa de las diferencias, defensora de la Vida y protectora del Medio Ambiente.

Una sociedad plana, igualitaria, justa, racional, que se beneficie de los descubrimientos científicos en vez de usarlos para acelerar la destrucción y para negarles valores a las prácticas ancestrales que han demostrado su pertinencia y solidez durante milenios. Éstas son indudables conquistas de la especie, dignas de conservarse, defenderse y difundirse, -como se esfuerzan en hacérnoslo entender los “hermanos mayores”, auténticos protectores de la Madre Naturaleza-, pero que el Neoliberalismo se esmera por aplastar buscando amargarles sus vidas a las mayorías.

El fenómeno de la depredación acelerada de la biosfera es mundial y simultáneo, pues el Armagedón planeado por el sionismo tiene que alcanzar esa dimensión para que sea definitivo. Pero resalta y duele en la otrora poderosa, orgullosa y autosuficiente China, ahora convertida en el país más depredador del Mundo y cuyo potencial de destrucción del Medio Ambiente es capaz de acabar en muy poco tiempo con lo poco que queda.

Desgraciadamente, así lo están haciendo los traidores que actúan como gobernantes de ese sufrido pueblo, supuestos revolucionarios proletarios o comunistas cuya gran ambición es ser los guardianes y promotores del Neoliberalismo. No les importa perder su herencia cultural, tan valiosa pero que el Gran Timonel se encargó de desacreditar, en su momento, para satisfacer sus ansias personales de caudillismo e inmortalidad, claramente evidenciadas con su Revolución Cultural.

Tampoco les duelen, ni pelearán por ellas, esas inmensas reservas de dólares sin valor con que el Imperio decadente les ha pagado durante años lo que les compra para surtir el mercado usano, aunque mucho es fiado, de modo que lo respaldan con papeles basura que teminarán en manos de los fondos de pensiones.

Están felices produciendo multimillonarios de ojos rasgados y piel amarilla, ya casi tan poderosos como los que brotaban de USA, de modo que no van a desistir de explotar a su abundante pueblo y su barata mano de obra por meras cuestiones convencionales que se resuelven en el terreno de los negociados desde que haya a quienes engañar.

En su orgía consumista, una de sus víctimas es la pobre Latinoamérica, tan rica en recursos naturales y tan desamparada y traicionada por los criollos miserables que la han gobernado buscando su enriquecimiento personal a costa de recursos no renovables, cuya explotación ha sido y seguirá siendo nuestra maldición, como lo está siendo ya para tantos, en tantos países victimizados por las corporaciones en su desespero aparente por ganancias que les permitan superar la crisis, pero realmente interesadas en el exterminio del 95%.

Para los chinos, la venalidad, mediocridad y ruindad de quienes nos gobiernan representan una oportunidad comercial maravillosa, pues a cambio de verdadera riqueza, representada en nuestras maderas, nuestra flora, nuestra fauna, nuestros suelos y nuestros minerales, incluida la invaluable agua, pueden deshacerse de sus dólares sin valor pero de los que están ávidos los vendepatrias para aprovechar su cuarto de hora en el gobierno lucrándose de los negociados que estén al alcance de su cargo.

¡A la oportunidad la pintan calva, de modo que hay que aprovecharla cuando se presenta, pues no hay de donde agarrarla para retenerla!, piensan nuestros previsivos vendepatrias en todos nuestros países, sea cual sea la ideología que usen para seducir a las masas que los apoyan y les han dado la oportunidad de enriquecerse de cuenta del erario y del patrimonio común.

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La Vida es sagrada, de modo que quien atenta contra ella es un criminal, independientemente de las razones que tenga, así uno mismo se vea obligado a matar por motivos tan básicos como defenderse.

Tal sería el caso de quienes resuelvan matar a Bashar al Assad para evitar las masacres cotidianas que ordena.

La causa es bastante justa, de modo que enaltecería a los criminales que desvíen la mira hacia el tirano en vez de seguir matando pueblo inocente e inerme. Pero no dejaría de ser un crimen, como lo fue el ajusticiamiento del dictador Gadafi, y como lo son los asesinatos de pueblo que éste ordenó, o los que Assad o Barak Obama o el macabro Benjamín Netanyahu, o las joyitas inmortales e inmorales, Dick Cheney, Donald Rumsfield, los Bush y Henry Kissinger, entre otras bestias del Club Bilderberg, han fomentado y siguen fomentando.

No obstante, el ajusticiamiento del tirano por personal de su confianza es la forma menos traumática y más justa de superar el período antropológico durante el cual los peores ejemplares de la especie han reinado, de modo que podría convertirse en una fórmula universal para sobrevivir a este aterrador trance que amenaza con extinguirnos si no somos capaces de trascenderlo. También constituiría un atenuante para los criminales que resuelvan dejar de matar semejantes, poniéndose del lado de los herederos del futuro, sus hermanos de clase, tan amenazados en este macabro presente.

