“No es necesario examinar todo problema y toda tesis sino solamente aquellas que puedan despertar dudas a la clase de personas que merecen ser argüidas y que no necesitan castigo o estén faltas de percepción. Porque aquellos que tienen dudas sobre si los dioses merecen ser honrados y los padres amados, castigo requieren y no argumento. Mientras que aquellos que dudan sobre si la nieve es blanca, están faltos de percepción.”  (Aristóteles, Tópica, Libro I, cap. 11.)

 

POR QUÉ NO CREO EN  “EL HOLOCAUSTO”

por Malcolm X

 

Cualquiera que ose dudar de “El Holocausto” se convierte automáticamente en: antisemita, xenófobo, racista, intolerante, neo nazi y, desde septiembre de 2001, terrorista.

Poco importa que no comulgue con el nazismo, que odie a Bin Laden o apoye la aniquilación del pueblo palestino. Tampoco importa que sea judío: “El Holocausto” es un dogma. Quien lo pone en duda, aun si no lo niega, padecerá primero la conspiración del silencio, luego el menosprecio y, por último, la persecución, la cárcel o incluso la muerte.

Antes de proceder a enumerar mis sed contra debemos definir qué se entiende por “El Holocausto”. Se trataría de la eliminación sistemática, ordenada por el Reich alemán, de los judíos por el mero hecho de ser tales, es decir, con el objetivo de poner fin, parcial o totalmente, a su existencia colectiva.

Excluyo en esta definición, y no niego, la ejecución de judíos por otras causas justas o legítimas (actos de guerra, defensa propia, sabotaje, delitos comunes, espionaje); y casos en los cuales una o varias personas procedieron por sí mismos, o por terceros que no representaban al estado alemán, en el sentido de la definición dada.

Hecha esta aclaración procedo a enumerar mis razones:

1)          Porque me cansa La Nación

Holocausto, Shoah, Pogrom, Genocidio, Exterminio. Me tienen seco. No hay domingo sin que La Nación no traiga alguna nota o comentario referido al “más grande horror de la humanidad”. Si no es la historia de un sobreviviente de Auschwitz, es la de un autor que acaba de escribir el millonésimo libro sobre el tema. También puede ser el perfil de algún demonio, muerto ya claro, o la búsqueda de la próxima presa del centro Simón Wiesenthal. Al Holocausto se lo mezcla con cualquier tema: historia, política, economía, derechos humanos, literatura, cine, teatro, música ¡y hasta cocina! Se encuentra en cualquier sección del diario, desde Economía hasta Espectáculos. Nadie, no importa sobre qué hable, puede omitir nombrar el holocausto para mantenerse vigente en los mass media. No se necesita, en cambio, la repetición “ad infinitum” para recordar la existencia del genocidio stalinista, el armenio, el camboyano o el chino. ¿O no es lo mismo matar mujiks que judíos?

2)          Porque es el único tema de la historia sobre el que está prohibido investigar…si no es para confirmarlo.

Existen cerca de 10 países donde poner en duda el holocausto es un crimen que se castiga con prisión. En Alemania la pena llega hasta los 5 años. Hoy en día, hay al menos 5 investigadores que se encuentran presos en la República Federal: Horst Mahler, Germar Rudolf, Ernst Kögel, Ernst Zündel y Sylvia Stolz.

Usted puede discutir libremente si Cristo fue o no el Hijo de Dios, si resucitó un muerto o hizo oír a los sordos, si la Virgen tuvo o no más hijos: pero jamás dudar de la existencia de ”El Holocausto”.

La “ciencia” puede examinar la sábana de Turín con carbono 14 y afirmar que no es de la época que manifiesta la Iglesia, analizar si el milagro eucarístico de Lanciano corresponde o no a tejido humano, pero no está permitido investigar si habían 6.000.000 de judíos en Europa, si fue factible matarlos en un período de 4 años, o dónde se encuentran sus restos.

3)          Porque “El Holocausto” es el negocio más grande de la historia

¿Cuántas películas, libros y “documentales” se produjeron sobre el holocausto en los últimos 60 años? ¿Cuántos tours se realizan por año? ¿Cuántas conferencias y seminarios? ¿Cuántos museos de la Shoah se levantaron? El negocio sólo es comparable con Disneyworld.

Agregue las reparaciones de guerra pagadas a los judíos de todo el mundo: suman decenas de miles de millones de dólares. Toda la industria del holocausto fue denunciada por un judío: Norman Finkelstein (1) en su libro The holocaust industry – Reflections on the explotation of the Jewish Suffering.

¿Ha visto usted un negocio similar realizado con las víctimas de la guerra civil española, los palestinos o cualquier otra masacre en gran escala del siglo 20?

4)          Por la cantidad de disparates contados y su súbita desaparición

Los jabones y aceites hechos con judíos, afirmación tan falaz, como que el jabón se fabrica a base de grasa y por las fotografías de los desnutridos judíos mucha grasa no les quedaba.

