REVISTA SIEMPRE!, México. domingo 9 de abril 06

La hora de los pueblos
Ollanta Humala, el poder incaico

Por: José Luis Ontiveros

Se ha dicho que la literatura precede a la política, que el poeta es la antena de la especie de acuerdo al genial Ezra Pound, en Perú, el caso de la inminente elección presidencial, está prefigurada en su hondo significado en la novela que Pierre Drieu de la Rochelle dedicara a Latinoamérica, El hombre a caballo, donde anticipa una revuelta de las raíces identitarias contra el colonialismo y una clase política irredimiblemente corrupta.

Drieu de la Rochelle afirma en Europa contra las patrias que el nacionalismo centrífugo y antagónico, herencia de la civilización moderna y de la revolución francesa, es ya un marco agotado y que éste debe remontarse a una visión orgánica europea, si bien esta postura marca la ruta del escritor francés, y posteriormente, la furiosa persecución en su contra, a la que supo enfrentar con el compromiso irrenunciable de la muerte, con un suicidio que no permitió que se le ultrajara con el falso montaje de un juicio.

La idea de una patria común europea ha tomado en Latinoamérica el signo de la revuelta contra occidente y sus declinantes paradigmas, es la actualización de la barbarie, como principio generador de valores, en contra de la senectud de una civilización neomaterialista, este es el símbolo que representa el ex coronel Ollanta Humala en el actual Perú.

Los perros de presa de la americanósfera han lanzado en su contra una serie de calificativos oprobiosos, y es que el desafío de Ollanta Humala representa un abierto rechazo al demoliberalismo y a la usurocracia. Ollanta Humala de 42 años, viene a engrosar el eje Caracas-La Habana-La Paz-Lima, que tiene como denominador común un radical cuestionamiento a los poderes fácticos de la partidocracia y su dependencia hacia Estados Unidos. Lo que significa un retorno a los valores ancestrales de la cultura inca, la reivindicación del legado del presidente Andrés Avelino Cáceres, héroe de la guerra contra Chile (1879-1883), que es la fuente del etnocacerismo, la eliminación del sistema de partidos, el libre cultivo de coca, la instauración de la pena de muerte y una nueva geopolítica peruana en consonancia con una federación de pueblos latinoamericanos.

Ollanta Humala, cuyo nombre significa en aymara el guerrero que desde su atalaya lo ve todo, encarna las virtudes que Drieu describe en El hombre a caballo: la unión del pensamiento y de la acción. Se vive como define Perón: La hora de los pueblos.