SÉPTIMO ANIVERSARIO

por Alejandro Biondini

 

Y finalmente hemos arribado al mágico número Siete.

Siete años de trabajo, de crecimiento, de desafíos y de lucha para mantener en línea uno de los espacios que más posiciones encontradas ha generado en la Red de redes.

Formidables presiones de toda índole, incluyendo la intervención directa de gobiernos y entidades multinacionales de odio, se movieron en estos largos años para intentar sacarnos una y otra vez de circulación. Pero también, una y otra vez fracasaron.

Ciudad Libertad de Opinión hoy levanta victoriosamente y con orgullo sus banderas y estandartes, que simbolizan la defensa de los Derechos Humanos Primordiales, como son la libertad de pensamiento y la libertad de expresión.

Tal vez algunos se pregunten los motivos o las circunstancias en que surgió este portal de portales, donde miles de sitios de todo el mundo han podido y pueden manifestarse sin censura, sin publicidad no deseada, sin condicionamientos y en forma absolutamente gratuita.

Siempre he pensado que detrás de cada fracaso o de cada sinsabor hay una oportunidad. Está allí para el que tenga espaldas para aguantar y espíritu para levantarse sobre la adversidad. Nosotros, en julio de 1997 inauguramos en el freehosting de Geocities una pequeña publicación electrónica, que era la revista de aparición mensual Libertad de Opinión. Para nuestra sorpresa, a los pocos días una de las notas publicadas intentó ser denunciada ante la Corte Suprema de Justicia de Argentina por parte de un conocido dirigente político y agente de la masonería británica de mi país. Como era de esperarse, los sionistas locales e internacionales siguieron con ataques de variado calibre, y hasta buscaron que se me volviera a encarcelar por el "delito" de intentar ejercer un periodismo independiente de las mordazas e imposiciones del sistema.

Cuando no obtuvieron en los tribunales la respuesta que esperaban y fueron inútiles sus campañas de difamación, y al ver que nosotros seguíamos adelante con nuestra labor, directamente pasaron a la fase mafiosa. Proveedores como Geocities, Tripod y otros seis más, tuvieron que ceder a las amenazas de los sionistas para sacar sucesivamente nuestras páginas de la Red. Fue una persecución feroz y enajenada por parte de estos falsarios y genocidas, que tuvo su punto culminante en 1999, cuando ya cansados de estar cambiando de dirección en forma permanente, habíamos decidido funcionar dando a nuestros lectores una URL de redireccionamiento (VisitWeb) que nos permitía tener un punto de referencia que siempre apuntaba a la dirección real. Pero para estos enfermos fanáticos -que después se disfrazan de "perseguidos" y "víctimas"- ello fue demasiado, y también amenazaron al propio director de esa empresa (aún conservo su carta de justificación y disculpas) y perdimos hasta la posibilidad de tener un modesto redireccionador.

En septiembre de 1999 decidí adquirir el dominio LIBREOPINION.COM y contratar a través de un proveedor de Estados Unidos nuestro primer paquete de hosting profesional. Inmediatamente me di cuenta que las posibilidades de espacio, ancho de banda y otras características del mismo excedían nuestras necesidades, y charlando con mis colaboradores y camaradas, llegamos a la conclusión de que sería bueno poder ayudar a otros amigos de Argentina y del exterior que pudieran tener similares problemas a los que nosotros habíamos padecido. Así surgió Ciudad Libertad de Opinión.

Primero pensamos que iban a ser unos pocos, pero pronto tomamos consciencia de la enorme cantidad de gente que estaba en la misma situación, las solicitudes de ingreso saturaban nuestras capacidades y vimos que era imposible proveer un servicio de esas dimensiones sin consolidar cuanto antes una red dedicada y un desarrollo programático especial para el freehosting. Así lo hicimos. Invertimos y nos endeudamos aún con lo que no teníamos, fue un paso audaz y de futuro incierto, pero acá estamos. Hoy parece casi un sueño que luego de 7 años hayamos podido sostener una cruzada que nos excedía, y cumplir con los miles de usuarios de más de 60 países que actualmente se alojan en nuestros servidores, habiendo mantenido el portal en línea (uptime) durante 84 meses, 2.520 días y 60.480 horas con un promedio del 99.7 % de efectividad, es decir, prácticamente sin caídas. Y con un soporte técnico que funciona las 24 horas de los 365 días del año.