Hacían veladores con la piel. Un simple principio de oferta y demanda lo niega ¿Qué alemán, por mal gusto que tuviese, compraría un velador de piel humana? ¿Si no los compran, para qué fabricarlos?

Más no fuera por diversión de un guardia: ¿se tiene idea del trabajo que es despellejar un cuerpo humano? Y siguiendo el razonamiento del estado de salud de los prisioneros: ¿que clase de piel se obtendría de esos famélicos cuerpos?

En el propio museo de Auschwitz, curiosamente, no hay mención alguna al respecto de estos cuentos, y nadie serio los repite hoy día.

Si el holocausto existió: ¿no es ya suficientemente espantoso como para sazonarlo con mentiras?

5)          Porque la cifra oficial de los muertos en los campos de concentración decrece periódicamente desde 1945

La placa que bendijera Juan Pablo II en 1979 (recomiendo leer Carta de León Degrelle al Papa (2) ostentaba la cifra de 4 millones. La que bendijo Benedicto XVI en 2006 dice 1.5 millones. Durante 50 años afirmaron al mundo la muerte de 4 millones de personas en Auschwitz y en un ¡zas! la bajan a 1,5 millones?

Disminuyó oficialmente la cifra en 2,5 millones pero siguen manteniendo el número de 6 millones ¿Es que no aprendieron aritmética?

Bien, la cifra empezó con 9 millones según la película documental Night and Fog, que fue proyectada a miles de estudiantes en todo el mundo.

La oficina francesa para los crímenes de guerra habla de 8 millones de gaseados en 1945. La misma fuente baja más tarde a 7 millones

6 millones es la cifra del libro “Auschwitz” del Dr. Miklos Nyiszli, cuyo libro y estadía en el campo se mostraron luego falsos.

5 millones es la cifra declarada por el único confeso del Holocausto, el comandante de Auschwitz, Rudolf Höss. Lo curioso es que, siendo el comandante de Auschwitz, “confesó” que sólo en su campo murieron 3 millones de judíos cuando los mismos judíos conceden hoy, oficialmente, que murieron 1,5 millones

En Harvest for Hate (Schocken Books, Leon Poliakov y Reinhold Niebuhr) la cifra baja a 2 millones.

En 1995 el presidente Lech Walesa, de acuerdo a estudios dirigidos por el mismísimo Museo de Auschwitz, baja el número a 1,5 millones que es la cifra oficial…hasta el día de hoy.

Jean Claude Pressac, autor de Auschwitz: Technique and Operation of Gas Chamber, escribirá luego The crematoria of Auschwitz, y posteriormente, editará el último libro en la versión alemana. La cifra bajará respectivamente de 1 millón, a 0,8 millones y finalmente a 0,6 millones.

6)          Por las innumerables contradicciones y desmentidas

Ya hablamos de las cifras cambiantes en el punto anterior. Sigamos.

En 1996 Robert van Jan y Deborah Dwork concedieron, en su libro Auschwitz, que el crematorio I de Auschwitz era sólo un símbolo de lo que en realidad sucedía en el crematorio II, Auschwitz-Birkenau.

Simón Wiesenthal declaró que en Alemania no existió nunca ningún campo de exterminio . Sin embargo, los aliados hicieron desfilar, inmediatamente concluida la guerra, a decenas de miles de soldados por el campo de Dachau (Baviera, Alemania) explicándoles que allí se habían exterminado a millones de judíos.

Durante años se mostró en las películas de Hollywood el ingreso de gas en las cámaras a través de duchas, cuando, aun si se hubiera utilizado el famoso Zyklon- B, no era ésa la forma de administrarlo.

Si usted visita el campo de Auschwitz, como lo hizo Marcos Ghío (3), se preguntará: ¿por qué construir vistosas barracas de material, de 30cm de espesor, con ventanas y estufas si estaban destinadas al corto tránsito de las víctimas?

Dentro de una de estas barracas una guía del campo comentaba, sobre una gigantografía donde se veían decenas de judíos espantados, que la foto tomaba el instante mismo en que eran conducidos a las duchas. Marcos Ghío le preguntó por qué, si iban a las duchas, lo hacían vestidos y con maletas en las manos. La guía contestó: “Porque iban engañados” a lo que Ghío replicó: “Si iban engañados, ¿por qué las caras de terror?”

La ausencia de sublevaciones es sugestiva. Van a matarlo y ¿no va usted a oponer ninguna resistencia? Se subleva una cárcel por motivos tan nimios como una requisa, se amotina un barco porque hace meses que no tocan tierra, se incendian trenes en el conurbano porque no llegan a tiempo ¿y no se sublevan 12.000 personas juntas cuando son conducidas a una muerte segura todos los días? “Se trataba de indefensos y pacíficos judíos…”. No se mostraron así menos de un año después de ser liberados: en Palestina, formando las milicias clandestinas y el futuro ejército israelí, expulsaron a 700.000 árabes y nada menos que al ejército británico.

¿Por qué matar judíos cuando más trabajadores se necesitaban?

