Medio centenar de rabinos israelíes han firmado un edicto religioso contra el alquiler de casas a no judíos y que afectaría principalmente a la minoría árabe del país, denunció hoy la Asociación pro-Derechos Civiles de Israel (ACRI).

RACISMO Y ODIO:  RABINOS ISRAELÍES EN CONTRA DE ALQUILAR CASAS A NO JUDÍOS

 

Varios de los signatarios explicaron que su apoyo a la propuesta se basa en la promesa divina a los judíos de la Tierra de Israel.

"No debemos ayudar a los árabes a echar raíces en Israel", señaló al diario "Haaretz" el rabino Shlomo Aviner, de la colonia judía en Cisjordania de Beit El, quien considera que los judíos deben tener preferencia sobre los "gentiles" (no judíos) a la hora de alquilar un apartamento.

El rabino Yosef Scheinen, de la ciudad costera de Ashdod, argumenta que "la Tierra de Israel está designada para el pueblo de Israel" porque "así lo quiso" Dios y, por tanto, "el racismo tiene su origen en la Torá" (Pentateuco).

"El mundo es tan grande y el Estado de Israel tan pequeño que Dios se le dio al pueblo de Israel y el mundo entero lo anhela. Esa es la injusticia", agregó.

La propuesta ha generado diversas reacciones de condena a lo largo de la jornada.

ACRI ha pedido al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, que condene las opiniones expresadas por los rabinos y tome medidas disciplinarias contra aquellos empleados por la Administración Pública.

"Los rabinos que son funcionarios tienen una obligación hacia todo el público, incluidos los ciudadanos árabes de Israel. Es impensable que usen su estatus público para promover el racismo y la incitación", apuntó.

Ilan Gilon, del partido de izquierdas Meretz, ha pedido a la Fiscalía General que destituya a los rabinos firmantes, como gesto de "dureza" ante tal "epidemia de racismo y xenofobia".

Por su parte, el diputado árabe en el Parlamento israelí Ahmed Tibi tildó la carta de "crimen masivo" cometido por un "grupo de rabinos racistas que debería recibir un curso intensivo en historia judía".

También los alcaldes de dos importantes ciudades, Haifa y Nazaret, el judío Yonah Yahav y el árabe Ramiz Jaraisy, salieron al paso del escrito.

Yahav cree que se trata de una "auténtica profanación del nombre de Dios" que "lleva el odio contra aquellos con quienes hemos decidido vivir nuestras vidas", mientras que Jaraisy cree que daña también a los judíos porque genera una "escalada" de tensión con los árabes, en vez de "buscar un terreno de entendimiento".

La propuesta llega dos meses después de que dieciocho rabinos jefes municipales apoyasen un texto en la que se insta a los judíos con apartamentos en propiedad a no alquilarlos a árabes, con el argumento de que empuja a la baja el precio de su casa y del resto del barrio.

"Su modo de vida es diferente al de los judíos. Entre (los gentiles) hay algunos llenos de amargura y odio hacia nosotros que se entrometen en nuestras vidas hasta el punto de ponerlas en peligro", señala el escrito.