Pero lo que es más importante para mí, hemos cumplido con la palabra de mantener el servicio en forma gratuita, cada vez con más espacio y opciones extras para nuestros miembros y sin publicidad impuesta.

Algunos renuncian a enfrentar los obstáculos, porque una educación colonial les ha hecho creer que otras metas y otros horizontes son imposibles. Y así nos somete el sistema. Soy un convencido que la Voluntad y la Sangre son las que hacen mover las ruedas de la Historia. No hay nada más poderoso que un puñado de hombres y mujeres determinados a no ser esclavos sino dueños de su propio destino. Y también creo que Dios ciega a los que quiere perder. Sin la insensata persecución de nuestros enemigos jamás hubiera surgido Ciudad Libertad de Opinión. Tal vez seríamos otra de las tantas publicaciones electrónicas perdidas en la Red. Y además, la locura de nuestros enemigos nos brindó la extraordinaria oportunidad de compartir el pan, de abrir de par en par las puertas de nuestra casa para recibir a quien lo necesitara.

Seguramente hoy ya no somos tan necesarios, porque el surgimiento de Ciudad Libertad de Opinión hizo que se frenara en gran parte la política discriminatoria y persecutoria de muchos proveedores hacia las webs nacionalistas. También allí fueron derrotados nuestros perseguidores. Pero seguiremos estando, y nos satisface el comprobar que personas y entidades de las más variada ideología optan por nuestro servicio. Casi como una moraleja, hoy Geocities ofrece un freehosting de 15 megas a cada usuario, bombardéandolo con banners insufribles e intrusivos. Nosotros, los que una vez fuimos parias y expulsados, les damos desde LIBREOPINION.COM a cada uno de nuestros miles de usuarios el doble de espacio, 30 megas, y exentos de publicidad.

No es paradójico que alguien como el que esto suscribe, que -como es de público conocimiento-, está prohibido y perseguido en su propia tierra, que ha sido privado de sus derechos electorales y constitucionales, y que preside un Partido Político igual e injustamente proscripto, haya promovido y sea el responsable de Ciudad Libertad de Opinión.  La mejor forma de combatir el mal, es hacer el Bien. Porque como solía decir ese gran amigo y  patriota que fue René Tulián: "ellos son nuestros enemigos, no nuestros maestros".

Finalmente, quiero decirles a los miembros y visitantes, que nuestro nuevo portal interactivo LIBREOPINION Comunidad ya está en línea y en fase de prueba. Por ahora, su contenido y múltiples secciones sólo son accesibles y visibles por quienes hayan sido especialmente Invitados a unirse a esta experiencia como Betatesters. Día a día nuevas invitaciones son cursadas, y podemos decir que los resultados hasta el momento son totalmente satisfactorios. Esperamos tener sobre fin de año varios miles de miembros pioneros participando en este nuevo portal, y seguramente sobre esa fecha habrá una apertura plena. Visualizamos a la Comunidad como una etapa complementaria pero superadora del portal de Freehosting, pues allí los proyectos y experiencias no serán meramente personales o grupales, sino que amigos y camaradas de distintos países iremos aprendiendo a comunicarnos y sobre todo a Trabajar en Equipo, a tener los medios y los conocimientos necesarios para ayudarnos, solidarizarnos y defendernos al instante. La unidad en la diversidad. La Unión que hace la Fuerza.

Siete años de desafíos y de lucha desigual han concluído. Siete años de crecimiento inimaginado y de conquistas luminosas nos aguardan.

Muchas gracias a todos los que confiaron en nosotros y el renovado compromiso de cumplir con nuestra palabra.

¡El saludo a nuestro estilo!

Firma de Alejandro Carlos Biondini (Kalki)
K A L K I
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Alejandro Carlos Biondini
Fundador y CEO de Libreopinion.com

Buenos Aires, 21 de septiembre de 2006