Al final de la guerra cada alemán hacía falta en el frente, sobre todo en el del este. Goebbels había llamado a la guerra total. Si los alemanes combaten ¿quién produce? Los prisioneros de guerra. Matarlos sería lo mismo que pedirle a un patricio romano que asesine a los esclavos que labran sus tierras. Por el contrario, había que mantenerlos productivos a toda costa. Si la decisión final era matarlos, bien podrían haberse hecho al finalizar la guerra, no antes. ¿No es sugestivo que el complejo de Auschwitz incluyera dos fábricas de armamento de las SS? O que las empresas alemanas paguen hasta el día de hoy indemnizaciones por el trabajo forzado de judíos en sus fábricas? ¿Por qué los judíos que trabajaban para Mercedes-Benz, AFA, IG-Farben o BMW no eran conducidos a los campos de exterminio?

7)          Los sucesivos fraudes a través de la historia

Comenzando por el del español Eric Marcó (4), presidente de las víctimas españolas en Mauthausen, quien fabulara haber estado prisionero en dos campos de concentración alemanes y que, luego de una investigación periodística, tuvo que reconocer la falsedad de lo dicho ante toda la gente que había estado engañando durante varias décadas.

También los casos del austríaco Conny Hans Meyer o del suizo Benjamin Wilkomirski (5), quien escribió un importante best seller en el que se manifestaba a sí mismo como judío y afirmaba que de niño había estado en los campos de Majdanek y Auschwitz pero que luego, tras una nueva investigación periodística, se descubrió que no se llamaba así, sino que su verdadero nombre era Bruno Dösseker, que no era judío y que los únicos campos de concentración que había visto habían sido en el cine.

La cantidad de fotos descubiertas y/o reconocidas luego como trucadas. La exposición de las cámaras de gas como originales y luego confesadas como reconstruidas. La primigenia aseveración de que en todos los campos de concentración se eliminaban judíos y luego que lo fueron solamente en los de Polonia.

Las imágenes de pilas de cadáveres mostradas en los primeros films después de la guerra que se demostraron después corresponder a víctimas de Dresden y los campos de Stalin. Haga la prueba: ponga en Google Imágenes “Victimas de Dresden”, luego ponga una pila de cadáveres de judíos de Auschwitz y juegue a encontrar las 7 diferencias. Va a perder: no hay ninguna.

El lnstitut für Zeitgeschichte (Instituto de Historia Contemporánea) de Munich, siempre en vanguardia del llamado "resistencialismo" alemán y plagado de hebreos en sus cargos de dirección, se vio obligado a comunicar a la prensa que:

"Las cámaras de gas de Dachau no fueron nunca terminadas ni puestas en acción. Las exterminaciones masivas de judíos empezaron en 1941-1942, en algunos lugares de Polonia, pero, en ningún caso, en territorio alemán".

El diario de Ana Frank

Denunciado por apócrifo ya en 1959 por el profesor universitario Stielau, quien fue expulsado de su cátedra pese a que la policía holandesa afirmara en la investigación que el libro había recibido “retoques”. En 1980, la Oficina de Investigación Criminal Federal (BKA) de Alemania, en el juicio contra Ernst Römer, quien denunció el diario como falso, sentenció que el manuscrito había sido alterado al menos en parte después de 1951. ¿Cómo lo hicieron?

Se descubrió que fue escrito parcialmente con birome. El diario va desde el 12 de junio de 1942 al 4 de agosto de 1944. La introducción comercial de la birome data de 1951…

El último fraude del que tengo conocimiento es la memoria autobiográfica de Misha Defonseca que pueden encontrar en el Boston Globe, CNN y hasta en Wikipedia. (6) Escapó de un campo de concentración y fue, como Rómulo y Remo, alimentada por lobos…

8)          La cantidad de sobrevivientes

Es sorprendente la cantidad de sobrevivientes de los campos. Se trata de centenares de miles de judíos en todo el mundo que reciben indemnizaciones del gobierno de la República Federal de Alemania por haber estado internados.

Según la historia oficial, los judíos, dentro de los tres meses de su llegada al campo, eran despojados de todas sus pertenencias, desnudados, conducidos a las cámaras de gas, retirados sus cadáveres, cremados y enterradas sus cenizas. Eso durante años. Pero, por otro lado, tenemos centenares de miles de judíos que han pasado AÑOS en los campos de concentración y…. ¡sobrevivido! El adalid de ellos es Simón Wiesenthal quien pasó por 12 campos de concentración… ¡un verdadero récord! (7)

¿Por qué estos internos sobrevivieron? ¿Es que los alemanes eran ineficientes? Pudieron ocupar Polonia en tres semanas, Francia en un mes, enfrentarse durante 4 años al ejército rojo causándole 13 millones de muertos y ¿no pudieron liquidar a judíos indefensos, mujeres y niños presos?

La cantidad de judíos en Europa

Según el World Almanac (Anuario Mundial) de 1947, en el año 1938 había en el mundo 15.688.259 judíos. Esta cifra fue facilitada al mencionado Anuario Mundial por el llamado Comité Judeoamericano y fue confirmada por la Oficina Estadística de Sinagogas Americanas.