Obedecería a la aterradora ley del talión: “ojo por ojo”; o a la sentencia de Jesús: “el que a cuchillo mata, a cuchillo muere”. Y para los demás genocidas que siguen despreciando las vidas ajenas mientras hacen todo lo posible para destruir la biosfera constituiría una patética notificación del futuro que se han labrado y que difícilmente podrán eludir cuando ya no tratan con masas informes y supersticiosas sino con multitudes conscientes y bien informadas.

Pero los depredadores universales -que nos han condenado a la extinción y se esmeran por desatar la guerra-, son tan cínicos, desalmados, perversos, mentirosos, degenerados y cobardes que les achacan los desastres ambientales al cambio climático.

De esta forma buscan ocultar la responsabilidad directa y criminalmente deliberada de las corporaciones dedicadas a diseminar la muerte por todo el mundo, envenenando suelos, aguas y aires, extrayendo toda clase de minerales, destruyendo ecosistemas, despojando de su hábitat a tantas especies condenadas a la extinción y matando ejemplares por montones, donde los encuentren, como a los amables delfines, a las estupendas ballenas y a los asombrosos orangutanes.

En contraste, la Sociedad Democrática Global que las multitudes han comenzado a instaurar funda su razón de ser en el respeto absoluto a la Vida, así signifique un sacrificio enorme cuando se piensa en los animales de los que obtenemos las proteínas complejas que nos garantizan la propia subsistencia en condiciones ventajosas respecto a quienes obtienen sus nutrientes de fuentes vegetales.

Por fortuna, cada vez están más disponibles los desarrollos científicos de los que nos privan los potentados. Incidentalmente, al negárnoslos, los enemigos comunes asumen una actitud reaccionaria que, objetivamente, demuestra su decadencia irrevocable y el obstáculo para el desarrollo en que se han convertido. En particular, nos alerta sobre el peligro que representan en su agonía, pues insisten en conservar y aumentar sus privilegios al precio que sea, así sea desatando la guerra nuclear.

Pero, una vez superados los sicópatas, los progresos técnico científicos -desprendidos de intereses particulares necesariamente mezquinos- han de permitir progresos asombrosos que ya intuimos, como la producción de proteínas de gran calidad sin tener que arrebatarles sus vidas a seres sensibles.

Serían resultado de cultivos genéticos deliberados; de esos que, en la Sociedad del Conocimiento, ofrece la biotecnología pero que en las jerárquicas y despreciables existentes, frenan y deforman los grandes laboratorios multinacionales, en manos de particulares cuyo gran objetivo es elevar su tasa de beneficio.

Tal beneficio lo entienden los sicópatas y sus lacayos como la acumulación de dinero por los grandes propietarios -la famosa “valorización del capital”-, en vez de interpretarlo como el máximo nivel de bienestar susceptible de ser disfrutado por cada individuo que esté vivo, lo cual sí representa un verdadero beneficio susceptible de enriquecer a esa Humanidad que los potentados se esmeran por empobrecer y degradar.

Por ahora, sin negarnos a comer pollo ni caer en angustias morales por nutrirnos lo mejor posible, sí es hora de negarnos a admitir que criminales como los que dirigen impunemente a USA, a Rusia, a Francia, a China, a Alemania, a Inglaterra, a España o a cualquier régimen jerárquico, así se trate de neocolonias como México y Colombia, puedan seguir condenando a los ciudadanos y a los súbditos a la miseria tanto como asesinando humanos, acudiendo a teorías dogmáticas y discriminatorias que los pueblos rechazan y están hallando la manera de reemplazar por un consenso pacífico global capaz de dar al traste, en todo el Mundo, con las sociedades jerárquicas y sus gobiernos opresores de las mayorías y saqueadores de las riquezas naturales existentes en los frágiles ecosistemas que han sustentado la Vida durante miles de años.

Es interesante el desafío que se nos presenta, pues los jerarcas controlan todas las instituciones que materializan la opresión, de modo que desprecian los movimientos espontáneos inspirados por la auto inmolación de Mohamed Bouazizi el 17 de diciembre de 2010 en Túnez. Pero, al mismo tiempo, les temen a las manifestaciones independientes como al mismo demonio al que le han vendido sus almas corrompidas y que no dejará de cobrarles sus crímenes.

Saben que, efectivamente, el poder reside en el pueblo, de modo que no se trata de mera retórica para engañar ingenuos. Y temen que lo que parece un movimiento espontáneo y sin futuro, donde no aparecen jefes visibles con los que se pueda negociar la traición a los intereses comunes, constituya no una reacción desesperada de masas amorfas, impotentes e inermes, sino el rechazo consciente, simultáneo y multitudinario de los individuos evolucionados, pacíficos y resueltos, que se va regando exponencialmente retando las sociedades dominantes con sus instituciones jerárquicas y opresivas; desconociendo sus normas, y estableciendo acuerdos fácticos para la convivencia respetuosa que habrá de caracterizar a la amable y rica Sociedad Democrática Global en construcción.

Dicha sociedad, realmente evolucionada y civilizada, constituye el instrumento idóneo para vencer el Nuevo Orden Mundial de los potentados. Éste ya ha superado las soberanías de las naciones sometiendo los países a los intereses de los banqueros y, a través de éstos, a los sionistas Rotschild, Rockefeller, Sachs y Morgan, lo cual demuestra todo lo malo que representan como apocalípticos doctrinarios dedicados a causar el Fin del Mundo.

