Biografía de José María Rosa

extractado de Metapedia  -    http://es.metapedia.org/

 

José María Rosa, historiador Argentino, abogado y profesor universitario fue uno de los más respetados y consultados historiadores de la corriente que se llamó revisionista. Nació en Buenos Aires el 20 de agosto de 1906, en el seno de una familia tradicional cuyo bisabuelo, Vicente Rosa, llegado desde España en 1828 fue director de aduanas durante el gobierno de Juan Manuel de Rosas.

Su abuelo, José María, abogado de prestigio, llegó a Ministro de Hacienda de la administración de Julio Roca. Se recibe de abogado a la temprana edad de 20 años y luego de un breve paso como juez de instrucción se dedica a la enseñanza, tanto en cátedras universitarias como secundarias. De su experiencia como Juez de instrucción en Santa Fe sale su primer libro Más allá del código.

Su militancia política comenzó en las filas de la recientemente fundada Democracia Progresista pero su interés por la historia lo llevó al encuentro con el pueblo real y subyacente.

Su segundo libro, de 1936: Interpretación Religiosa de la Historia, examina la historia como La Sociedad en el Tiempo, descartando las visiones institucionales, raciales, periodísticas o épicas.

Residió en Santa Fe, donde dictaba cátedras de derecho constitucional y en esa ciudad, junto con otros estudiosos de la historia fundó en 1938 el Instituto de Estudios Federalistas, desde donde se dictaron conferencias, se establecieron lazos con entidades similares en el país y en el exterior y a través de ellas se perfiló una vigorosa corriente de los que buscaban “revisar” la historia y sobre todo mirarla desde un ángulo social.

 

Su primer libro

En 1942 sale su primer libro de historia  Argentina, “Defensa y Pérdida de Nuestra Independencia Económica” principio de una larga serie de publicaciones, algunas de las cuales incluiremos en esta página.

En 1945, ya sumado a la naciente corriente de pensamiento nacional de acción política, debió trasladarse a Buenos Aires por desinteligencias con el rectorado y algunos centros de estudiantes, fruto de su militancia política e histórica. Centra entonces su actividad en la universidad de La Plata, ejerciendo también la cátedra en colegios secundarios. Por entonces publica "Nos Los Representantes del Pueblo" y “La Misión García ante Lord Strangford”.

La llamada “Revolución Libertadora” lo deja cesante para luego encarcelarlo, en ocasión de la detención de su amigo John W. Cooke, a quién había dado refugio en su casa. Pasa 35 días incomunicado para luego participar en un gracioso y demencial interrogatorio por quien se denominaba “Capitán Ghandi” donde se lo acusaba de complicidad con el régimen depuesto... en 1852.

Luego de 70 días de prisión sale para militar más activa y decididamente, enrolándose en el fallido y trágico intento del General Valle del 9 de junio de 1956. La asustada reacción del gobierno “gorila” de entonces lo buscó para fusilarlo pero consigue pasar a Montevideo y de allí, aceptando una invitación del Instituto de Cultura Hispánica, que le promete la edición de su libro “La Caída de Rosas”. Viaja a España donde permanece hasta 1958, ejerciendo el periodismo y dando conferencias en distintos ámbitos.

Vuelve para sobrevivir de lo poco que le producen sus publicaciones y artículos y eventuales cursos de historia, que da permanentemente en sindicatos de todo el país.

Su actividad tiene como marco el Instituto de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas, entidad de la que fue presidente muchos años. De esa época son sus libros "El Cóndor Ciego", “Rivadavia y el Imperialismo Financiero” y “La Guerra del Paraguay y las montoneras Argentinas”. A raíz de esta última publicación su nombre pasa a ser muy conocido en el Paraguay, a donde es invitado permanentemente a dar conferencias o asistir a eventos relacionados con el prócer máximo Paraguayo.

En su obra “El Revisionismo responde” destacó la mala fe de la oligarquía en condenar a Rosas: “La oligarquía no condenó a Rosas por tirano, lo condenó por la defensa de la soberanía, y porque representó auténticamente a las clases populares”.