En 1948, según el testimonio del demógrafo Hanson W. Baldwin, confirmado por el judío Arthur Hays (a) Sulzberger, director del The New York Times, existían en el mundo entre 15.600.000 y 18.700.000 judíos (The New York Times, 22-11-1948)

Tomando como cierta la cifra más alta, resultaría que en los diez años que mediaron entre 1938 y 1948 (período que comprende los años de guerra de 1939 a 1945) la población mundial judía habría aumentado en más de tres millones.

Efectivamente, si, a efectos de comprobación, supusiéramos que Hitler hizo exterminar a seis millones de judíos, nos encontraríamos con que el aumento de su población fue de... ¡nueve millones! y esto en tiempo de guerra... Es decir, un aumento de tres millones, más otros seis millones de nacimientos, para suplir los seis millones de judíos pretendidamente gaseados y cremados bajo el régimen nazi.

Teniendo en cuenta que, según las propias fuentes judías, actualmente existen en el mundo 18.000.000 de judíos, el aumento de nueve millones en los años de guerra (sin contar los descensos ocurridos por causas naturales) representaría un incremento demográfico total, del cien por cien, lo cual es absolutamente imposible aunque todos los judíos y judías, desde los doce hasta los sesenta años de edad, en el transcurso de esos diez años, se hubieran dedicado a la procreación durante veinticuatro horas diarias.

9)          Porque hubo judíos libres hasta el final de la guerra e incluso algunos de ellos gobernaron, combatieron ¡y hasta fueron condecorados!

El investigador inglés (y judío) Bryan Mark Rigg (8) investigó durante diez años la participación de los, según la ley racial alemana, judíos que pelearon en la Wehrmacht. La mayoría “Mischlinge”, es decir, mestizos, con entre 25% y 50% de sangre judía. Entre ellos fueron condecorados apellidos tan “germanos” como Holländer, Heinrici o Wilberg. Más aún, un judío 100% como Schacht (Ministro de Economía del Reich) vivió libre y cómodamente en su casa de Prusia hasta el final de la guerra, como otros miles de judíos berlineses. El Grossadmiral Raeder, por ejemplo, no acató siquiera la orden de Hitler de separar los 100% judíos de la Kriegsmarine.

Porque incluso judíos niegan el Holocausto (9)

Como Moshe Friedman, de la sinagoga de Viena, uno de los 7 rabinos que participó en el Congreso Iraní Review of the Holocaust, Yisroel David Weiss y Ahron Cohen. O David Cole, quien lleva 3 años de su vida escondido en USA por haber negado el holocausto y ser buscado para ser asesinado por el Mossad. Es cierto que la mayoría de los judíos que lo niegan son antisionistas, pero no se entiende que por tal razón vayan a negar la suerte de sus hermanos.

Está también Joseph Burg,   quien se carteó por sus libros con Ernst Zündel y testificó en su defensa el 29 y 30 de marzo de 1988. Declara Burg que entrevistó cientos de alemanes que operaron crematorios y cámaras de desinfección, pero que nunca encontró uno que hubiese operado las cámaras de gas. Visitó Auschwitz y Majdanek sin encontrar ninguna cámara que pudiese ser usada con el propósito de ejecución. Ante la afirmación del juez que cientos de judíos sobrevivientes habían testificado bajo juramento en tribunales alrededor del mundo, Burg contestó que: “Quisiera ver a uno de los testigos judíos jurar bajo los ritos rabínicos, con el solideo puesto, sin imágenes de Cristo, con la Biblia hebrea, en presencia de un rabino o una pía autoridad religiosa y entonces declarar que vieron lo que dicen haber visto.”  

Los juramentos prestados en otras condiciones no son moralmente vinculantes para los judíos.

10)     Porque conozco a los alemanes

Éstos que conozco hoy son el 20% de lo que eran antes del 45. Inteligentes, determinados, eficientes, meticulosos, obsesivos, implacables: en 5 años eliminaron la desocupación, convirtieron a los rojos alemanes, vencieron al crimen, rearmaron al ejército, convirtieron a Alemania de sierva de Versailles en potencia mundial, tomaron Austria, el Sarre y los Sudetes sin disparar un tiro. En un año tenían toda Europa occidental, en 3 meses estaban a las puertas de Moscú. Para cuando comenzó el holocausto dominaban Europa y el mundo pensaba que Alemania era invencible. Tenían todos los medios de fuerza a disposición y, sin embargo, según el propio Centro Simón Wiesenthal sólo fue eliminado el 25% de los judíos alemanes (10). Si hubieran querido exterminar a los judíos, les aseguro, no quedaba uno.

11)     Porque el tribunal que determinó su existencia no era imparcial

El holocausto se estableció en el juicio de Nürnberg. Allí fue supuestamente probada su existencia y la culpabilidad de los alemanes. 10 hombres fueron ahorcados y dos se suicidaron. Serían los primeros.