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Ante la insurgencia de la Primavera Árabe y su contagio a los indignados en España y al 99% de despojados en USA -contagio que ha de extenderse a todos los pueblos que vayan asumiendo su destino en sus propias manos, dejando de cedérselo a falsos representantes que los traicionan mientras apuran el desastre ambiental simultáneo en diversos escenarios regados por el Mundo entero, lo cual está despertando protestas de las víctimas directas tanto como la solidadridad global de los sensibles y evolucionados, repudiando cada agresión donde se presente-, los poderosos, bien pagados y desatinados “think tanks” de los potentados resolvieron penetrar los movimientos libio y sirio, mientras ocultan y aplastan otros menos visibles, como el del estratégico Bahrein, tan caro para el imperio usano.

Eso explica la aparición reciente y oportunista, en Siria, de grupos armados y pagados por la OTAN y otros potentados, incluyendo a los supuestos islamistas, títeres de USA, que estuvieron a cargo del agente santón de la CIA, Osama bin Laden.

O sea, esa gentuza criminal de Al Qaeda -que asesina musulmanes por orden del imperio usano con el propósito de alimentar el odio entre culturas monoteístas destinadas a causar el Armagedón si no lo impedimos- está tratando de capitalizar el movimiento democrático sirio en beneficio de los potentados decadentes y de posturas ideológicas extremistas, buscando desacreditar la democracia directa que condena a los verdugos y que puede liberar a los individuos de sus cadenas mentales tanto como de la explotación económica y del envilecimiento cultural.

Saben que la verdadera democracia -que finalmente es factible porque está disponible para todos mediante los avances de las tecnologías de la teleinformática-, dará al traste, en todo el Mundo, con la mortal farsa de la democracia representativa que les ha servido a los potentados y a sus lacayos para suplantar y oprimir a los ciudadanos a título de “representarlos”, a la vez que la han usado para difundir posiciones extremas dirigidas a mantener aislados y enfrentados a los pueblos mientras los despojan.

Los impostores musulmanes, auténticos terroristas financiados por los enemigos comunes de todos los pueblos, pretenden asumir banderas de falsa oposición a los imperios neoliberales para sabotear, desviar y corromper los objetivos democráticos del movimiento popular, cotidiano, ejemplar, heterogéneo, desclasado, eminentemente humano y multitudinario del pueblo sirio.

Es que a los potentados de todos los pelambres les aterran los métodos pacíficos empleados por las multitudes a pesar de la fuerte represión.

No pueden dejar de recordar a Gandhi con su contundente resistencia pacífica, tan inerme pero valiente, constante y contundente que logró la libertad de la India sojuzgada por el imperio inglés, a pesar de que éste contaba con toda la superioridad militar y la falta de escrúpulos, condiciones indispensables para asesinar sin contemplación a todo el que se le opusiese.

Saben que la Historia está llegando a su fin, pero prefieren acabar con todos (o, al menos, con un 95%) antes de renunciar a sus privilegios de líderes o de lo que sea que les permita sobresalir frente a las masas esclavizadas, así les toque convertirse en mayordomos o en lustrabotas de los amos potentados.

Éstos constituyen el 1% que a todos nos oprime y expropia del patrimonio común, tanto el que ofrece la Naturaleza como el que es fruto del esfuerzo científico de la Humanidad pero que, a punta de leguleyadas, los potentados se apropian.

Lo hacen mediante patentes que reconocen propiedades intelectuales normalmente espurias, pues se les otorgan a estafadores respaldados por los esbirros del Estado, y no a los inventores o creadores, quienes son los verdaderos autores y tendrían derecho a lucrarse de la explotación de sus obras mientras pasan a ser patrimonio común de dominio público y uso gratuito por todo el que se interese. Pero esto es lo que los potentados se esmeran por impedir para seguir lucrándose de lo que no les pertenece.

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Llegó la hora de las mayorías capaces de construir una sociedad amable en la que quepamos todos. Entre más pronto te decidas a integrarla, mejores posibilidades de consolidarla tendremos.

De ahí que sea importante que participes ayudándoles a quienes te rodean a entender esta confusión reinante, que tanto favorece a los enemigos comunes interesados en perpetuarla y profundizarla, pero que fácilmente podemos derrotar acudiendo a la Verdad y a la defensa de nuestros auténticos intereses, no de los que nos imponen a través de la publicidad consumista, tan nociva y despreciable, cuyo propósito es perpetuar la dictadura de los potentados, al menos hasta que logren terminar con el Mundo y establecer el Juicio Universal, pues después ya nada importará.

 

ANEXO:

“Carlos Maldonado-Quien tiene derecho a decidir el destino de los pueblos”.

Le ha agregado alguna observación para alimentar la necesaria crítica a posiciones que no son tan transparentes ni objetivas como sería de esperar, pero que conviene conocer dada la necesidad de tomar posición en la lucha mortal entre la Vida y la Historia.