Mientras tanto participa activamente en lo que se llamó la Resistencia Peronista convirtiéndose en uno de sus referentes más respetados y queridos. Es en ese período que el movimiento Peronista, antes indiferente toma con entusiasmo las banderas revisionistas y las hace suyas. Rosa integraría la comitiva de notables que van a buscar a Perón en el famoso vuelo charter del 17 de noviembre de 1972.

Para entonces ya se había publicado su Historia Argentina, obra hecha por él en 13 tomos a los que luego de su muerte se le agregaron cuatro más.

El General Juan Domingo Perón, en ejercicio de la presidencia, dispone que se haga cargo de la embajada en Asunción, considerando que su prestigio en Paraguay pudiese ser positivo para los intereses nacionales dado que en ese tiempo se jugaban en las cotas de altura de la represa de Corpus, la factibilidad de construir Yaciretá.

Muerto Perón, tuvo desinteligencias con el canciller Alberto Vignes y optó por aceptar la embajada en Atenas, donde permaneció hasta el golpe militar de 1976. Regresó a Buenos Aires, donde sus libros eran retirados de las bibliotecas y su nombre puesto en un "cono de silencio". Pero el viejo luchador no se resignaba a quedarse de brazos cruzados. Es así como se fundó la revista “Línea” (Por pretender abarcar a todo el pensamiento de la línea nacional), la voz de los que no tienen voz.

El propósito fue mantener viva la llama del pensamiento nacional y mostrar que subyacía otra Argentina llamada a renacer. No pudieron los militares acusar a Pepe Rosa de ser guerrillero solo porque su figura era demasiado visible y conocida. Pero buscaron todos los medios para acallarlo, desde el secuestro de la revista hasta los innumerables juicios entablados en su contra. Pero “Línea”, cada vez con más coraje, salió adelante y fue la única voz distinta que se escuchó durante esos años de plomo.

Mientras tanto continuó con la publicación de libros y artículos en algunos medios que poco a poco se animaban a expresarse.

Su última batalla, que le costó el alejamiento de algunos amigos “nacionalistas” cortos de vista fue sobre la cuestión del Beagle, que casi nos había llevado a una tonta e irreparable guerra entre hermanos. Su vida se apagó el 2 de julio de 1991 muriendo en forma serena, como compensación a la vida de lucha que tuvo.

En el sepelio de Rosa dijo José María Castiñeira de Dios, por ese entonces subsecretario de Cultura de la Nación: “Pudo decir que él no defendía a Rosas. Porque Rosas se defiende solo… Vivió el reconocimiento en vida. No importa si los grupúsculos académicos desoyeron la seriedad profunda de sus papeles. Lo escuchó el pueblo, y el pueblo lo supo y lo sabe intérprete real de la realidad histórica de nuestra tierra”. Entre otras personalidades de la cultura que brindaron su homenaje al insigne maestro se destacaron: Marcelo Sánchez Sorondo, Francisco Hipólito Uzal, Fermín Chávez, Cristina Minutolo de Orsi, Jorge Oscar Sulé y Jorge Ocón.

Su obra

  • Análisis de la Independencia Argentina

  • Defensa y Pérdida de Nuestra Independencia Económica

  • Del Municipio Indiano a la Provincia Argentina

  • El Cóndor Ciego – la Extraña Muerte de Lavalle

  • El Fetiche de la Constitución

  • El Pronunciamiento de Urquiza

  • El Revisionismo Responde

  • Historia Argentina

  • Historia del Revisionismo y Otros Ensayos

  • Interpretación Religiosa de la Historia

  • La Guerra del Paraguay y las Montoneras Argentinas

  • La Misión García ante Lord Strangford

  • Más allá del Código

  • Nos los Representantes del Pueblo

  • Rivadavia y el Imperialismo Financiero

  • Rosas, Nuestro Contemporáneo

  • Artículos y folletos varios