¿En qué derecho se puede ser juez y parte? En carta a su mujer Grace, el miembro del Tribunal de Nürnberg, senador Thomas J. Dodd, denuncia la parcialidad del juicio ya que el 75% del tribunal estaba formado por judíos.

12)      Porque la historia oficial del procedimiento (11) por el cual se llevó a cabo el Holocausto, sostenida durante los últimos 60 años, es inviable por razones técnicas y logísticas. (12) Y no hay pruebas de su existencia.

A esta objeción responde el Centro Simón Wiesenthal en su página de Internet: el holocausto es técnicamente viable porque existió. Lógica pura.

El uso de gas cianhídrico requiere de instalaciones especiales que incluyan: mamposterías no porosas, aberturas herméticas, sistemas de calefacción de aire para alcanzar el punto de ebullición del gas (13), sistemas de ventilación forzada (primero para distribuir homogéneamente el gas en el habitáculo y luego para renovar el aire a fin de poder ingresar). Asimismo requiere de una chimenea de al menos 12 metros de alto para ventilar el gas a una altura segura. El operador debe actuar con máscara de gas. El gas es inestable al calor, explosivo en contacto con otros agentes. Todo esto se requiere para la simple fumigación de ropa, donde se utilizan concentraciones de 300ppm, que ya son letales para un ser humano.

En una cámara de ejecución, en cambio, las concentraciones utilizadas son de 3200ppm para producir una muerte rápida: 2 minutos. Pues bien, ninguna de las supuestas cámaras de exterminio en pie, (solo quedan 3, 1 remodelada parcialmente y la otra reconstruida a nuevo por los polacos) cuenta con estas instalaciones. Es más, el sistema de drenaje de la cámara en Auschwitz II es común a todo el campo e incluso al Hospital SS que se encuentra… ¡al lado! como puede verse en la foto III.

Ausencia de evidencias

No hay restos de Zyklon B en las supuestas cámaras de gas. En cambio si los hay (¡y duraron 60 años!) en las por los judíos reconocidas instalaciones de desinfección. Hay al menos otros 4 investigadores que extrajeron muestras de las paredes de las cámaras de gas además de Leuchter (Dr. Frederick Töben (14), Prof. Dr. Jan Markiewicz -encargado por el mismo museo de Auschwitz-,  Dipl.-Chem. Germar Rudolf (15) y John C Ball), con los mismos resultados.

Problemas con los cadáveres

Como no hay 6.000.0000 de cadáveres, los judíos afirman  que los mismos fueron cremados.

Sin embargo, nos encontramos con varios obstáculos: los hornos de los campos son incapaces por sus características y número para procesar la cantidad de cremaciones correspondiente al número de gaseados. En un horno entraban entre 1 y 2 cadáveres. Se podían introducir hasta cuatro, pero eran ineficaces por las temperaturas a las que trabajaban.

Un problema físico a resolver. La cremación produce dos cosas: humo y cenizas

Ninguna de las fotos aéreas de los aliados muestra humaredas. Por ejemplo, las fotos aéreas tomadas durante el período donde se denunció el gaseamiento y posterior cremación de 12.000 judíos húngaros ¡por día!…luego desmentido.

Un cuerpo humano cremado ocupa el tamaño de una caja de zapatos, digamos 30 x 20 x 10 cm de alto. Eso equivale a 0,006 m3 de cenizas. En Auschwitz, según el último número oficial, fueron sacrificadas 1,5 millones de personas que equivalen a 9000 m3 de cenizas. Para darse una idea, si estuvieran dispersas en una manzana (100 x 100 metros) tendrían una altura de 90 cm. ¿Adivinen qué? No hay cenizas.

No solo eso, la tecnología de los hornos crematorios antes de 1960 no funcionaba como los que conocemos hoy día, por ejemplo en los cementerios. A diferencia de éstos, que incineran el cuerpo, los hornos de aquel entonces eran de ladrillos refractarios que se calentaban a coque, no alcanzando la temperatura necesaria para la incineración del cuerpo, sino solamente su completa deshidratación. Es decir, quedaban restos. ¿Dónde están?

Auschwitz tenía un problema adicional. A 1,5 m de profundidad hay napas de agua. ¿Dónde están las fosas comunes de 6 m de profundidad que se muestran en las fotografías?

La prueba

En un juicio por asesinato ¿no se realiza una pericia del arma homicida? En el caso de una pistola se realiza una prueba balística, se constata que las estrías del proyectil coincidan con las del cañón del arma, a qué distancia fue realizado el disparo, si hay restos de pólvora en el cuerpo, etc, etc. ¿Por qué no se realizaron en el juicio de Nürnberg las pericias sobre un arma homicida de 6.000.000 de judíos?

O al revés: si yo me presento ante el juez y confieso haber matado a un hombre, digamos, a puñaladas. Si no aparece el cuerpo, ni el cuchillo, ni testigos, ni rastros de sangre en su casa: ¿sería condenado?

¿Por qué hoy, y sería una prueba irrefutable del crimen perpetrado, no se realiza un estudio de ADN a los cadáveres para analizar los residuos de Zyklon – B,  como solicitó David Irving en su juicio en Austria?

