NUEVO JUICIO DE NÜREMBERG
Guantánamo, campo de exterminio

Por: José Luis Ontiveros

Hay tres hechos ignominiosos que por su inmundicia son relevantes: el campo concentracionario y exterminacionista de Guantámano; el muro que ha levantado el sionismo para apoderarse de los territorios palestinos; la barrera que se propone construir Estados Unidos para segregar a los inmigrantes mexicanos y terminar de despojar a México de más de la mitad de los límites geográficos, que por derecho irredentista le pertenecen.

En Palestina, la autoridad nacional, que en realidad responde a una componenda con el sionismo, ya que no reivindica sus derechos, ha admitido, pese a una retórica que no es congruente con la realidad, el levantamiento del muro, al que se resiste Jihah Islámica y principalmente Hezbollah, de línea radical chiita y joimenista.

Sin embargo, la existencia de un campo concentracionario en que se practica la tortura y que es ilegal, tanto para los tratados internacionales como para el discurso Light de los derechos humanos, que ha esgrimido Estados Unidos para justificar su guerra de agresión o paranoia preventiva contra Afganistán e Irak, se presenta del todo indefendible y es una prueba más de que la potencia global en crisis de desintegración de su complejo económico-militar, aplica la política del terror en aras de combatir, lo que denomina terrorismo, que es una respuesta al progrom de goims (Céline dixit). Resulta claro que el terror ha sido impuesto por aquellos que el conductor Hugo Chávez denuncia como los que crucificaron a Cristo y se apoderaron de las riquezas del mundo.

Guantánamo ha provocado que la Unión de európidos invertebrados entre en una crisis de conciencia de acuerdo a los valores burgueses mundialistas que se amparan en los principios inmortales de los tenderos, al punto que la canciller alemana, Angela Merkel, ha declarado con todos los complejos de culpa que carga el tambor de hojalata del falso holocausto del rentismo victimatorio judío, que una institución como Guantánamo no puede y no debe seguir existiendo.

Lo que manifiesta la existencia desde hace cuatro años de la base militar, convertida en campo de exterminio, enclave colonialista en Cuba, es que Estados Unidos practica una insustentable política de terror contra el Islam militante y niega todo derecho a los que califica de combatientes enemigos, que son retenidos sin cargos, pruebas, ni jueces.

Guantánamo es el nuevo juicio de Nüremberg, el podrido espectáculo de la sevicia obsesiva de Estados Unidos e Israel.

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