TORTURA ISRAELÍ: LEALO EN LA PROPIA PRENSA ISRAELÍ

Fuente: Miko Peled*, Intifada Electrónica



Gracias a la prensa israelí, los israelíes, son informadas con regularidad sobre el maltrato y ultrajes de su gobierno a los 4,5 millones de palestinos. La mayor parte de la información en cuanto a la ocupación de Palestina y a la opresión de su pueblo es bien documentada y a veces con exactitud relatada en la prensa israelí. Pero incluso las más serías humillaciones son calificadas como "cosher", así que hablar, una vez que la palabra “seguridad” se una a ellas.

Hay amplios ejemplos de esto, pero pocos son tan asombrosos como el que ha proporcionado el día 23 de marzo el diario Yediot Aharonot. En esa edición, hay una entrevista con el ahora jubilado Interrogador Principal del Shabak, el servicio secreto de seguridad interno de Israel, Arieh Hadar, de 79 años. Sr. Hadar admite actos utilizados por el servicio secreto interno de seguridad israelí que nunca ha antes sido revelado públicamente.

Si Israel fuera una verdadera democracia, este hombre sería enjuiciado, o por lo menos pediría amnistía a cambio del indiscutible testimonio que él proporcionó. Si Israel tuviera mayor respecto por los derechas humanas y civiles, esta entrevista conduciría a una investigación y quizás incluso a detenciones. Pero en la democracia sionista los hombres y las mujeres de esta clase están por encima de la ley, y más allá de la incriminación y gozan de impunidad. En Israel, el aparato de seguridad es un sistema sagrado que nadie se atreve a cuestionar, esto es un mundo de héroes a quienes los israelíes les hacen creer que les deben sus vidas. El Sr. Hadar es como héroe que sirvió su país en vez de ser considerado un bandido que le trajo vergüenza.

La mayor parte de la entrevista trata de violaciones israelíes a los derechos humanos y civiles, violaciones que ocurrieron en los primeros años del estado sobre todo amparados por la paranoia y las tendencias de Mc Carthyist (N del T: movimiento político desarrollado en los Estados Unidos por el Senador Joseph Mc Carthy a principios de los años 1950. Todos aquellos sospechados, a menudo sin la prueba, de ser favorable a ideas comunistas, son sometidos a investigaciones y enfrentados a la discriminación ("la caza de brujas" llamada en el tiempo), y del (primer) Primer Ministro de Israel David Ben Gurion. Los ejemplos de poner en la lista negra a funcionarios y personal militar que no aprobaban la línea del partido MAPAI de Ben Gurion; la revisión de votaciones (secretas) para identificar a los “opositores”, donde eran objeto de venganzas; y violaciones de domicilios para obtener información sobre personas consideradas por Ben Gurion y otros en el partido como " los enemigos del estado. "

La entrevista sigue, el Sr. Hadar también menciona la cuestión de tortura como parte del proceso de interrogación. Menciona casos de interrogaciones donde sus agentes mintieron en los tribunales sobre la obtención de confesiones mediante la tortura. "Ya que los sospechosos eran árabes los jueces siempre asumirían nuestra versión sobre la de ellos "él añade y sigue diciendo que él encontró " que los árabes a menudo estaban contentos al ser golpeados algunas veces " porque esto les daba una excusa para justificar la información entregada y colaborar con los interrogadores. Él típicamente se abstiene de usar la palabra "P" y se refiere a palestinos sólo como árabes o como terroristas.

Este héroe del estado que obviamente toma su trabajo con orgullo sigue: Como la cantidad de trabajo aumentó en los años posteriores a 1967 debido al aumento de amenazas de seguridad que implican a "árabes", había un aumento del empleo de fuerza física, que él dice que lamenta, pero demanda que ellos entonces, no tenían ninguna otra opción, tampoco cualquier otra opción existe hoy.

El Sr. Hadar no confesaba sus crímenes en la entrevista, sino que se enorgullecía de su buen trabajo. Él describe un caso donde un sospechoso terrorista que estaba en el hospital después ser herido de un tiro. " Él tenía un tubo en su vena y uno que iba desde su nariz hacia el abdomen ... el doctor de turno entendió lo que quisimos, giró su espalda y dijo: ' usted hace su trabajo y yo haré el mío'. En aquel momento que comencé a tirar los tubos. El sospechoso entendió lo el significado del negocio e inmediatamente comenzamos a hablar. "

Según este informe, no es sólo permitido utilizar la tortura aun cuando es ilegal, es también aceptable para un doctor, que ha tomado el juramento de Hipócrates (¡ … ó juramento de hipocresía!) para hacer la vista gorda mientras estos actos ilegales ocurren. Tal confesión dada por un funcionario de seguridad de alto rango en Israel demuestra claramente una sola cosa: que él sabe que nunca será llevado a la justicia por sus crímenes

De hecho Hadar fue convocado en 1984 para presentarse ante una comisión que investigó el Shabak después de las ejecuciones sumarias de los palestinos que secuestraron un autobús en Israel. Dice que él dijo a la comisión que: " la aplicación de la presión física es claramente ilegal, pero lamentablemente no hay ninguna otra opción. Expliqué que este medio, incluyendo los golpes, la privación del sueño, simulacro de ejecuciones, y la exposición a condiciones meteorológicas extremas durante muchas horas, era el único medio para conseguir la verdad... Dije a la comisión que no me siento bien hacer esto pero alguien tenía que hacerlo. " En otras palabras, esto es un trabajo sucio, pero alguien tiene que hacerlo.

Tristemente, parece que la sociedad israelí ha aceptado el papel de ser socios con personas como Sr. Hadar en los crímenes. Lo que diferencia a Israel de sus vecinos no es la democracia o el respeto por los derechos humanos y civiles, como lo publicitan los mismos israelíes: es la manera discriminatoria por la cual estos derechos son negados. La insistencia que los actos de tortura son ilegales, pero inevitable y bajo el pretexto de seguridad, somete a los palestinos como a sus crímenes.

* El autor, es Miko Peled un activista israelí de la paz que vive en San Diego, California. Su padre fue el general israelí, Matti Peled.