Responden: “Porque es faltarle el respeto a las víctimas.” No lo es desenterrar los cadáveres de Katyn, de los albano-kosovares, de las víctimas de Pinochet o las del franquismo. Pero sí a las víctimas judías.

Objeción judía: desenterrar a un muerto es un acto de desacralización. Entonces, señores judíos, deben decir; afirmamos que existió un holocausto, pero no lo podemos probar.

13)     Por la simplicidad y economía de otros procedimientos.

Excluyamos el más sencillo que sería matarlos en el sitio en que los atraparan, con cualquier medio disponible. Con las dificultades que supone una guerra de aquellas proporciones: ¿para qué desviar combatientes, camiones, trenes, combustible y víveres y recorrer kilómetros sufriendo bombardeos y actos de sabotaje para trasladar judíos que finalmente serán eliminados? Argumentan: ¡querían ocultarlo al pueblo alemán! Dudoso: no lo iban a ocultar al pueblo polaco (¿o los iban a exterminar a ellos también?) y ciertamente no a los miles de soldados, médicos y personal de los campos de concentración. Ni a la Cruz Roja Internacional, pero, concedámoslo.

¿Por qué no enterrarlos vivos? No veo una diferencia esencial entre gasear a mujeres y niños indefensos y utilizar mi propuesta. Se me objetará nuevamente; “no todos tendrían el coraje de hacerlo”. ¿No es que eran unos monstruos? Bueno, concedámoslo también.

¿No es más fácil ponerlos en fila frente a fosas comunes previamente cavadas y fusilarlos? Es el método más fácil y rápido, utilizado en todas las guerras para eliminar grandes cantidades de personas. Los rusos se las ingeniaron bien en Katyn asesinando 25.000 oficiales del ejército en marzo de 1940 [16], los turcos con un 1,5 millones de armenios, los rojos y los nacionalistas en la guerra civil española o los mismos rusos y americanos con los alemanes en su avance sobre Berlín.

14)     Por la inexistencia de documentos

Pese a haber aniquilado Alemania hasta las ruinas y luego ocupado, tomado el control absoluto del gobierno, tenido a disposición todos los medios y, sobre todo, las ganas de encontrarlos, no hay UN SOLO documento que respalde la existencia del Holocausto. Nada. No digo una orden escrita, ni siquiera una mención directa al tema. Sólo la vaga Solución Final, que era el traslado de todos los judíos fuera de Europa, fracasada la oferta hecha a USA, a la isla de Madagascar.[17] ¿Puede ser que, en el país donde nació la burocracia moderna, donde todo es documentado, archivado, firmado y controlado obsesivamente se haya podido manejar el exterminio de 6 millones de personas sin que nada quedara asentado? ¿Que oficial de rango o responsable de un campo hubiera aceptado tal misión sin una orden escrita que lo respaldara?

Es más llamativo aún que en ninguna de las memorias de los tres líderes aliados (Churchill, Stalin y Roosevelt) haya mención alguna al holocausto.

Por el contrario, hay dos documentos que sí hablan de cifras de muertos en campos de concentración: el informe de la Cruz Roja de Arolsen de 1979 habla de un total de muertos de todos los campos (13, sin diferenciar si de tránsito o exterminio, según la posterior discriminación judía) de 271.000. [18]

Y si bien la inteligencia alemana no era de lo mejor, tampoco era tan mala como para emitir certificados de defunción si lo que se quiere es tapar un genocidio.

Otro documento revelador es el producido por el Registro Civil Especial (Sonderstandesamt) para los campos de concentración alemanes que registra, hasta diciembre de 1983, el total de 282.077 certificados de defunción emitidos por los campos de concentración y lo eleva a 373.468 considerando otros certificados de defunción emitidos fuera de ellos. El documento es de 1984 y, por supuesto, termina con un disclaimer: “Las cifras de este organismo en nada contradicen el efectivo número de muertos en los campos de concentración”.

15)     Por la ausencia de testigos directos

Ningún testigo. Ningún confeso que sostuviera su declaración en el tiempo, a pesar de las violentas torturas recibidas en los campos de concentración aliados o las practicadas a los jerarcas en Nürnberg.

Los mismos judíos no recuerdan detalles e incluso algunos testifican haber sido bien tratados por los nazis: [19] La razón: “fue tan traumático que han borrado su memoria”….selectivamente.

Perdón, me olvidaba de Rudolf Höss, quien, a las 2 de la mañana y después de semanas de tortura, firmó su confesión (en inglés, lengua que no dominaba) donde admite que en su campo murieron 3 millones de judíos.

Declaró en Nürnberg que, para cuando él comenzó a construir el campo de Auschwitz (1941) ya estaban en operaciones los campos de exterminio de Belzec, Treblinka y Wolzak. Los dos primeros no existieron hasta 1942. Wolzak no se encuentra en ningún mapa….

¿Por qué su “confesión”?  Höss declaró posteriormente haber sido torturado[20] hasta el hartazgo y que su familia era amenazada con el traslado a Siberia. Podría ser una buena treta para “despegarse”: queda bien con sus ex camaradas luego de salvar su vida. El problema es que también lo confiesa su torturador: Bernard Clarke.[21]

16)      Por el informe de la Cruz Roja [22]

En primer lugar, la Convención de Ginebra vigente en la 2° guerra mundial declara legítima la detención de los judíos como prisioneros de guerra. [23] [24]

A diferencia de Stalin, que nunca permitió el acceso de la Cruz Roja a sus campos de internados, el régimen alemán, si bien al principio se rehusó, permitió el acceso e inspección de sus campos de concentración a partir del segundo semestre de 1942.

Se le permitió a la Cruz Roja distribuir alimentos y, a partir de 1943, lanzan un programa de alivio a todos los campos de concentración que durará hasta 1945.

En 1945, el General Kaltenbrunner autorizó incluso la permanencia de un delegado de la Cruz Roja por campo con una condición: que permaneciera hasta el final de la guerra.

El informe destaca las condiciones liberales en lo campos de concentración, especialmente Theresienstadt (administrado enteramente por judíos) en su último informe de… abril del 45.

En el citado informe no hay ninguna mención a las cámaras de gas. En cambio, indica las causas de muerte de enorme cantidad de prisioneros: la caótica situación de Alemania a finales de guerra impide la distribución de alimentos a los campos de concentración causando la muerte por inanición. La Cruz Roja es explícita al indicar que la imposibilidad de distribución de alimentos se debe a los bombardeos aliados. Incluso, el 15 de marzo de 1945, la Cruz Roja protesta contra “la bárbara guerra aérea de los aliados”. El informe original, de 1946, no habla de campos de exterminio o muerte. Por último, menciona que no todos los judíos estaban internados, sino que algunos vivían, bajo ciertas condiciones, dentro de la población civil.

Confieso no haber encontrado el original. Pero tampoco encontré la negación de su existencia o la denuncia de su adulteración, sea  por parte del autor, sea por parte de la Cruz Roja.

Pero encontré que el informe existe, que Frederic Siordet es efectivamente su autor, que estaba a cargo de la tarea de supervisión de los campos de concentración alemanes y, por último, he encontrado un testimonio de uno de los delegados, que permaneció hasta el final de la guerra y que escribe en sus memorias que, entristecido por la situación de 20 huérfanos judíos, había arreglado su evacuación a Suiza…

Más aún, el proyecto Nizkor, organización judía internacional dedicada a combatir los argumentos revisionistas, admite la existencia del informe, la visita a Theresienstadt e incluso la de Auschwitz en abril del 45. Aducen que la razón por la que no encontraron las cámaras de gas es porque los nazis no se las mostraron. ¿Visitaron el hospital y no vieron el Krema I enfrente?

17)     Por el silencio de la Iglesia Católica

Hubo mayoritario apoyo de miembros de la Iglesia Católica antes, durante y después de la II Guerra Mundial. Por ejemplo, la conferencia episcopal alemana tocó campanas con la caída de Polonia y Francia. Y la austríaca con el triunfo del Anschluss. Se rezaban las misas no por la paz, sino por la victoria. Antes y durante la guerra la objeción es obvia: hasta 1945 nadie sabía nada.

¿Por qué no denunció el holocausto? No porque no supiera: tiene el mayor servicio de inteligencia del mundo. En cada país, en cada provincia, en cada ciudad y en cada barrio hay una iglesia y un sacerdote. Ninguna agencia de inteligencia tiene tantos agentes con semejante cobertura. ¿Cómo no se enteraron de lo que ocurría? Digo más, ¿por qué, si sabían de estos crímenes de lesa humanidad, escondieron y ayudaron a escapar a tantos nazis, incluidos los temibles SS? La Iglesia nunca condenó al nazismo después de 1933 [25]:

¿Por qué no los excomulgó entonces como lo hizo con los comunistas en 1949? ¿Por qué no llamó a la resistencia a los católicos de Alemania, no menos de 22 millones? Porque no había nada que mereciera semejante acción. El argumento de la “protección de los católicos en Alemania” es débil. Primero eran 22 millones y Hitler no hubiera podido sostenerse política ni militarmente sin ellos. Segundo, la Iglesia no tuvo miedo por sus católicos cuando los llamó a oponerse a las leyes de eutanasia o contra la separación de matrimonios mixtos. Y en ambos casos tuvo un rotundo éxito.

¿Por qué el dogma de “El Holocausto”?

He enumerado la serie de razones por las cuales yo no creo en EL dogma del mundo moderno. Pero debe haber una razón, un móvil (“Todo agente obra por un fin”) que haya llevado a construir y defender tan fieramente este cuento.

Y un móvil muy poderoso para provocar la muerte y la persecución de miles de personas, para sostenerlo durante más de 60 años, invertir descomunales cifras de dinero para mantenerlo “vivo” en lo medios de comunicación, para haberlo grabado en la conciencia de la mayoría de la humanidad, sobre todo occidental, como un hecho probado, indiscutible.

Un móvil tan poderoso que la sola idea que se desmorone su existencia desvela a los más altos dirigentes del mundo.

El invento del holocausto es una genialidad: la mejor estrategia de ataque y defensa que el mundo conoció. Un arma que los protegiera no sólo de cualquier ataque real, sino que obligara a mostrarles benevolencia ante el temor de ser considerado su enemigo. Invirtieron la carga: no se prueba ser antisemita por atacarlos sino por no defenderlos, ayudarlos y protegerlos.

Los móviles

El holocausto, como ariete de la propaganda demonizadora sobre los vencidos que debemos beber desde el 45 hasta hoy, está constituida por dos facetas: una ofensiva – disuasiva y una defensiva – constructiva, que están ordenadas a sus móviles.

La primera de ellas consiste en el descrédito apabullante del nacionalsocialismo y sus líderes, el cual no está destinado principalmente a sus enemigos nominales (los cuales ya fueron vencidos, ejecutados y sus sobrevivientes muertos) sino a todo lo bueno que dicho régimen y sus líderes promovieron.  Esto lo prueba la tenaz persistencia del procedimiento a lo largo de más de 60 años que no busca sino amedrentar y bloquear cualquier intento de restauración de cosas parecidas. Esas “cosas parecidas” no son otras que la restauración de los valores tradicionales.

La segunda está ordenada a la construcción y defensa del poder judío. Más que construcción deberíamos decir consolidación, porque el poder judío ya estaba al surgir los nacionalismos. Es más, su surgimiento es la reacción a este poder judío al cual el nazismo, su único enemigo temible, hizo tambalear.

La base de este poder es la debilidad. Un poder que ante la más mínima amenaza de un desafiante se acoge a la conmiseración: “¡Me quieren pegar! ¡Me quieren holocaustar!” Es un gigante de manteca, pero cuyo poder es enorme. Enorme supuesto el debilitamiento psíquico y moral de los pueblos de occidente. Un debilitamiento que implica la castración definitiva para el juicio crítico.

Razón por la cual nunca reconocerán la falacia del dogma del mundo moderno.

Ser judío hoy día implica poseer carta blanca para hacer prácticamente lo que quieran. Pues por cualquier cosa que uno pretenda objetarlos será tratado inmediatamente de antisemita. Y ellos juegan siempre como perseguidos. Un argumento poco viril, pero eficaz en un mundo afeminado.


[7] http://es.wikipedia.org/wiki/Simon_Wiesenthal

Fue apresado en 1941 y liberado en 1945 de Mauthausen.

[8]Rigg, Mark. Hitler’s Jewish Soldiers, University Press of Kansas, 2002

William D. Montalbano, The Jews in Hitler's Military, Los Angeles Times, Dec. 24, 1996.

Tom Tugend, Grad student uncovers Jews who fought for Adolf Hitler, Jewish Telegraph Agency, Dec. 26, 1996.

[11] Traslado coordinado a campos de concentración, asesinato en masa de judíos en cámaras de gas por medio de Zyklon B, nombre comercial del ácido cianhídrico, y posterior cremación de los cadáveres en hornos crematorios.

[13] El Zyklon - B venía en latas herméticamente cerradas que sólo podían abrirse con una herramienta especial. Dentro de la lata el ácido estaba contenido en materiales porosos como aserrín o pellets que, una vez calentados hasta los 26°C, producían el gas para la desinfección y no, como nos enseñó Hollywood, que se introducía el gas por las duchas. Ignorancia absoluta del uso de un procedimiento que se utilizó por todas las potencias desde 1920.

[17] . La cual fue impracticable por dos motivos: el esfuerzo de guerra y el dominio absoluto del mediterráneo por la marina inglesa.

[21] Legions Of Death, Pen and Sword, April 2004.

[22] Report of the International Committee of the Red Cross on its Activities during the

Second World War (Geneva, 1948).

http://www.ihr.org/books/hoggan/21.html

[23] Los judíos declararon unilateralmente la guerra a Alemania el 24 de marzo de 1933, 19 días después de la asunción de Hitler al poder. Tal declaración fue publicada ese día en el Daily Express de Londres.  Anteriormente, el señor Bernardo Lacache, Presidente de la Liga Mundial Judía, dijo en 1932 desde París: “Alemania es nuestro enemigo de estado número uno. Es nuestro deber declararle una guerra sin perdón.” Y hay otras similares.

[24] Según el derecho de guerra vigente en la segunda Guerra Mundial (II Convención de Ginebra, La Haya, Octubre de 1907) Capitulo II Prisioneros de guerra se establece: Art.5: se puede someter a los prisioneros de guerra al internamiento en una ciudad, fortaleza, campo o localidad cualquiera. Art 6: El estado puede emplear como trabajadores a los prisioneros de guerra según su grado y aptitudes, excepción hecha de los oficiales.

[25] Mit brennender Sorge es una amonestación, no una condena. Divini Redemptoris sí. El primer “despegue” de la Iglesia y el nazismo data el 23 de agosto…de 1945.